Capítulo 4: Piénsalo

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Jeon Jungkook, uno de los empresarios más jóvenes y guapos de Corea, multimillonario y un chico encantador ¿Quién no moriría por trabajar con semejante bombón? Bueno pues yo tenía aquella oportunidad o por lo menos era lo que JiHyo me había hecho entender. Suspiro intentando calmar mi respiración, ver a aquel hombre tan imponente dos veces casi seguidas en tan solo un día no era bueno. Bajo del ascensor con los nervios a flote. La misma chica de la otra vez se encuentra ahí, esta vez concentrada en la pantalla de la computadora a la vez que teclea con rapidez. Una vez me acerco lo suficiente, ella levanta la mirada, dedicándome una sonrisa dulce y educada.

—Supongo que tú eres ______ —asiento con lentitud ante sus palabras—. Jeon me dijo que vendrías —dice—. Te está esperando en su oficina, es la última puerta del pasillo.

Con un balbuceo casi inentendible le agradezco, empezando alejarme de ella por aquel largo pasillo. Con cada paso que daba y me acercaba aquella puerta de madera de un color oscuro, sentía que el corazón se me saldría del pecho y que los pulmones se me quedarían sin aire. Estaba demasiado nerviosa por el no saber que me esperaría dentro de aquella oficina, quizás JiHyo tenía razón y era una oferta para trabajar con él, pero y si era otra cosa... Con la mano temblorosa, golpeo varias veces esperando a una respuesta. Para mi sorpresa un chico alto, delgado de cabello castaño y con labios gruesos abre la puerta, su mirada demuestra sorpresa y curiosidad a la vez. Se hace a un lado dándome paso para entrar, lo hago haciéndole un leve asentimiento de cabeza en forma de saludo.

—Oh, señorita Thompson —dice Jungkook con sorpresa, sorpresa que disimula rápidamente con una pequeña sonrisa educada—. Fueron más rápidos de lo que creí al pedir que la llamaran —dice más para él—. Por favor, tome asiento.

Indica señalando con su mano derecha uno de los asientos frente a él, algo indecisa decido hacerlo. Él chico que había abierto la puerta segundos atrás, hace un sonido con su garganta llamando nuestra atención. Se cruza de brazos y le da una mirada interrogativa a Jeon.

—Ah Jin, ella es _______ Thompson, la chica de la que te estaba hablando hace un rato. Thompson él es Kim SeokJin, uno de mis socios y mano derecha de la empresa.

Jungkook nos presenta rápidamente. SeokJin abre la boca ligeramente formando una pequeña "o" en sus labios, su expresión cambia dedicándome ahora una pequeña y a la vez tímida sonrisa para acto seguido decir:

—Un gusto conocerte.

Su tono de voz es suave y como casi todos los que trabajamos aquí, Jin lleva un traje de color gris con unos zapatos a juego. Una camisa blanca de botones y una corbata roja, solo que el desprendía más importancia. Ser la mano derecha del CEO, siempre es un trabajo muy importante.

—El gusto es mío. —Hago una pequeña reverencia.

Jin me vuelve a sonreír antes de despedirse, pues según él, tenía algo importante de lo que debía ocuparse. Una vez sale y me deja a solas con Jungkook, me dedico a observarle. Lleva un traje de color azul oscuro, casi negro, su abrigo se encuentra en el respaldar de la silla, no lleva corbata y su camisa, la cual es de un color blanco, tiene los dos primeros botones desabrochados dejando ver un poco de su pecho.

Levanto la vista dándome cuenta de que me ha pillado casi comiéndomelo con la mirada. Desvió la mirada sintiendo como mi cara empieza a hervir de la vergüenza. Él suelta una pequeña risa, poniéndome más nerviosa de lo que ya estaba, me remuevo incomoda en el asiento a la vez que aclaro mi garganta, todo aquello ante su atenta mirada.

—_______ —por Dios, mi nombre suena tan bien cuando él lo dice. Se levanta de su asiento y camina hasta mí, diablos, está tan cerca. Se inclina lo suficiente como para cogerme de la barbilla y hacer que lo mire—. Me gusta que me miren cuando estoy hablando —su voz sale casi en un leve susurro, como si me estuviera contando un secreto y a pesar de que su agarre no fuese ni remotamente fuerte, me estaba provocando tantas cosas, que sentía que en cualquier momento dejaría de pensar con claridad, aun que aquello ya estaba sucediendo—. ¿Entendido? —Asiento sumergido en sus iris color café oscuro. La mano que estaba en mi barbilla ahora pasa a mi mejilla, dando pequeñas caricias a esta—. Y también que me respondan. —Una pequeña sonrisa aparece en sus labios—.

—S-si —genial, ahora estaba tartamudeando. Debo parecer una autentica tonta frente a él. Me muerdo el labio inferior maldiciéndome por dentro, olvidándome por unos segundos quien se encontraba a mi lado, segundos en el cual nuestras miradas se conectan. Su pulgar acaricia superficialmente mi labio una vez dejo de morderlo.

—No vuelvas a hacer eso.

Su voz se vuelve más gruesa y eso me enloquece. Suspira con pesadez, acercándose a mí. Su perfume inunda mis fosas nasales. Hum huele tan bien. Poso mis manos en su pecho provocando que él se tense, pero no las retira, las deja ahí. Su mirada se vuelve un poco más oscura y suelta un pequeño suspiro. Este es el momento en el que lo empujo y recupero la compostura o paso mis manos alrededor de su cuello y lo acerco a mí o quizás ninguna de las dos, ya que varios golpes en la puerta hacen que ambos nos alejemos y recuperemos la compostura. Escucho como jungkook maldice en voz baja, se pasa un de sus manos por su cabello, echándome una mirada rápida. Puedo ver como sonríe.

—¿Sí?

—Señor, ha llegado algo para usted.

Esa voz.... Es la chica de la recepción. Jungkook se da vuelta, volviendo a su escritorio indicándole que pase, ella ingresa en aquel lugar con una pequeña caja en las manos, se acerca hasta su escritorio y lo deja. Jungkook le agradece, lo cual ella responde con una reverencia para después salir. Una vez volvemos a encontrarnos solos de nuevo, decido esta vez ser yo quien comienzo la conversación aun con aquella tención en ambos.

—¿Para qué me ha pedido venir? —No lo miro, a pesar de que sé que él si lo está haciendo y que me ha pedido que cuando le hable lo haga, sin embargo, esta vez lo deja pasar. Hace un pequeño sonido con su garganta, se mueve un poco y después dice.

—El otro día, cuando ayudo a Jung con la presentación, me pareció magnifico como se desenvolvió y a mí me vendría bien alguien así...

—Perdone...pero sigo sin saber muy bien que quiere de mi...

Una sonrisa socarrona aparece en sus labios—: Fácil, la quiero a usted. —Sus palabras me dejan en shock, la forma en que la dijo... Dios, las mejillas me arden y un calor en el pecho se hace presente—. Yo...me refiero a que...me gustaría que trabajar conmigo, siendo mi asistente...

Esta vez soy yo quien sonríe ante su nerviosismo. Me está pidiendo que sea su asistente, hago un gesto pensativo con la cabeza.

—No lo sé...mi actual puesto de trabajo no está nada mal...

—Este puesto de trabajo es aún mejor —dice intentando convencerme—. Tendrías mejores oportunidades aquí.

—Lo sé...es solo que todo esto fue tan repentino...

Parece pensárselo durante varios segundos antes de responderme.

—Mira, aun no contestes nada. Tan solo piénsalo... ¿quieres?

Asiento, mirándolo a los ojos, con un extraño presentimiento. 

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[EDITADO 1/2/21]

[♡][EDITADO 1/2/21]

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Boss|J.JkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora