Left 4 Dead - [Un Camino Diferente]

Capítulo 2: Voluntad

La caída fue obviamente forzosa, el helicoptero se estrelló en una zona rural en medio de la noche en la que habían algunos autos abandonados, camiones atravesados además del olor del humo que desprendían los edificios quemados, era algo a lo que ellos ya se habían acostumbrado pues ropas ya estaban impregnadas con el. Su viaje en helicoptero había durado apenas unas pocas horas y en esa misma noche deberían conseguir por segunda vez un transporte para estar a salvo, aunque sea solo por un rato.

Pero estos no tuvieron, ni de cerca buena suerte.

-Corran idiotas, va a explotar! -Dijo súbitamente Francis.

-Santa mierda! -Gritó Zoey. Estamos jodidos!

El helicoptero estalló y la explosión se escuchó a larga distancia.

-Están todos bien? -Preguntó Bill mientras se ponía de pie y se apartaba de los escombros.

-Tío, creo que deberías preguntarlo después de que acabemos. -Dijo Louis mientras le puso la mano en el hombro a su compañero superviviente. Vienen a por nosotros en masa.

Los 4 se prepararon para luchar.

-Bomba va!
-Cuerpo a Tierra!

Caos. Las masacres a las que ellos se enfrentaban terminaban en un Caos. Los Smokers siempre dejaban una niebla muy asquerosa en el aire y los Boomers no eran los favoritos de ninguno tampoco y siempre terminaban rodeados de un sonido ensordecedor por sus balas, por sus gritos, habían perdido la cuenta de cuantos habían matado, despedazado y apaleado pero siempre volvían más, como una maldita pesadilla recurrente que no se consumaba, no importa que tan fuertemente lucharán. Pero había algo peor que luchar contra los comunes, estos podían llegar a ser realmente un problema en cantidad pero en grupos pequeños eran débiles debido a que estaban totalmente podridos. Sus sentidos no estaban nada afinados ni preparados para la lucha, sino que estos eran un soporte para los pesos pesados, en especial para el peor de todos, el Tank.
De entre el festín de sangre, humo y vomito se colocó encima de un vehículo una de estas alimañas gigantezcas, si silueta se mostraba erguida y mientras golpeaba su pecho con sus puños soltó ferozmente su grito, una declaración de guerra, nadie jamás podría creer que esta cosa alguna vez tuvo una naturaleza humana.

-Vale tíos, de verdad que ahora si la hemos cagado. -Dijo Francis. Ahora que hacemos?

-Esta vez no será como en el hospital, voy a cargarmelo con mis propias manos si es necesario -Dijo Bill con mucha decisión.

-No te presiones tanto! -Dijo Zoey. ¡¿De donde vienen?!

Haciendo caso omiso el decidido viejo se abalanzó a una lucha contra la bestia, había logrado enfurecerla bastante, este era más fuerte que los demás, se encontraba ardiendo y eso no había reducido su fuerza ni un poco, pero el no titubeó ante eso.

-No vas a acabar conmigo tan fácilmente. -Río el con seguridad. He matado a una docena de cabrones como tú.

Una lengua rodeó su cuerpo y lo arrastró rápidamente hacía una pared donde que comenzó a asfixiarlo desde el tejado.

-Maldita sea... ¿Enserio me he dejado llevar? -Se reprochó a sí mismo. Smoker estúpido, estaba apunto de vencer a este monstruo.

En condiciones normales, el Tank se habría ido pero este había conseguido cabrearlo demasiado, sin dilación se acercó con su típico andar cuadrúpedo haciendo temblar un poco el suelo y más furioso que de costumbre le acertó al anciano un puñetazo que lo devolvió a tierra firme, destrozando la lengua del Smoker que había caído del tejado encima del Tank y, para su mala suerte, fue la primera víctima en la que había descargado su furia el coloso.
Bill había se hallaba retorciéndose en el suelo mientras esto sucedía, cuando que abrió los ojos vio, dejándose a sí mismo en segundo plano, por debajo de los pies del Tank como sus compañeros no estaban ganando su batalla.