GUERRERA ━━ los caballeros del zodíaco

Una batalla

— ¡Somos los Caballeros de Athena!. — exclamó Seiya, hacia el nuevo enemigo, quién se coloca frente a los Caballeros de dorados.

  Finalmente habían llegado al castillo de Hades, o tan sólo habían llegado al inicio en donde interrumpieron una batalla que se estaba llevando a cabo en cierto lugar, los Caballeros dorados se encontraban luchando contra uno de los heraldos de Hades, quién parecía que llevaba la victoria.

— ¿Ha que han venido?. — cuestionó aquel caballero sombrío.

— Por supuesto que a proteger a Athena. — respondió Shiryu. — ... y también en el nombre de Athena.

— Ratas grandes y ahora pequeñas. — insulto el espectro.

— ¡Todos ustedes van a pagar por todo lo que han hecho!. — exclamó Seiya al mismo tiempo en el que el comienzo a colocarse en una posición de batalla. — ¡meteoro de Pegaso!.

  Aquella persona tomó el ataque de Seiya como sino tuviera nada de poder.

— ¡Desaparezcan!. — aquel caballero logró enviar una fuerte ola de poder la cual logró que más de un caballero de bronce retrocederá.

— Este poder es realmente fuerte. — admitió la única chica entre los caballeros.

— ¡Vayanse de aquí! Rápido Caballeros de Bronce. — una voz ciertamente conocida logró llamar tu atención.

— Maestro Milo. — murmuraste en un tono sorprendido al momento en el que este se colocó delante tuyo. — no, nos moveremos de aquí aunque sea una orden tuya, maestro.

— ¡Esta bien!. — exclamó el caballero Heraldo de Hades. — Caballeros de Athena, pueden caer juntos.

  De este, comenzó a emanar una gran oleada de energía. No te habías dado cuenta de el momento en el que tú maestro colocó su cuerpo para que el ataque no te diera.

— ¡Milo detente!. — exclamaste con cierto pavor, después de que el ataque se diera por terminado el cuerpo de el caballero de Escorpión se derrumbó al suelo.

— Es tiempo de terminar con esto, ustedes ayuden a los demás. — agregó el caballero enemigo. — tienes que entender que esto aún no se termina. — no dejó que lo ayudarás a levantarse, simplemente camino con cierta dificultad. — ahora tienen que irse.

  Estabas apuntó de reclamar ante aquello pero, Seiya los había llamado, tenían que seguir adelante.

— Entiendo. — murmuraste cabizbajo. — solo espero saber que mi maestro no perdido.

  Te dirigíste en dirección hacia en dentro del Castillo de Hades, de pronto una sacudida provocó que casi por inercia intentaras caer, solo que Shun te sostuvo por los hombros.

— ¿Acaso ellos van a... — al instante bajaste la mirada después de lo que pronunció Shun.

— No lo digas por favor. — apretarse la mandíbula con fuerza.

  Habías observado a cada uno de los Caballeros dorados, y técnicamente sabías que ellos ya estaban en sus límites, ellos iban a atacar con sus últimos alientos, iban a morir.

— Sigamos. — agregaste mientras dejabas a todos tras de tí.

  Todos sabían que uno de esos Caballeros te había entrenado para que tú lograrás ser una completa caballero perteneciente a tu armadura, siempre te decía que utilizaran una máscara para cubrir tú rostro pero, nunca le habías hecho caso. Querías abstenerse en tus propias ideologías eso incluía la máscara, no querías portarla porque se vería injusto. Estabas segura de aquella escena te daba completa tristeza, querías seguir teniendo a tú maestro, querías aprender un poco más a cerca de los caballeros, más técnicas, más cosas.