-¿Conocerás a tu suegra?!- me dijo Airis alzando la voz.
-cállate! Le intenté tapar la boca. recuerda que el vive enfrente, además no es mi suegra en su mama.
-y después de eso es tu suegra!.
Rode los ojos.
-no exageres - le dije dando vuelta hacia mi cuarto.
-cumplen años el mismo mes, curioso- me dijo en un tono algo exagerado.
-espero que se lo haigas dicho, ya que habrá fiesta también.
-no habrá nada- le dije terminando de peinarme.
-nunca te pedí permiso- me respondió sin mas- Sara podrá ser...
-Mi último cumpleaños- me entristeció eso de niña siempre deseaba que fuera mi cumpleaños todos los días y ahora hasta este podría ser el último.
Debía de pensar en un regalo de cumpleaños para Adam y no sabía que comprarle así que decidí comprarle un reloj, pronto tendría sentido para nosotros, así que fui a una joyería. En el fondo de mi sabía que era mala idea, un regalo, por que un regalo es recuerdo y habeces ese recuerdo no puede ser tan bueno.
Pero es su cumpleaños era lo menos que podía hacer por el. Lo amaba y quería lo mejor para el.
****
Daba vueltas y vueltas a mí te. Adam lo escogió para mí. No quería mostrar mi tristeza porque hoy conocería a su madre y no quiero que lo tome a mal.
Acosté mi cabeza en la mesa y jugaba con mí te.
-¿Estas preocupada?..- me dijo Adam sentándose enfrente de mi.
-¿Debería?..- le dije con voz baja- unos mechones de cabello se dejaron caer en mi rostro.
-te darás cuenta desde el primer momento que mi madre te conoce tan bien como yo- tomo el mechón de mi cabello y lo puso atrás de mi oreja.
-Eso no ayuda- le dije levantando mi rostro.
-solo se tu misma- me dijo doblando sus brazos encima de la mesa-
-Eso es lo que me da miedo- le di un sorbo a mí te.
-ella sabe que te amo y con eso le basta para quererte- me dijo sonriendo.
Adam podía hacer que mi corazón se acelera con un solo movimiento, y podía hacer que se calamares con una sola palabra.
-perdonen la tardanza- dijo una voz enfrente de nosotros.
-hola mama- dijo Adam sin quitarme la vista.
-Adam!...- le decía en tono fuerte pero bajo y señalaba con mis ojos a su madre.
-No te preocupes ya me iré acostumbrando- su sonrisa era muy parecida a la de el- tú debes ser Sara ¿Verdad?.
-si, mucho gusto- me levante de mi asiento.
-que linda eres- se acercó a mí y me dio un abrazo.
-gracias señora.
-podemos dejar las formalidades, dime Amara.
-bien Amara- le dije con una sonrisa-
Era tan cálida que me hacía recordar a mamá, solo ellas tienen esos abrazos que te pueden consolar y sentiré apoyada. Y en ese momento recordé lo mucho que extraño a mamá, sus desayunos locos, los juegos de mesa con mis hermanos y más que nada platicar con ella mientras lavábamos los trastes.
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Mi Estrella Favorita
Teen FictionSara había prometido nunca enamorarse. Su sueño es convertirse en una gran editora, junto con su mejor amiga, Airis. Así es como llega a New York. Pero luego aparece Adam, el chico de su pesadilla, el de los incomparables ojos verdes . El dueño de s...