Boss|J.Jk

Capítulo 36: La verdad de la que no quieres que sepa

—Este es un lindo vestido. —Jennie señala uno de los vestidos que aparecen en aquella revista. Yo asiento algo confusa.

—Lo es, sí, pero... ¿Por qué estamos viendo vestidos de novia? —pregunto con una pequeña risa, a lo que ella se sonroja, sonriéndome levemente.

—Me gusta ver esta revista, me hace imaginar el día en que me vaya a casar. —Confiesa. Yo me quedo observándola durante unos segundos, antes de sonreírle también, la verdad era que yo nunca había pensado en algo como aquello, pues nunca me he sentido lo suficientemente segura como para dar un paso tan importante con alguien.

—Seguro que con ese vestido te verías preciosa. —Le digo, ella me sonríe con emoción, volviendo a pasar las páginas de aquella revista.

Era la hora del almuerzo por lo que nos encontrábamos sentadas en una de las mesas de nuestro restaurante favorito. La tarde era linda y hacia un buen clima, por lo que estábamos comiendo en la terraza. Amaba pasar la tarde con mis amigos, aunque en este caso solo fuese Jennie, pues los demás tenían cosas que hacer.

La verdad era que Lisa y yo estábamos muy ocupadas con lo que sería una fiesta para recaudar fondos y así ayudar a una fundación benéfica, todo aquello patrocinado por Jeon Corporation. Así que lo más seguro era que bastante gente importante y adinerada asistiera aquel lugar, algunos por que en verdad querían apoyar, mientras otros solo porque les convenia.

A pesar de todo aquello, me parecía genial que Jungkook ayudara y apoyara a causas que en verdad lo necesitaran. Después del viaje, era en lo que más nos habíamos concentrado, pues aquello seria en menos de dos semanas, por lo que era prioritario por el momento.

Una vez terminados de comer y pasar un buen rato, estábamos devuelta en el trabajo. Me despido de ella para ir a mi piso, encontrándome frente a la chica bonita de la otra vez cuando las puertas se abren.

—Ah, tú eres la asistente de, Jeon. ¿Verdad? —Dice con una sonrisa y tono feliz, como si se alegrara de verme. Asiento algo desconcertada saliendo del ascensor.

—Sí. Usted es la señorita Kim Ye Rim. —Respondo en un tono educado.

—¡Así es! Veo que sabes quién soy...—su sonrisa se ensancha. Posa una de sus manos en sus caderas, pensando durante unos segundos antes de continuar—. Me alegra que Jungkook tenga alguien que le ayude, aparte de Lalisa. Supongo que deber hacer un buen trabajo, ¿no? ¿o porque otra cosa te hubiera contratado? —Suelta una risa hipócrita, que yo le sigo algo incomoda. Giro mi cabeza intentando encontrarme con Lisa, pero esta no se encontraba en su lugar.

—Ah...bueno, la dejo. Tengo que volver al trabajo. —Me despido dándome vuelta para perderme por el pasillo, pero su mano me sujeta la muñeca con algo de fuerza. Confusa, vuelvo a mirarla, su sonrisa risueña y su expresión amable habían desaparecido, dejando sus verdaderas intenciones. Un escalofrío me recorre la espalda.

—¿Me crees tonta? —Mi cuerpo se tensa ante la pregunta, intento zafarme de su agarre, provocando que ella lo intensifique aún más. Me mira con odio y asco—. ¿Crees que no sé lo que tú y ese idiota se traen? Por favor.

—Mire, señorita. Realmente no sé a qué se refiere, pero me está lastimando. Así que le pido amablemente que me suelte. —De un jalo algo brusco, consigo liberar mi brazo, dándome cuenta que sus dedos quedaron pintados. Una risa escandalosa inunda el recibidor.

—Que idiota, nunca pensé que alguien como tú, pudiera andar con alguien que ya...—sus palabras se cortan y su expresión cambia una vez más a la sonriente y amable de hace un momento.

—Pensé que ya te habías ido. —La profunda voz de Jungkook resuena detrás de mí, haciéndome estremecer, no solo a mí, sino también a ella. Quien sigue manteniendo su sonrisa forzada.