14

4.2K 572 84
                                    

Jung Hoseok condujo hasta un pequeño establecimiento al centro de Seúl, en donde se podían alquilar salas de baile. Saludó al dueño con una reverencia apenas se acercó al mesón y tras cruzar un par de palabras con el hombre de edad avanzada, se giró para decirle a los otros que lo siguieran.

Namjoon se acercó hasta el chico y pasó un brazo por sus hombros. Comenzaron a hablar de cosas triviales mientras se introducían por un largo pasillo bien iluminado, de vez en cuando Seokjin se le unió a la plática y aquel trío parecía entretenido con sus asuntos. Por mientras, Yoongi mantenía un debate en su cabeza, ya que no sabía si lo que estaban haciendo era correcto, no podía decidir si debía o no entorpecer el tiempo a solas que Jimin había querido.

Estaba completamente confundido.

Aunque tal confusión se esfumó para darle paso al terror, sentimiento que provocó que su temperatura bajará y la piel se le volviera igual que una gallina sin plumas. Hoseok se había detenido frente a una habitación y había tirado del lomo de la puerta para abrirla. En tan solo un par de segundos pudo distinguir la melodiosa y animada voz se Park Jimin salir de aquel lugar.

Y como si aquel sonido hubiera activado algo en su cuerpo, como pudo y con pies torpes se acercó a grandes zancadas a la puerta, empujando a sus amigos en el camino, ya que entorpecían su paso. Su cuerpo se detuvo al estar en el marco de ella y su corazón revoloteó como un colibrí dentro de su pecho.

Un Park Jimin con el cabello castaño y humedecido por el sudor lo observaba asombrado y con una sonrisa en el rostro.

Nuevamente sus pies se movieron torpemente y corrió al interior de la sala de prácticas para ver de cerca al chico que quería. Puso sus grandes y blanquecinas manos temblorosas a cada costado de sus mejillas, y sus profundos y oscuros ojos inspeccionaron cada detalle del rostro del menor.

Se veía más delgado y pálido que antes.

—¿Has estado comiendo bien? —le preguntó preocupado Yoongi y esperó a que Jimin asistiera para soltar un suspiro—. Eso me alivia.

Sus manos abandonaron las suaves y sudorosas mejillas del menor y le dedicó una enorme sonrisa.

—No sabes cómo te odio Park Jimin —le confesó en un murmullo, no quería que los otros chicos le escucharan—, te extrañé.

—También yo hyung —respondió Jimin devolviéndole la sonrisa al mayor.

Observó, con detenimiento, el cabello de Jimin, extrañando el rubio que lo caracterizaba, pero a la vez, aceptando que aquel era el verdadero Jimin, el mortal. El menor se dió cuenta de su mirada y tapó con sus pequeñas mano su cabello, a la vez que intentó ocultar sus mejillas rojas.

Tierno, pensó Yoongi.

—¿No me queda bien?

—Me gustas más así —confesó—, es menos pretencioso y llamativo. Menos Park y más Jimin.

Hyung... ¿qué? —Jimin soltó una risa que lo hizo doblarse y abrazar su abdomen con sus brazos—. Me encanta cuando hablas así, es tan tú.

Yoongi puso los ojos en blanco y se giró para ver a sus amigos, quienes aún seguían en la puerta observando aquella escena con una sonrisa traviesa en el rostro. Enarcó una ceja y con un gesto les "dió permiso para que entraran".

Rápidamente Jin corrió a abrazar a Jimin para saludarlo y Namjoon palmeó la espalda del mayor, como queriendo decir que todo estaría bien de ahora en adelante, que las dificultades se habían detenido por fin. Yoongi quiso aferrarse a ello.

⚜️

—¿Deberíamos beber algo? —preguntó Namjoon mientras miraba a Yoongi con ojos traviesos—. Después de tanto ejercicio, creo que merecemos ir a casa de Yoongi hyung y emborracharnos.

—¿Ejercicio, hiciste ejercicio Joonie? —Jin rió y golpeó la espalda del chico moreno, a su risa se le unieron las de Jimin y Hoseok.

Habían salido hace unos minutos de la sala de práctica, luego de que los bailarines tomaran una ducha rápida y se abrigaran para no pescar un resfriado. Yoongi observó la práctica de los otros dos sin perderse algún detalle, ambos se habían mostrado tan confiados en lo que hacían y sus cuerpos parecían flotar en el aire. Cada uno de sus movimientos dieron con el ritmo de la música que los acompañaba, y aquello maravilló tanto al pelinegro que deseó que Jimin algún día bailara la canción que había creado para él.

—¿Iremos a tu casa hyung? —Jimin murmuró a su lado mientras, disimuladamente tomaba su mano y entrelazaban sus dedos—. Extraño estar allí.

—¿No tendrás problemas? —Jimin negó—. Entonces no sería una mala idea... Aunque no sé si quiero beber con esos tres. Tal vez es mejor que lo hagamos tú y yo.

Tras una sonrisa cómplice ambos chicos esperaron que sus amigos estuvieran distraídos para alejarse rápidamente de ellos. Jimin, aún sosteniendo la mano del mayor, corrió con fuerza mientras unas sonoras carcajadas escapaban de él. Yoongi por su parte sentía su corazón ir a mil por hora, tanto por la adrenalina y la agitación que le daba aquel pequeño ejercicio, como el estar al lado de aquel chico.

Se detuvieron al encontrar un callejón, el cual les sirvió para ocultarse mejor. La respiración de Yoongi era pesada, ya que no estaba acostumbrado a correr de esa forma y envidiaba el buen estado físico del contrario. Había pasado un par de horas bailando y no se veía cansado, de hecho parecía tener mucha energía en su interior.

—¿Crees que los perdimos?

—E-eso creo —contestó jadeando. Cerró sus ojos y estiró sus brazos con tal de calmar su respiración—. No repitamos esto o moriré en medio de la calle.

Jimin rió.

—Admite que fue bueno. Lo volvería a hacer si es que es contigo.

—Creeme que te encantaría hacer muchas cosas conmigo si es que las hiciéramos —bromeó.

El menor enarcó una ceja y observó a su alrededor para asegurarse de que no había nadie. Se acercó al mayor con tal de convertir aquella conversación en algo más íntimo.

—¿Qué insinuas hyung? —murmuró.

—Solo que quiero hacer muchas cosas contigo Jiminnie —habló despacio, dejando salir una voz ronca y madura—. ¿Estás curioso?

Jimin asintió.

El ambiente se volvió pesado, mas no era incómodo o sofocante, era más bien agradable. A pesar de la oscuridad Yoongi pudo ver la expresión de Jimin y sintió que ambos estaban sintiendo lo mismo. Los dos querían mucho más de lo que aún no tenían, querían experimentar qué se sentía estar con el otro de manera sentimental y física. Yoongi lo deseaba más que nada y con solo una mirada del contrario se sintió aún más relajado, ya que Park Jimin se sentía de la misma manera.

—Deberías hacerlo Yoongi, nadie nos molestará.

⚜️

Ojalá disfruten del capítulo. No es el mejor, pero vamos avanzando.

Gracias por leer ❤️

Half Lemon » YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora