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Say goodbye to the silence ; We can dance to the sirens.
Fire había estado yendo de un lado a otro dentro del pequeño lugar, parecía que haría un hoyo si seguía caminando a su alrededor de esa manera. Esta era la peor parte, hablar con Tercero fue difícil, pero Old Fire era su verdadero padre y a él no podía ignorarlo porque de cualquier forma volvería a tocar el tema cuántas veces quisiera.
—Ni siquiera querías tener hijos.
—¿Y qué se supone que deba hacer ahora?
—Permitirle que se deshaga de él. —El ghoul más joven detuvo su andar sólo para girarse a mirarlo, era la primera vez que lo hacía desde que había llegado ahí— Eso es lo que quiere, así que deja que lo haga.
—¿Qué?
—Sería lo mejor, Fire.
—¿Lo mejor para quién? —Ellos ya habían tomado su propia decisión y nadie iba a interferir en eso, ni siquiera él— ¿Por qué demonios crees que te dejaré opinar sobre la vida de mi hijo?
—Porque tú eres mi hijo y quiero lo mejor para ti, maldito idiota. —No quería que siguiera arruinándose la vida de esa manera, odiaba saber que Fire estaba con alguien que de alguna forma u otra estaba ligado a Zero, ellos sabían de lo que era capaz y sus intenciones nunca serían buenas— Te dije que te alejaras de él y aún así no te importó y ahora estás cargando con una responsabilidad que no necesitas y no quieres.
—Si no lo quisiera no estuviera haciendo todo esto.
—Es porque te sientes obligado a hacerlo. —Le daría la razón si no estuviera familiarizado con esa sensación de necesidad que los obligaba a estar ahí a pesar de sentirse consumidos por ello— Nunca has querido tener responsabilidades tan grandes.
—Bueno, claramente ha cambiado.
—¿En qué? —Cuestionó— Tan sólo mírate, hace unas semanas estabas rogándole a Ben que te trajera un montón de pruebas de embarazo porque eras demasiado cobarde como para verlo por ti mismo.
Tan sólo escucharlo fue extraño. Removió muchas inseguridades en Fire y lo hizo sentir tan pequeño que le dolió. No quería escuchar eso viniendo de una de las personas más importantes de su vida, todo lo que quería era que alguien le dijera que todo saldría bien, él había estado solo en todo el proceso y ahora la única persona de la que esperaba algo estaba diciendo todas esas cosas tan asquerosamente egoístas.
—No puedo creer que me estés diciendo esto. —Las lágrimas volvieron y tuvo que forzarse a mantener la calma porque no quería que él lo viera así.
—Fire...—Está consciente del peso que tienen sus palabras en él, pero también sabe que lo dice por una justa razón, duele y es normal que lo haga, especialmente cuando toca un punto tan sensible— Sé que duele y es molesto ¿De acuerdo? Pero quiero que estés bien y no creo que sea el momento correcto para dejar que esto siga su curso.