GUERRERA ━━ los caballeros del zodíaco

La decisión de Athena [ Parte II ]

  No era la gran cosa, pensaste intentando animarte un poco, lo importante no eran aquellas ropas, que de hecho la misma diosa te habia obsequiado, solo necesitabas a la armadura de Águila y nada más. Athena no era tan dura con sus caballeros desde hace tiempo, solo que ahora parecía como si lo que estuviera por suceder fuera algo malo.

  Eso fue completamente inesperado y estabas segura de ello, y aunque fuese de gran importancia ella no hubiese actuado de esa forma porque sí. Debió de estar demasiado preocupada por el enemigo, como para que no quiera que hasta sus propios caballeros no den ningún paso al Santuario.

  Daba completamente igual, de hecho la protegerías quisiera o no. Estabas cerca de la casa que seguía, la de Libra, el viejo caballero de oro aun se encontraba tratando algunos asuntos con la diosa. Agradevias que aun Athena poseía algun tipo de confianza en ti, ya que no necesito que alguien te guiará por el  Santuario, tratándote como una prisionera.

  Cuando ya estabas a algunos escalones de pisar la casa sagrada,  el caballero dorado se encontraba frente a tu presencia, ensamblando una pequeña sonrisa en su rostro, algo que curiosamente te pareció extraño.

—(T/N).—género el anciano, al instante paraste tu caminata, el quería algo y tu lo sabías.

—Caballero de Libra.—murmuraste de la misma manera provocando una sonrisa en el nuevamente.

—Sabes perfectamente que Athena no lo hace por su benefició, esperó que lo entiendas. —dejó de bloquear tu camino para que después tu lo siguieras sin ninguna distracción más.

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—¡Señorita Athena la encontramos!.—exclamó uno de los caballeros, Aioria de Leo.

—¿Esta segura de esto, diosa Athena?.—le cuestionó Mū, frente a ella.

—Completamente.—comento Saori, a lo cual el caballero de Aries comprendió que quizás esto era sumamente importante y no solo un capricho.

  Debian de encontrar a aquella persona en la cual identifica Athena en sus sueños borrosos del pasado. Comprendió que quizás los sueños que ultimadamente tenía eran pequeños recuerdos del pasado que debía unir poco a poco, y que quizás aquella chica que ve en sus sueños constantemente le ayudaría a descubrir la verdad.

—¿Como la encontraron?.—les cuestiono la deidad de cabello púrpura.

—Concuerda con los rasgos que nos dio él caballero de libra. —comentó él caballero de la casa de leo.

  Detrás de ellos ser acercó una chica de cabellos rubios, con un atuendo blanco.

—Diosa Athena. —habló de forma calida. 

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—Aceptas frente a la diosa Athena, que siempre estarás para su protección, sea en donde sea.—agregó un tipo de cabellos blancos con un casco que perfectamente cubría su mirada.

—Acepto.—murmuró una chica de cabellos rubios pálidos, quien se encontraba hincada ante el patriarca de aquella época.

—No hay forma de negarlo, eres aquella chica que siempre protegerá a Athena.—habló el mayor totalmente complacido. ”»