Capítulo 14

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Ker se sentó de golpe en la cama tratando de analizar la escena frente a ella, Una risa nerviosa y desesperada escapó de sus labios, mezclada con un temblor incontrolable. La confusión aún era dueña de su ser, las palabras de Zachary, la caída de su caballo... todo encajaba en la idea de un sueño vívido, una pesadilla, una tormentosa pesadilla.

Buscó excusas desesperadamente, tratando de darle un significado lógico a lo que estaba viendo. Se aferró a cualquier explicación que pudiera calmar la tormenta de incertidumbre que se agitaba en su interior.

Aquellas personas que antes fueron su familia, y ahora se revelaban ante ella como seres divinos la observaban con una mezcla de preocupación y culpa. Las expresiones en sus rostros eran un retrato de la discordia interna, un conflicto entre el afecto familiar y la reverencia divina. Sus corazones latían con la certeza de que una tormenta se aproximaba.

Las palabras "preocupación" y "culpa" se quedaban cortas para describir la complejidad de emociones que embargaban a Andrik y Zachary. La preocupación era un reflejo del temor a las consecuencias de la verdad, mientras que la culpa nacía de la complicidad en ocultarle su origen. Esta mezcla de sentimientos creaba una atmósfera tensa, cargada de un presagio inminente.

—Ker, necesito que confíes en mí y tomes algo —pidió Terakhir tratando de mantener la compostura, a ella también le invadían el dolor y la culpa—. Yo no tengo intensión de lastimarte.

—Todos ustedes son producto de mi imaginación —comentó Ker limpiando sus lágrimas—. Yo soy Ker Dariele Heinrich, no Shërimi-Lek.

—Hablaremos de eso después de calmar tu dolor —hablo por primera vez Kieran—. Te prometo que todo será más claro para ti.

El rey de Neraka, con un gesto imperioso, ordenó a dos de sus sirvientes que irrumpieran en la estancia. Ambos, con pasos apresurados y silenciosos, cruzaron la puerta y se detuvieron ante Kieran.

En sus manos, sostenían dos bandejas de plata pulida. En la primera, una copa de cristal tallado rebosaba de agua cristalina, junto a la cual descansaba una daga de cristal, su filo tan nítido como la luna llena. En la otra, un collar de fina artesanía brillaba con fulgor propio, adornado con una delicada serpiente de rubí, sus escamas iridiscentes parecidas a lenguas de fuego.

Terakhir se levantó de la cama y tomo la daga en sus manos para luego hacer un pequeño corte en uno de sus dedos, y dejar caer un par de gotas de sangre en la copa, la mezcla de la sangre de Terakhir con las aguas del manantial creó una nueva sustancia, resplandeciente y radiante, con un poder que resonaba en las profundidades del inframundo.

—En las profundidades del décimo tercer averno existe un manantial de agua cristalina, conocido como Manantial del Despertar Divino, sus aguas tienen impregnadas de una energía ancestral, poseen el poder de despertar y restaurar la memoria de los dioses reencarnados —explicaba la diosa de la muerte mientras volvía junto a Ker—. Estas aguas contienen un fragmento del alma de cada dios, un vestigio de su esencia divina que espera ser liberado.

Terakhir le tendió la copa a Ker, la cual para sorpresa de todos la tomó sin cuestionamientos, mientras miraba el contenido en su interior, la diosa de la muerte continuaba explicando acerca de aquel preciado oasis para los dioses.

—Es el lugar más peligroso de Neraka, allí habitan los demonios más violentos que solo se doblegan ante la presencia de Kieran, así que solo él puede acceder a el —expuso con una leve sonrisa—. Los dioses reencarnados que beben de sus aguas experimentan un despertar gradual de su memoria. Recuerdos de vidas pasadas, poderes olvidados y la conexión con su divinidad se van manifestando poco a poco en sus mentes.

KER© (DIOSES & REYES I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora