Comenzó a pasar el tiempo luego de aquel horrible suceso en la cafetería con aquellos hombres, por alguna razón Yoongi se mantenía atento ante lo sucedido, seguía pensando en quienes eran y qué es lo que querían o a quién buscaban.
Hace ya varios meses conocía a Jimin, le había abierto las puertas de su casa para poder darle una nueva oportunidad de ser incluido como alguien normal en la sociedad a pesar de que no lo fuera. No le había mencionado a Jungkook en ningún momento respecto a él, eso le carcomía a veces la mente ya que el azabache era como el mejor amigo del pelinegro, pero en parte no creía que era algo normal decirle que había alguien mitad gato y mitad humano viviendo con él.
Por otro lado el pelinegro aprovechó el tiempo que tenía con Jimin ayudándolo en distintas cosas, a veces salía con este a recorrer las cuadras cerca de la casa para que dejara de tener miedo a salir en forma humana, Jimin siempre mencionaba que prefería salir como gato a que descubrieran sus orejas o cola en medio de la calle.
Ya era algo normal en casa de Yoongi tener ciertas lecciones y practicar los miedos de Jimin para que solo fuera una persona más en este mundo. Como se mencionaba anteriormente ambos salían juntos a caminar pero luego de algunas semanas después de eso, Jimin ya podía salir solo, se sentía más seguro consigo mismo pero aún así siempre se mantenía escondiendo sus orejitas mientras que en casa practicaba consigo mismo para tratar de esconderlas dentro de sí, era algo difícil de hacer y dolía pero no podía aferrarse a un gorro por tanto tiempo o más bien, para siempre.
Min se encontraba algo frustrado, a veces las actitudes de Jimin de no querer salir o ponerse a llorar como un niño chiquito por el miedo que sentía le hartaban... Pero ¿cómo podría hartarle? El rubio había sufrido de tanto y ese miedo que tenía era más que entendible, lamentablemente a Yoongi le costaba, hasta se enojaba a veces con él diciéndole que soltara el pasado. No hay que comparar pequeñas peleas con meses de comprensión y cariño por parte del pelinegro al híbrido, pero aún así, Jimin era incomprendido.
Yoongi se encontraba sentado en su sillón frente la chimenea disfrutando del calor que le proporcionaba mientras afuera hacía un frío para morirse, sus ojos se intercalaban entre el fuego y aquella tarjeta que tenía en sus manos con un simple número que hasta ahora, había tenido duda de llamar. Era aquella tarjeta que esos hombres dejaron en la cafetería y dentro de sí se cuestionaba si es que podrían hacerle un bienestar a Jimin, si es que tuvieran alguna cura, algo.
Sus pensamientos fueron interrumpidos al escuchar el sonido de la madera rechinar mientras bajaba Jimin por las escaleras, bastante abrigado y con un bello abrigo color gris que le llegaba hasta las rodillas, proporcionado como regalo por Min.
—¿Yoonnie?
Salió de los labios del híbrido sonriéndole cálidamente cuando sus ojos se encontraron, dando pequeños pasos hasta la puerta principal extendiendo su mano hacia el perchero de madera sacando con cuidado su gorro y bufanda colocándoselas poco a poco mientras hablaba.
—Saldré a comprar, me di cuenta y nos faltaba algo de pan, ya sabes, para mañana.
Acomodó su bufanda al final mirando fijamente a Yoongi quien mantenía escondida la tarjeta y con su otra mano sacaba su billetera.
—¿Quieres que te traiga algo?
Recibió de inmediato el dinero que le extendía Yoongi haciendo una pequeña inclinación hacia él de agradecimiento.
—No... Estoy bien, por favor ve con cuidado y no demores.
Mencionó el pelinegro recibiendo una respuesta rápida del híbrido.
—Estaré aquí en menos de 10 minutos.
El rubio se acercó un poco al pálido dando un casto beso en su mejilla haciendo que este apretara un poco sus labios con una leve sonrisa la cual fue correspondida con otra más grande por parte de Jimin.
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¿Hibrido?¿Mi Mascota? [EN EDICIÓN]
Acak; Yoongi.. Tú.. No me amas ¿Cierto? Los ojos de JiMin se encontraban cristalizados y comenzaba a ver poco por las lagrimas. ; Lo siento. Soltó Min, y así fué donde el pequeño hibrido sintió su corazón romperse, su alma dejar su cuerpo, estaba indefe...