La habitación donde dormiría durante vete tu a saber cuanto tiempo parecía hecha a medida, como si Harry supiera que iba a venir aquí. Era lila, cosa que si la memoria no me falla antes no, los muebles estaban casi nuevos y las sábanas recién lavadas. Dejé la maleta, el bolso y el maletín de mi portátil y me senté en la cama. Me sentía rara aquí… estaba deseando marcharme.
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-A las ocho iremos a casa para que puedas despedirte de tus padres-dijo mientras yo acababa de bajar las escaleras y el colgaba el teléfono.- esta noche saldré ¿Te importa quedarte sola?
-Es mejor que estar mal acompañada-respondí sonriendo cínicamente, ¿qué hizo el? Si, rió.
-Me alegra saber que no me echarás mucho de menos.
-Mucho no, nada-me dirigí a la cocina a por algo de comer.- ¡No tienes nada!-bueno si, medio limón, una botella de agua con las tres últimas gotas y un trozo de carne un tanto sospechoso que yo desdeluego no iba a tocar.
-Paso poco por casa-respondió encogiéndose de hombros mientras yo cerraba la nevera- Si quieres después de ir a ver a tus padres vamos al supermercado para que la señorita esté contenta.
-Oh que atento eres…-respondí mientras me dirigía hacia las escaleras.
-¿Dónde vas?
-Lejos de ti…
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-Cielo te vamos a echar mucho de menos-me abrazó mi madre.
-Confiamos en ti Harry-le dijo mi padre mientras los dos estrechaban las manos.
-Te llamaremos cada día que podamos.-mi madre aun no me soltaba.
-Querremos saber como te va en el rodaje-me dijo mi padre.
-Con pelos y señales-sonreí.
-Sabemos que estarás perfectamente con Harry, verás que lo pasarás bien viviendo con el- ni ellos ni yo misma me podía imaginar cuanta razón tenía.
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Terminé de colocar los últimos artículos que habíamos adquirido en el supermercado mientras Harry se duchaba, hoy salía. Me senté en el sofá y fui mirando que daban por la tele, nada interesante… lo normal.
-¿Qué estás viendo?-escuché su voz a mis espaldas.
-Nada en concreto…- justo en ese momento se sentó a mi lado, muy pegado a mí y ¿en que pude fijarme? No llevaba camisa.
-¿Te importa?-le pregunté mirándole mal.
-Oh vamos te hago un favor estando así…
-No te creas…
-Oh vamos admite que tienes un tío atractivo-sonrió de una manera altanera.
-¿Pero que clase de mente pervertida tienes tu?-le pregunté echándome hacia atrás en el sofá.
-No lo sabes tu bien cielo…- el se acercaba y yo no me podía creer lo que estaba pasando. Gracias a dios sonó el timbre.- ¿abres tu? Tengo que terminar de arreglarme.
-Como no…-le vi subir por las escaleras y yo abrí la puerta, encontrándome con una de las mujeres más repugnantes que jamás me había echado a la cara. Rubia oxigenada, con un conjunto de cuero negro. El top dejaba al aire la mitad de sus pechos, claramente operados y la falda parecía más bien un cinturón ancho y caído. Estaba claro que tipo de zorrón era esta tía…A esta chica cuando muriera no se podía enterrar… tenía que ir al contenedor de los plásticos. Demasiadas operaciones.
-¿Y tu quien eres?-me preguntó descarada con sus labios claramente retocados.
-La sobrina de Harry…-respondí mirándola un tanto asqueada.
-Ah, que mona-y entró como si nada.
