El rock era un género bastante bueno. Bien, no era su favorito, una diva y fresita como ella prefería el pop. Jagged Stone era el único cantante de rock que le gustaba, pero escuchar a Luka cantar le erizó hasta los vellos de la nuca.
—Demonios... —farfulló ante la ronca y pastosa voz del moreno al cantar. De por sí la voz de Luka era profunda y atractiva, pero joder, escucharlo cantar era una martirio para el cuerpo, corrientes eléctricas recorrían su anatomía, y que Luka la mirara fijamente desde aquel estrado no ayudaba.
La canción trataba sobre el atrayente deseo que sentían dos personas, pero lo reprimían sin saber por qué. Chlóe no pudo seguir mirándolo y aunque le dolió en el orgullo bajar la mirada lo hizo.
"Maldito Luka, mis trompas están a punto de estallar"
Un suspiro tembloroso escapó de sus labios. Confió que el tumulto y la efusividad de las personas a su alrededor camuflarían sus gestos nerviosos. Sopesó la idea de tomar una trago para no estar tan tensa, no sólo porque podrían reconocerla, sino porque sabía que él le cantaba directamente a ella. Recordó que Luka le pidió que no bebiera hasta que él estuviera a su lado. Volvió a levantar la mirada. Luka había llegado al scream y su cuerpo se escarapeló.
—A la mierda... —masculló cogiendo una copa que el camarero llevaba en una bandeja hacia los invitados. La bebió de un tirón. Le ardió la garganta, pero se relamió los labios absorbiendo el sabor del dominio y control.
"Una más, sólo una más, la necesito" pensó nuestra rubia. Obviamente no sólo fue una más.
¿Pueden adivinar qué pasó después? ¡Exacto, tomen su estrellita!
—Dime que no bebiste las copas azules, por favor —lamentó Luka al encontrar a Chlóe con la camiseta abierta hasta el ombligo y saltando entre la gente uniéndose al mosh.
—¡Luka! —exclamó sonriente la rubia acercándosele—. Cantas muy... No, espera, ¿cómo era? Ah, sí, ¡cantas de puta madre! —alegó eufórica abrazándolo.
Luka no pudo evitar sonreír ante las impropias palabras de la rubia. Poco le duró la sonrisa porque Chlóe levantó rápidamente la cabeza y unió sus labios con los suyos.
Sintió el sabor agridulce de la bebida en los labios de la fémina. La abrazó por instinto y entreabrió los labios para recibirla. Sabía que esto tendría que parar: ella estaba ebria.
Separó sus labios a la vez que detenía la mano traviesa de la falsa pelinegra que quería curiosear bajo los pantalones del joven. Chlóe forcejeó por seguir el recorrido de su mano.
—Oye, pequeña violadora, estamos en medio de muchas personas —recordó divertido el peliazul al ver el gesto de frustración de la fémina. Parecía una niñita a la que se le había negado un juguete. Y vaya juguete, eh.
—Pero quiero tocar —se quejó con un puchero haciéndolo tensar. Los celestinos ojos le brillaban tanto que le hicieron apartar la mirada de ellos por un instante. Apoyó sus frente en la suya.
—No puedes decir eso, no cuando estás ebria, muchachita. Me afecta, no sabes cuánto lo hace. Ayúdame, ¿sí? —dijo tratando de bromear, aunque una implícita petición se enredaba en sus dicciones—. ¿Al menos me escuchaste mientras cantaba? —preguntó separando su rostro sólo un poco del de ella; lo suficiente para admirar sus ojos.
La rubia frunció el ceño y los labios en una mueca graciosa.
—¡Por supuesto que sí! ¿Qué clase de pregunta es esa, Couffaine? —replicó indignada—. Cantaste tan bien que me dieron ganas de bajar a comerte la boca —alegó acurrucándose en el pecho de Luka. El muchacho se sorprendió por el gesto, pero le devolvió el abrazo.
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Mi ruidoso vecino
FanficUn atentado contra su padre y por ende a ella, la llevaron a esconderse en uno de los suburbios más comunes para la reina de París. A regañadientes estaba adaptándose a ese lugarejo, pero un nuevo vecino llega a reventarle los tímpanos, haciendo que...