Everything has a solution | DALLY | Kally's Mashup

Capitulo 10

Exactamente a las 3 de la madrugada, Dante  me hace una llamada perdida. Esa es la señal de que se encuentra afuera de mi casa en su auto, listo para llevarnos al aeropuerto.

Tomo aire hasta que lleno mis pulmones y lo dejo salir lentamente. Repito ese proceso varias veces, esperando que mis nervios se calmen. Tengo ganas de cancelar esta locura, pero ya es demasiado tarde como para decirle a Dante  que me he arrepentido.

Ademas, realmente quiero hacerlo.

Dejo la nota que le escribí a mi hermano sobre mi almohada. Sé que hará un escándalo de todas maneras, pero la nota ayuda a que sepa que nadie me secuestró y que no me ponga en la sección de desaparecidos del periódico local o haga una búsqueda con la policía. Eso sería humillante y ya he tenido bastantes humillaciones publicas en esta ciudad como para agregar otra.

Tomo la pequeña maleta que hice, que realmente es una mochila, y salgo con mucho cuidado de mi casa. Dante  me está esperando en su auto, con una sonrisa tan grande que se me contagia a pesar de todos los sentimientos encontrados que tengo en este momento, la mayoría de los cuales son parecidos a la culpa y al arrepentimiento.

Pero no estoy haciendo nada malo, no es como si me fuera a escapar para siempre ¿cierto? eh... probablemente no. Aunque nada me asegura que no voy a caer muerta un día de estos sin aviso alguno y arruinar la oportunidad de mi hermano de verme antes de morir. Agh, da igual. Como dicen los afroamericanos en esa canción pegajosa que tanto me gusta, solo se vive una vez. Y yo ya estoy en las últimas así que con más razón, es hora de hacer estupideces.

Con ese pensamiento fresco y la melodía de esa canción en mi cabeza, me suelto corriendo con mi maleta/mochila y entro al auto, accidentalmente golpeando mi cabeza cuando paso por la puerta. Gimo con dolor por eso y Dante  se empieza a reír de mí, pero no le doy mucha importancia porque ya estoy acostumbrada a eso. Solo aviento mi maleta/mochila hacia atrás y cierro la puerta.

—Arranca —ordeno con la voz seria, llevando mi mano a mi cabeza para sobar el lugar lastimado. Dante  aún se está riendo, pero hace lo que le pedí, con mucha más calma de la que yo podría conseguir en este momento.

—Hola, Dante  ¿Cómo te encuentras en esta agradable madrugada? —se pregunta a sí mismo con voz aguda, tratando de hablar con mi acento y haciendo muchos ademanes femeninos con su mano libre y su cabeza— no te venía persiguiendo tu hermano con cadenas para amarrarte en el sótano. Tranquilízate.

—Lo sé, lo siento —ruedo los ojos, dándome cuenta de que tal vez exageré un poquito. De todos modos Andy duerme como un muerto y no se podría despertar ni aunque lo intentara. Una de las muchas cosas que tiene en común con Tommy— cambiemos de tema, no quiero pensar en mi hermano... ¿A dónde crees que vayamos?

No lo sé, a dónde sea será bueno. Nos vamos a divertir aunque terminemos en un lugar aburrido como Wisconsin —dice, sin quitar su sonrisa y luciendo igual de calmado, pero se hace a un lado en una calle y estaciona el auto, poniendo los intermitentes— ¿Sabes por dónde queda el aeropuerto?

—¿No sabes llegar? —me burlo, un poco más de lo que debería. Debo aprovechar estos pocos momentos dónde yo sé algo que él no, aunque eso sea algo tan aburrido como llegar al aeropuerto de esta ciudad perdida en el mapa— claro que sé donde queda, muévete. Yo manejo

—Olvidas que llevo viviendo aquí solo unas semanas —se defiende, incapaz de admitir su derrota— ¿Sabes manejar?

—¡Claro que sé! —contesto con fuerza, aunque es una mentira piadosa. Solo he manejado una vez y no me fue tan mal como cualquiera pensaría. No maté a nadie ni terminé estampada en un árbol, así que considero eso como uno de mis más grandes éxitos. Dante  asiente sin dejar de lucir desconfiado y cambiamos de asientos.