Cuando llega la hora de dormir y les doy las buenas noches a mis padres, a mi hermano y a mi hermana, me acuesto con un sentimiento que no había sentido nunca. Es algo raro, una sensación que me preocupa y no sé por qué.
Todavía no me he olvidado del sueño que tuve sobre Lucy, y cuanto más lo pienso menos sentido me parece que tiene.
No tengo motivo alguno para hacerla daño, y menos delante de otras personas. Siempre se ha portado bien conmigo y me hace de reír.
Me revuelvo inquieta en la cama sin poder dormir, con un malestar que por mucho que me esfuerce no puedo lograr identificar. Me siento mal. Sé que no es mi culpa, que en la pesadilla no era yo misma.
Además, ¿por qué razón le haría daño?
A la mañana siguiente, un sábado nublado y apagado, mis favoritos, me levanto tarde y bajo a desayunar.
En la cocina están mis dos hermanos mayores David y Silvia. Se están peleando sobre cualquier tontería, pero no me preocupo porque sé que no pueden llegar muy lejos. Al final de sus disputas siempre terminan riéndose de ellos mismos. Cada vez que les veo juntos no puedo evitar sentir una punzada de envidia. Tienen una relación genial. Se cuentan todo y se ríen con sólo mirarse.
Sin embargo yo que soy la pequeña lo tengo peor. A veces se alinean contra mí y me hacen de rabiar, y otras me usan como cebo para salirse con la suya. Aún así les quiero mucho a los dos.
Les doy los buenos días y me preparo una tostada con tomate y aceite mientras caliento un vaso de leche de almendra.
-Hey Patri, ¿sabes qué?- me dice Silvia emocionada. Le respondo que no y le sale una sonrisa en la cara. David le pega un pequeño golpe en el brazo y le mira con falsa cara amenazadora.- Ayer mamá pilló a David viendo porno.- después de esto se empieza a reír fuertemente y David se pone de un intenso color rojo, aunque también se ríe.
Yo no puedo evitar reírme.
-Pagaría lo que fuera por ver su cara.
-Fue un espectáculo. Aunque me cortó todo el rollo.
-Joder, es que hacerlo cuando está ella en casa... tienes que empezar a buscarte pareja que se te va a poner ese brazo como Popeye.- dice mi hermana apretándole el brazo derecho.
Un mensaje de mi móvil me saca de la tonta conversación que estaba teniendo con mis hermanos -retrasados- gemelos. Es de Lena, y dice:
-¿Cena en mi casa con Jesús y Lucy?
Me quedo un rato pensando por qué nos ha elegido a los tres solamente, pero igualmente respondo que sí. Me cuesta reconocerlo, pero tengo ganas de volver a ver a Lucy después de lo de ayer.
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Alrededor de las ocho llego a la casa de Lena, donde está Jesús sentado en un pub y comiendo palomitas de una bolsa amarilla y la anfitriona tumbada a lo ancho en el sofá. Mientras hablamos de tonterías y nos hacemos bromas Lena va al baño y un minuto después suena el timbre.
-¡Qué alguien abra por miiiiiií!- se oye gritar desde el servicio.
Me levanto yo y abro la puerta principal. Ya me conozco este sitio de memoria, he venido un millón de veces.
Cuando veo a Lucy en la entrada no puedo evitar mirarla de arriba a abajo. Lleva un mono largo vaquero y una camiseta blanca. Como tiene un pinta labios color rojo intenso se le resaltan los ojos, de un color medio miel medio verdes muy bonitos. La verdad es que se ve súper bien.
Se le enciende el color de la cara al no saber qué hacer, pero antes de que se vuelva un momento embarazoso me adelantó y le doy dos besos a modo de saludo. Le guío hasta el salón y por el camino nos encontramos con Lena, que acaba de salir del baño.
Entre lxs cuatro decidimos ver una película de miedo, así que nos apretujamos en el sofá y nos hacemos muchas, muchas palomitas. Yo estoy entre Lucy y Jesús, que a la vez está al lado de Lena.
En el primer susto Lucy pega un rebote que me hace reír y me saca la lengua riéndose también. Más o menos a la mitad de la peli empieza una escena muy tenebrosa e inconscientemente le cojo la mano a Lucy.
Cuando ya está terminando Lena para la peli y se va con Jesús a hacer las pizzas. Nos quedamos Lucy y yo a solas y siento más que nunca la presión de mi mano sobre la suya.
-Creo que esta noche no voy a poder dormir.- le digo a Lucy cortando el silencio incómodo.
-Piensa en mí.
Aún en la oscuridad, sus ojos brillan cuando me mira.
-Lo haré -la contesto sin dejar de mirarla.
Se muerde el labio inferior discretamente y sus dedos acarician mi mano.
Mi corazón se pone a mil y me doy cuenta de que mi cuerpo se ha ido inclinando discretamente hacia el suyo como si fueran dos imanes de distinto polo.
Mi mente está completamente bloqueada. No sé que estoy haciendo. No sé si seguir o parar. No lo pienso. Continuo inclinándome. Sus ojos relucen con más intensidad en la oscuridad, y su mano quema la mía con un fuego que me encanta.
Mis labios están a punto de rozar los suyos cuando un estrepitoso sonido interrumpe nuestro momento mágico.
Entonces oímos a Lena gritar:
-¡Mierda, la pizza!
Me levanto y apartó mi mano de la de Lucy más bruscamente de lo que pretendía, y con el corazón a punto de salírseme del pecho y un nudo en la garganta, le digo que voy a ver qué ha pasado en la cocina sin volver la vista atrás.
Nada más salir de la sala de estar me toco los labios inconscientemente.
¿De verdad acaba de pasar lo que creo que ha pasado? ¿He estado a punto de besarla? ¿Qué hubiera pasado si nada nos hubiera interrumpido?
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Al llegar a 100 estrellas publicó el siguiente capítulo chiquiiiiis.
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Piques entre amores.
RandomPuede que este sea el típico cliché de chica por chica, pero si no lo lees te arrepentirás. Queda en tus manos.