XVII

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-¡Hinata, No lo hagas!

-N-Naruto- balbuceó  al azabache.

-Policía federal. Al suelo y las manos donde pueda verlas.

Hinata sintió como todo el valor se le venía abajo, su corazón palpitaba en sus oídos, su respiración se cortó y ella estaba segura que su color era más blanco de lo normal. Los músculos de su cuerpo se tensaron y el cuchillo que tenía entre las manos cayó al suelo haciendo el ruido que marcaría el silencio.

Toneri miró de reojo y sonrió soltando una pequeña risita maliciosa. Él tenía razón.

Se miraron a los ojos en silencio, los guardias detrás de Naruto se preguntaban si el haría algo o simplemente se quedaría apuntando a la criminal, Toneri esperaba ver el desenlace de esto y Hinata solo esperaba que fuese un sueño, o mejor dicho, una pesadilla.

-¿Q-Que estás....- tragó saliva con dificultad-...haciendo aquí?

Naruto la miro con el ceño fruncido y afirmó el arma que sostenía en las manos.

-Tienes derecho a guardar silencio, todo lo que digas será usado en tu contra- con un movimiento de cabeza, Naruto dio la orden de esposar a la chica.

Los hombres se movieron en dirección a ella, pero ella no reaccionaba, estaba en shock. El amor de su vida.... ¿la había traicionado?

-¡Hinata tienes que salir de ahí! Los policías han entrado- Interrumpió Sasuke por el auricular- ¡Hinata muévete! Maldición.

Ante la fuerte voz de su hermano ella logró salir del trance, sacando así, una pistola del cinturón que portaba. Temblorosa, apuntó a la cabeza del peliblanco y miró a los tres hombre frente a ella.

-Un movimiento más y este hombre muere y no hay nada que podrán hacer- Vocalizó en casi un murmuro debido al nudo en la garganta.

Naruto suavizó su semblante y se abrió paso entre los dos grandes hombres. Se paró frente a  ella y la miro con falsa ternura.

-Hinata, tu no eres así- Naruto hablo con determinación pero con tranquilidad- ¿Recuerdas todo lo que me dijiste? Que no te gustaba hacer esto.

A Hinata le temblaba la mandíbula, pero el tono de Naruto la hizo morderse el labio y sus ojos se apagaron.

-Y-Yo, N-No soy así- balbuceó.

Toneri temblaba del dolor, pues la joven chica seguía sobre su lastimado estómago.

-Asi es- asintió él y dio dos pasos hacia ella- Ahora Hinata baja el arma y entrégamela- Alzó su mano derecha para que se la diese.

Hinata apenas se movía, apenas pensaba, estaba intentando buscar alguna explicación. Pero no había ninguna. El la estaba traicionando y no solo eso.

También... manipulando.

La azabache asintió levemente con la cabeza y dejó de apuntar el arma hacia Toneri.

-Bien hecho, Hinata- Naruto sonrió cínico- Ahora, dámela.

Hinata bajo la cabeza. Miro al suelo pensando en cómo había llegado ese momento, si apenas hace 24 horas estaban haciendo el amor y ahora el la estaba traicionando.

Mi espía ideal (Naruhina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora