Half Lemon » Yoonmin

22

Por la mañana se despertó con unos golpes fuertes a su puerta, eran desesperados y enérgicos. Abrió los ojos con pereza e intentó mover a Jimin para que también despertara, sin embargo, el menor se aferró aún más a su cintura. Solían dormir juntos varias noches a la semana, ya que ambos se quedaban hablando de todo y nada a la vez durante las tardes y, cuando se percataban del tiempo, ya estaba oscuro, por lo que él se quedaba allí, en su apartamento, sin embargo, aquella no era más que una excusa.

Había aprendido tanto del contrario en el corto tiempo, descubrió que, evidentemente, en cuanto a gustos eran muy distintos: a Jimin le gustaban los sabores ácidos, mientras que a él los dulces, él le ponía la leche antes del cereal, Yoongi ponía el cereal primero, el menor no bebía cosas calientes, mientras que el mayor era un fan acérrimo de las cosas calientes. En gustos eran distintos, pero sus pasiones eran similares. Ambos amaban, más que nada la música, tenían aspiraciones altas, y sueños que los llevarían muy lejos algún día. Incluso, en sus diversas conversaciones descubrió que era un chico bastante interesante y culto, podían hablar, absolutamente, de cualquier tema.

Y estaba feliz de tenerlo cada vez que pudiera abrazándole como aquella mañana. Con una sonrisa en el rostro comenzó a removerlo con una de sus manos, quien había estado tocando la puerta no se había aburrido, por lo que Jimin debía despertar para que el mayor pudiera a decirle, a quien quiera que estuviera afuera, que se largara.

—Hagamos como que no hay nadie hyung —murmuró el castaño con los ojos aun cerrados, su agarre se hizo más fuerte, por lo que Yoongi decidió hacerle caso, en algún momento se aburrirían—, saldría a echarlos yo mismo, pero quiero estar un rato más a tu lado. 

Yoongi completamente enamorado por las palabras del menor volvió a poner la cabeza en la almohada, procurando aspirar el cítrico y salado aroma del contrario debido a su perfume y sudor. Podía estar así días completos, ni siquiera comería o iría al baño con tal de que Jimin lo estuviera abrazando de esa forma. Incluso sus problemas quedaban en el olvido, el tema de Jaesung, sus inseguridades no existían cuando los suaves brazos de Jimin lo rodeaban.

Los labios del menor besaron su cuello, su barbilla y Yoongi, quien tenía los ojos cerrados, podía sentir cómo su cuerpo intentaba alzarse a él sin perder el contacto. De su garganta salió un jadeo en el instante en que las manos de Jimin comenzaron a bajar por su abdomen.

—Así no mostraremos que no hay nadie en casa Jiminnie —susurró Yoongi al sentir los dedos del contrario trazar círculos sobre su pantalón de dormir. Los golpes no habían cesado, de hecho estos se habían intensificado—. ¿Por qué me haces esto?

—Hyung, ¿no deberíamos hacerle caso a Namjoon? —murmuró sobre su oídos con una voz cargada en deseo—, quizás así le podamos responder cuando nos pregunte si lo hicimos.

Yoongi abrió los ojos y observó los contrarios, los cuales se veían oscuros y decididos.

—Tú sabes que quiero que esto ocurra —afirmó el mayor y el movimiento en su pantalón cesó. Jimin le brindó una tierna sonrisa, como dandole a entender que había logrado su cometido—, pero yo no seré el pasivo.

Jimin rió bajito y asintió.

—Supongo que otra vez tendré que sacrificarme —habló como si realmente aquello fuera algo duro, y Yoongi no veía que era la gran cosa, sabía que ambos habían experimentado por ambos lados, daban y recibían, pero en aquella relación, por lo menos durante su primera vez, el mayor quería hacer sentir bien a su novio—. Entonces, estoy a su completa disposición hyung.

El pelinegro le sonrió y en un solo movimiento quedó entre las piernas del castaño. Su boca atrapó los abultados labios del contrario, lo besó suave y lentamente, sintiendo al otro corresponderle de la misma forma. Ya había perdido la cuenta de cuántas veces había besado a Park Jimin, sin embargo, siempre se sentía como la primera vez, era adictivo, como si con un solo roce flotara en la nubes una y otra vez.