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En la mansión Hyuga las cosas estaban tensas, Hinata no planeaba dirigirle la palabra a su padre de no ser absolutamente necesario y su padre no tenía intención de estarle rogando a Hinata por que su hija le hablara, al contrario a él le daba más tiempo para hacer sus trabajitos.

Naruto estaba enfocado por acabar esa misión, pero no encontraría nada, esa familia era profesional y al parecer sabía hacer perfectamente su trabajo y no dejaban pista alguna, eso lo había comprobado en apenas una semana de estar ahí, así qué tal vez, solo tal vez quedara una opción.

Siempre dicen que la fortaleza de alguien puede ser su mayor debilidad, si así es, La fortaleza de Hinata Hyuga era su personalidad ruda pero eso podía llegar a ser una debilidad si ves más a fondo de su mirada.

La única opción de Naruto era, ganarse la confianza de la Hyuga.

Para una opción viable un espía debe tener claras tres preguntas:

¿Como lo haría? No lo tenía claro.

¿Cuanto tiempo le tomaría? Bastante

¿Funcionará? Tal vez

El no tenía claro ninguna de esas preguntas pero era la única opción. Por una semana había intentado insertar un chip en las laptops que encontraba en las habitaciones que limpiaba, pero ninguna tenía información importante. El sabía que el premio gordo estaba en la oficina de Hiashi pero esa oficina sólo la limpiaban hombres grandes y fuertes que siempre portaban armas, alguno de los perros fieles de Hiashi.

Naruto se mezo el cabello mientras levantaba de la mesa un par de tazas que había estado utilizando Hiashi unos momentos atrás. Naruto se desplazaba de un lado a otro llevando platos o quitando polvo con un plumero, ese día había sido el más atareado de todos y Naruto no estaba para nada contento, era la misión más denigrante que le había dado.

Sus pensamientos de queja fueron interrumpidos por el "Ring, Ring" de uno de los teléfonos de la casa. Hinata quien justamente iba bajando por las escaleras con todo el sueño del mundo se pasó una mano por la cara.

-Debe de ser Kiba- Hablo cansada, pero no físicamente, si no mentalmente- Ya sabes que hacer Naruto.

Naruto asintió y contestó el teléfono.

-Hablo a la residencia...- Naruto fue interrumpido.

-Ya se, ya se, se que hablo a la residencia Hyuga, me has dicho el mismo discurso desde hace una semana- se le oía triste, muy triste- Por favor, pásame a Hinata, se que esa ahí, me bloqueo de todos lados. La necesito, por favor- Kiba tenía un tono extraño y sorbia por la nariz.

-¿Esta... borracho?

No hubo respuesta

-Solo pásamela- contestó sin más.

El volteó a ver a Hinata quien seguía estática en las escaleras. Ella solo puso su dedo índice en su boca diciéndole que no hablara.

-Ella.... ella no está, acaba de salir con su padre

-¿Nunca está en casa ahora o que? Bueno ¿podrías hacerme el favor de darme mi recado?

-Si claro

-Solo dile que la amo

-Si claro, yo... yo le digo- término Naruto y finalizó la llamada.

Mi espía ideal (Naruhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora