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Dedicado a imblackflavor, mi besha y sensual novia okno xd.
(Es mi amiga, queridos humanos, aclaro, no vaya a ser que nos shipeen ahora xd)


Sam.

Me quedé en shock ante la repentina confesión de Darren.
   —Además—añadió,  poniéndose de pie, me quedé inmóvil en mi sitio, se inclinó con el cuerpo hacia mí, que aún seguía sentado, y me tomó por el mentón—me gustan los chicos como tú—continuó en un susurro, luego pasó la lengua por sus labios para humedecerlos.

  —Darren...

  —No necesitas decir nada al respecto, Sam—me interrumpió. Entonces me plantó un beso sobre los labios. Luego se incorporó nuevamente.

  —Darren, yo...—la sangre me hervía a flor de piel, el aire se sentía húmedo y asfixiante, entonces Darren soltó una carcajada repentina.

  —¡Debiste ver tu cara!—me dijo aún entre risas.

  —¿Qué?—realmente no comprendía absolutamente nada.

   —Estoy jugando contigo, tonto—sentía mi piel pálida y la sangre que me hervía debajo de los pómulos.

  —¿Entonces no eres gay?—pregunté ladeando la cabeza, él negó.

  —¡¿Entonces quieres decirme porqué rayos me has besado?!—espeté, él río nuevamente.

  —Lo siento, lo siento—dijo aún entre risas—oye—dijo retomando a su posición amistosa a mi lado—¿recuerdas cuando nos íbamos a escondidas de nuestros padres, cerca del acantilado del bosque?.

   —No me cambies de tema—dije alzando una ceja. Él sonrió y continuó.

   —¿Recuerdas que tú solías llorar?—en ese momento todo se detuvo.

Recordé entonces las veces que Darren y yo nos escapamos a nuestro lugar preferido, sólo para ver un paisaje diferente.
Recuerdo que los problemas comenzaron a principios de mi adolescencia, cuando mi padre y mi madre peleaban. Yo hacía oídos sordos y jugaba con Lisa hasta que lograba dormirla, luego me iba en busca de mi único amigo para ahogar mis penas.
  
  —Sí, lo recuerdo—respondí cabizbajo.

  —También recuerdo que solía llevar mi guitarra para animarte—ese momento fugaz pasó por mente y me hizo sonreír.

  —Lo recuerdo, ¿aún la tienes?—era una guitarra azul claro, como el cielo, que le había regalado en su décimo cumpleaños, porque había descubierto que Darren tenía un maravilloso talento natural, el cual envidiaba.

  —Sí, aún la conservo con el escrito tuyo—dijo con una sonrisa melancólica.

  —"El amor verdadero no sólo existe en los cuentos de hadas"—dije recordando el escrito—era una frase que me solía decir mi madre.

  —Ella era una buena mujer, Sam.

  —Lo sé—dije con melancolía, el viento sopló y me revolvió el cabello.

  —Fue la mejor madre que he conocido—sonreí—a pesar de que era un huérfano desamparado, ella jamás me negó la educación, el trabajo y el amor—todos los recuerdos con ella pasaron por mi mente en un segundo, entonces mi sonrisa se hizo más grande.

  —La echas de menos, ¿cierto?—me preguntó Darren, giró la cabeza para mirarme, luego lo miré yo también.

  —Mucho, mi amigo, mucho—enseguida la sonrisa de mi madre pasó por mi mente. Con tan solo una sonrisa ella lograba decirme que todo estaba bien, pero ya no era posible.

Amor A Segunda Vista [En Corrección]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora