Capitulo 5

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— Me gusta este lugar —murmura, sin dejar de ver alrededor— es tan... hogareño y cálido. Como la casa de una abuela.

Oh, por dios, yo pensé eso hace poco. Estamos tan conectados. Estamos en sintonía.

— Lo sé. Y espera a que pruebes la comida, me amarás por haberte traído aquí.

La señora Adele se acerca a nosotros rápidamente con una sonrisa cálida en cuanto nos ve. La señora Adele es la anciana mas dulce que conozco (básicamente la única persona anciana que conozco además de mi doctor y la señora que me atiende siempre en Walmart, pero de esos tres, ella es la más dulce así que me adhiero a mi palabra). Tiene unos muy pequeños ojos azules y una sonrisa que te hace confiar en ella con todos tus más sucios secretos. Tiene 72 años, me parece, y a pesar de eso se ve joven y linda. Espero de verdad poder verme así cuando yo tenga su... mmm, olvídenlo.

— Kally, cariño —me saluda y se acerca a mí para besar mis dos mejillas— que alegría verte entre semana. Un lindo cambio.

— Igualmente —le respondo con una sonrisa grande. Se siente bien saber que alguien está feliz de verme— él es mi amigo Dante, lo traje para que conociera sus wafles.

— Kally dice que este es el mejor lugar para desayunar y creo que tiene razón, es hermoso —dijo Dante con una dulce sonrisa.

— Oh, muchas gracias, angelito. Soy Adele —se acerca a él y besa sus mejillas— un placer conocerte ¿Eres Mexicano?

— Sí —contesta, orgulloso— ¿Usted también, cierto?

— Por supuesto —sonríe cariñosamente— eres un pequeño encanto ¿No es así, Kally?

— Eh... —puedo sentir mi cara calentándose y espero que mis cachetes no se pongan tan rojos como cuando tengo calor porque entonces tendremos un problema— sí, supongo. Si lo miras de lejos.

Dante se ríe por mi comentario para nada coqueto y rueda los ojos, luciendo divertido.

— Claro —murmura Adele y me da una sonrisa complice— bueno, jóvenes ¿Qué van a ordenar?

— Yo quiero dos wafles dorados con huevos revueltos y una malteada extra grande de vainilla con crema batida, chispas de colores y uno de esos popotes divertidos que me gustan — pido sin pensar mucho en mi orden usual, arrepintiéndome un segundo después. Esto es una cita después de todo, debí haber pedido avena o algo igual de nutritivo, pero no lo hice y... meh, qué demonios, yo puedo comer lo que se me da la gana.

— Yo quiero lo mismo, por favor —dice Dante, tal vez porque Adele olvidó que este angelito nunca ha venido antes y no le dio una carta.

— Muy bien, así me gusta, que sepan comer. Ahora mismo les traigo su desayuno —dice, guiñándonos un ojo y se marcha sin quitar su sonrisa, moviendo sus grande trasero de un lado a otro como si estuviera bailando mientras camina.

— Es... eh, una señora muy dulce —habla Dante, después de un incomodo minuto de silencio donde ninguno de los dos sabe hacia dónde mirar o qué decir.

—Lo sé.

Eso fue todo lo que salió de mi torpe boca.

Usualmente tengo un parloteo fastidioso que dura días, pero claro, tengo que quedarme en blanco justo con la única persona a la que me interesa mantener hablando. Estoy a casi nada de empezar a hablar de los caballos de fuerza que tiene su estúpido auto cuando mi celular suena con un mensaje de Tommy.

"¿Dónde estás? Ya no estoy con Andy, puedes contarme"

Miro hacia Dante antes de contestar, él está tronando sus nudillos y mirando hacia afuera.

Everything has a solution | DALLY | Kally's MashupDonde viven las historias. Descúbrelo ahora