Capítulo 21: Lo que no sabemos

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Había salido del trabajo a eso de las cinco de la tarde, acompañada de Lisa y Jennie. Nuestros planes de almorzar juntas habían cambiado un poco, pues a Jennie le había tocado quedarse terminando trabajo, por lo tanto, no pudo acompañarnos. Habíamos decidió entonces, que sería mejor una tarde de chicas, ya saben esas tardes donde van todas juntas de compras a gastar a lo loco mientras se cuentan el ultimo cotilleo o en nuestro caso, nos encontrábamos bebiendo algo en una terraza cercana a la empresa.

Jungkook se había ido unas horas antes a una supuesta reunión, de la cual yo no tenía ni la más mínima idea a pesar de ser su asistente, por lo que supuse que aquello no era de trabajo sino más bien, un asunto personal. No había pasado nada especial después de haber salido de su oficina, pues el señor Park no se había querido ir, si no hasta que Jungkook tuvo que salir. Me encontraba enfrente de Lisa en la mesa, mientras Jennie iba por las bebidas. Era sorprendente como en tan solo unos pocos meses, había logrado crear un vínculo con Lisa, algo así como si la conociera de toda la vida, ella me transmitía confianza y creó que yo a ella también. Unos minutos más tarde Jennie vuelve a la mesa con una pequeña sonrisa y las bebidas en las manos.

—¡El chico de la caja está buenísimo!, le hubiese pedido su número, pero la chica que está preparando las bebidas me estaba asesinando con la mirada, creó que estos dos tienen un rollo. —Nos cuenta su pequeña anécdota, tomando asiento a un lado de Lisa, cogiendo a la vez su latte para beber de este.

—Es realmente una lástima que no te puedas ligar al chico de la caja, Jennie. —Me pongo una mano en el pecho, haciendo un pequeño gesto de dolor mientras niego lentamente con la cabeza. Lisa suelta una pequeña risa, la cual yo le sigo, terminando así, burlándonos de Jennie. Cojo mi frappuccino de caramelo para darle un sorbo, degustando el sabor de la leche, el café y el caramelo.

—Si, sí. —Se cruza de brazos indignada, las mejillas se le empiezan a teñir de un leve color rojizo—. Como sea... —Su mirada se dirige a Lisa, sonriéndole a esta. La cual estaba bebiendo de su café mocha—. Cuéntame de ti Lisa ¿cómo es que llegaste a trabar con alguien como Jeon?

Lisa se encoge un poco en su asiento, parece incomoda ante la pregunta.

—No tienes por qué...

—No, está bien. —Interrumpe mis palabras sonriéndome levemente—. Mi madre sufre de cáncer de pulmón, se lo descubrieron hace casi un año y medio. No sé nada de mi padre, por lo que solo somos ella y yo así que me tocaba trabajar a mí ya que ella no puede. Trabajaba en un pequeño club de esos que son bonitos, pero que los clientes no tanto. Era una de las camareras, ya saben, me tocaba usar de esas faldas que son demasiado cortas y tacones que te hacen medir el doble de lo que en realidad mides. Era incomodo, pero en verdad necesitaba el dinero, pues mi madre había comenzado las quimioterapias. —Su mirada se pierde en algún punto de la terraza, sin embargo, siguió hablando—. Un día, uno de los clientes se estaba propasando conmigo. Creó que estaba pasado de tragos, no lo sé, pero intentaba meterme mano, claro está que no lo dejaba lo cual termino enfureciéndolo. Intento golpearme, pero Jeon llego justo en aquel momento. No sé cómo alguien como él estaba en un lugar así, pero... el evito que el cliente llegase a tocarme.

Su voz había tembló un poco, casi fue imperceptible. Soltó un suspiro, a la vez que se abrazaba a sí misma y luego mordía su labio inferior. Los ojos se le cristalizaron, creó que una lágrima se le escapó, pero rápidamente se la quito con el dorso de la mano.

—Le conté a Jeon el por qué trabaja en aquel lugar, creó que se apiado de mi porque me ofreció trabajar con él. —Suelta una pequeña risa, levantando la vista para mirarnos—. Como sea, de todas formas, le agradezco. Gracias a él mi madre está mucho mejor.

Boss|J.JkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora