Capítulo 2: Un gusto conocerla

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Mi mirada estaba centrada en aquella pequeña taza de café, como si fuese lo más interesante ver como salía vapor de esta. Sin embargo, yo no estaba del todo en aquel pequeño cubículo compartido ya que por más que quisiera mis pensamientos no habían salido de aquella noche, no había podido dejar de pensar en aquel misterioso desconocido, en sus toques, sus besos y sobre todo en su voz, por Dios, su jodida voz que me había provocado tantas cosas. Me pregunto, si hubiéramos llegado más lejos, si el ascensor no hubiera avanzado ¿enserio habría estado dispuesta a tener una aventura con un desconocido en un ascensor?

Sacudo rápidamente la cabeza eliminando aquellos pensamientos. Pensamientos que había empezado a tener desde aquella noche y que a pesar de que había pasado casi una semana de aquello, yo no había podido olvidar por más que quisiera... aunque la verdad es que una parte de mí no quería olvidar, había dejado de ser la correcta y bien portada ______ por unos pocos minutos, y aquello me había sentado bien. Diablos, quizás el champán se me había subido a la cabeza, aun así, me da curiosidad saber quien es... ¿él sabrá quien soy yo?

Levanto la mirada hacia el montón de papeles y portafolios que hay en el escritorio. Un suspiro cansado sale de mis labios y acto casi seguido tomo un sorbo de café. "Diablos, le hizo falta azúcar". frunzo el entrecejo acomodándome en el asiento, Hoseok y yo teníamos mucho trabajo por hacer y él ni siquiera se había tomado la molestia de haber aparecido en toda la mañana. Sabia que se encontraba en el edificio ya que sus cosas estaban en su puesto de trabajo ¿Dónde estará?

—_______ ¿Puedes venir un momento a mi oficina?

Me hago a un lado para poder ver a JiHyo quien me hace señas para que le siga. JiHyo es nuestra jefa, es joven, guapa y muy amable, fue una de las primeras personas que conocí recién llegué a trabajar en Jeon Corporation. Según fue pasando el tiempo varios rumores llegaron hasta mí, rumores de ser una rompe corazones y tratar a los hombres como si fuesen muñecos. Aquellos rumores fueron creados por personas que estaban celosas de que ella pudiera tener un puesto de trabajo mucho mejor al que ellos podrían llegar a tener, así que no fue difícil saber que eran falsos.

Me levanto de mi asiento acomodando mi falda, empezando así, a caminar detrás de ella. Una vez adentro de su oficina ella me sonríe indicándome que cierre la puerta y que tome asiento frente a su escritorio, lo hago.

—______ te pedí que vinieras porque... —toma una pequeña pausa ante de proseguir—. Te he notado tan distraída estos últimos días, ¿todo está en orden?

—¿Q-qué? Sí, claro que sí —me apresuro a decir—. Es solo que... asido una semana algo larga... y y-yo... ¿he hecho algo mal? —el pánico me invade de repente—.

—¡No! —una pequeña risa se le escapa de los labios—. Es solo que pensé que algo iba mal y me preocupé. Sabes que si tiene problemas con algo puedes contar conmigo, somos amigas.

—Lo se y lo agradezco —una sonrisa sincera sale de mis labios—. Todo esta bien, no tienes de que preocuparte.

—Vale... Ahora hablemos de trabajo —JiHyo se levanta de su asiento dirigiéndose hasta un archivador el cual abre y saca varias hojas para después volver a su lugar—. A Hoseok se le ha olvidado esto para una presentación que empezara en —mira su reloj de muñeca—. Quince minutos ¿podrías llevárselo?

—Esa fue la verdadera razón por la que me pediste venir, ¿verdad? —me cruzo de brazos a la vez que finjo indignación.

—Ella suelta una risa—. Claro que no, en verdad me preocupas.

Negando con una sonrisa incrédula recibo las hojas que ella me estaba entregando, me levanto del asiento y me dirijo hasta la puerta.

—Espera... ¿Dónde está Hoseok?

Boss|J.JkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora