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Are we here? Or out there somewhere?
—Suéltalo, Fire. —Ordenó Imperator jalándolo del brazo, necesitaba dejarlo para que los demás pudieran hacer su trabajo.
—No quiero que le pase nada.
Sus mejillas estaban empapadas en lágrimas y todo lo que podía hacer era mantenerse a su lado esperando que alguien dijera algo. El olor cobrizo de la sangre inunda sus sentidos y lo hace perderse en una sensación indescriptible de dolor. En ese mismo instante no sabe cómo sentirse, hay un remolino de emociones negativas recorriéndolo e inundando su mente a cada segundo, Copia permanece quieto y profundamente inconsciente a su lado. Omega también estaba ahí, callado mientras observa el enorme charco de sangre que corre desde los muslos de Copia, parece confundido e internamente perturbado por lo que está viendo.
—Entonces suéltalo. —Él negó con la cabeza, no quería dejarlo ir— Estará bien.
—Sólo no dejes que mueran. —Quizá era demasiado tarde para decir eso, ojalá hubiera algo que le permitiera manipular la vida de los demás porque eso les ahorraría mucho dolor— No dejes que les pase nada.
—No, no dejaré que muera. —Sonaba tan fácil decirlo.
—¿Lo prometes?
Ella miró hacia el otro lado, no quería mentirle. Por un momento sus ojos permanecen fijos en el hombre que está parado tan sólo a un par de metros lejos de ellos, su expresión vacía y tranquila hace que sienta náuseas y un extraño sentimiento de repulsión la recorre.
—Haré lo que pueda, Fire. —Soltó—Si no lo dejas es más probable que termine desangrándose aquí mismo y entonces no podrán hacer mucho.
Are we here? Or out there somewhere?
—¿Respira? —La mujer asintió con la cabeza sin siquiera despegar la vista del hombre que tenía frente a ella, parece que comienza a recuperar la consciencia y se siente tentada a dormirlo de nuevo sólo para que no tenga que pasar por todo el proceso traumático— Deberíamos comenzar.
La expresión en su rostro cambió a una que Imperator no pudo entender. Ella sabía que era momento de retirarse y dejarlas hacer su trabajo, pero también quería quedarse hasta el final y saber de primera mano lo que estaba ocurriendo.
—¿Qué pasa? —Ninguna de las chicas contestó, estaban demasiado absortas por la manera en la que habían dejado de escuchar el golpeteo continuo en la pantalla— Sis, ¿Qué es lo que está pasando? —Insistió a una de ellas.
—Está sangrando mucho. —La pequeña mano enguantada recorrió su vientre, presionando con fuerza al pasar— Me temo que tendremos que sacarlo.
