El Lobo

en las garras del lobo

Su boca busca impaciente la mia, su lengua busca desesperada la mía.

-oh mi amor - he esperado tanto este momento - me dice mientras sus manos se escurren bajo mi blusa e intenta arrebatarla .

Sus besos bajan hasta mi cuello, haciéndome estremecer.

Mis manos sujetan su cabeza rapada, aquella cabeza que he tenido en mis manos bajo otras circunstancias.

Pero esta vez la tengo justo como lo deseo, ardiendo de placer mientras siento como su miembro eréctil, hace el intento de salir de su prisión.

-oh mi bella, mi chica, - te deseo tanto, me dice entre besos ahogados de pasión .

En un momento de respiro, veo sus ojos verdes y mis miedos desaparecen,no hay marcha atrás estoy justo donde quiero estar entre las garras de mi lobo.

El por fin logra quitar mi blusa, mientras intenta desesperado desabrochar mi bra, le doy una pequeña ayuda para dejar al descubierto mis pechos, en ese momento siento algo de pena, hace 4 años hay un único hombre en mi vida.

Y ahora este chico Skinhead esta explorando mi cuerpo por primera vez .

El nota mi cambio, siente mi timidez, se detiene, me mira, - eres hermosa-¿ no se como pusiste tus ojos en mi ?-

- yo diría lo contrario - respondo devolviéndole la mirada, un poco sexy algo coqueta.

El me besa de inmediato, beso que respondo con pasión desenfrenada.

Rápidamente quita su camiseta, la cual me deja ver su abdomen definido, paso mis uñas suavemente sobre el, su contextura delgada es algo que me tiene fascinada.

Me detengo al llegar hasta sus pantalones, estoy a punto de descubrir que esconde detrás de ese jeans negro.

Me encuentro algo nerviosa, el me ayuda desabrochándose sus jeans pero justo antes de bajarse los pantalones se detiene.
Lo observo algo curiosa al ver que no termina su tarea.

-tengo algo que decir- me dice con un tono algo nervioso

- ¿que sucede ?- le respondo, esperando que no sea algo tragico lo que me va a confesar justo en este momento.

- tengo las piernas muy peludas- me confiesa en ese instante .

No puedo evitar reírme, al escucharlo

-hey, no te burles de mi- me reclama.

- no me estoy burlando - simplemente es algo que me causo mucha gracia, además que importancia tiene eso, eres como un lobo, mi lobo.

Por fin baja sus pantalones, y se abalanza contra mi tirandonos a ambos sobre la cama, me besa, me besa como nunca nadie lo ha echo.

-¿tu lobo eh ?- me dice, eso soy, un lobo y en este momento te demostraré como es un lobo en la cama.

Emito un gemido ahogado, mientras el suavemente se va hundiendo en mi.

Mis manos se sujetan fuertemente a su tonificada espalda, mientras llego al éxtasis del momento.

Me doy cuenta que el se encuentra en la misma sintonía que mi cuerpo.

Nos tumbamos juntos en la cama, el me abraza lo cual me parece  algo extraño, los hombres por lo general se alejan después de este tipo de actividades.

Lo siento pegado a mi y me gusta esa sensación esa cercanía después del sexo.

-¿en que piensas mi amor ?- me pregunta mientras me da un cálido beso en la frente.

- en ti, en todo, en lo que acaba de suceder - respondo mientras mi mente recorre hasta el mínimo detalle .

Enciende un cigarrillo y me lo da, junto con un beso apasionado.

-es hora de irnos- le indico, sabes que mi tiempo es limitado.

- lo se nena- lo se - su rostro cambia, el semblante se vuelve frío .

-¿que sucede Andrei ?-

- nada- me dice , con una voz muy cortante .

Lo miro mientras me termino de vestir, le guiño un ojo y le regalo una pequeña sonrisa.

El se acerca a mi y me abraza, siento ese aroma de lobo alfa que sentí la primera vez que lo abracé, aunque esta vez el aroma es aún mas delicioso, huele a mi, huele a nostros, huele a éxtasis.

Mi cabeza queda a la altura de su pecho, lo cual me llena de satisfacción siempre me han gustado los hombres de buena estatura.

- soy una enana- le digo mientras me aferró a su pecho .

-no digas eso - me responde mientras me aleja un poco para poder mirarme a los ojos.

- es la verdad - lo sabes.

- no me importa , es mas me encanta tu estatura- me dice mientras me da un cálido beso en la frente .

Lo cual hace que me coloque de puntillas para alcanzar sus labios.