9- Pijamada

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En CyberLife transgredir las normas que han  dictado desde el comienzo de su fundación se ha visto como un acto de traición irreparable, Connor lo sabía, en sus sistemas se encontraba el reglamento interno y de actuación de la empresa. No entendía porque se encontraba nervioso, eran sensaciones que no había prevenido sentir y ahora parecía que le ahogaban. No tenía de que preocuparse ¿no? es decir él no era un divergente, lo único que había hecho era ocultar los fallos que estaba sintiendo en su software. Al llegar a la sala de control principal se sorprendió, pues esta se hallaba vacía, ¿no sospechaban de él?¿sólo le habían traído para asegurarse de no perder su prototipo favorito?. Alivio, que sensación más agradable, sonrió para si y se conecto con la red central de CyberLife, para contemplar con regocijo como nadie sospechaba nada.

Ya en su mundo interno Amanda le esperaba para mantener una pequeña conversación. Ella estaba en su programa interno, sabía de los fallos y de las correcciones necesarias. Él se acercó a ella y se sentó a su lado en un banco de madera blanco. 

- Buenos días Amanda, ¿ocurre algo?

- Sabes que sí Connor, ¿porqué no informas a CyberLife de los problemas que presentas? Si no lo haces, yo lo haré. A menos que me des una justificación correcta.

- No creí que fuera importante, puedo auto-repararme, y no quería causar más problemas a la compañía.- En el fondo no mentía, el confiaba que sus sistemas no estaban tan dañados, se sentía bien, el error no se presentaba a menudo. 

- Esta bien, tienes razón puedes repararte por tu cuenta, pero no quiero que vuelvas a ocultar algo así. ¿Entiendes lo que podría significar eso?

- Amanda- dijo Connor observándola- Con todos mis respetos, no soy divergente y no creo que vaya a serlo. Soy el androide más avanzado de CyberLife mi programación no es tan vulnerable.

La mujer sonrió complacida, el androide no parecía presentar divergencia. Seguramente su sistema creado para complacer a los humanos había optado porque la mejor opción era ocultar su situación para no hacer sentir mal a sus dueños. Muy servicial por su parte. Aunque... ¿sería el motivo real?.


                                                                                                  ***


Un nuevo día, treinta casos de androides contaminados y solo uno de un androide con divergencia. Le molestaba que no se diera prioridad a los casos que involucraban la ejecución de androides. Pasarían a ser solo una estadística hasta el día en el que no quedará ninguno. Por suerte o por desgracia CyberLife presionaba a la comisaría para que revisarán también esos casos. Hank se imaginaba como uno de los magnates de la empresa, y si fuera así, claro que le dolería perder millones por que unos hacker se hallan puesto graciosos creando virus. 

Había vuelto a llegar pronto, su superior al mando estaba encantado con el cambio aunque no supiera a que se debía. El teniente quería llegar lo más pronto posible, pues así tenía la falsa sensación de que vería antes a su androide. 

Iba ya por el segundo café cuando escucho al detective Reed increpar a alguien. Y estaba más que seguro de que sabía de quien se trataba, caminó con aparente desinterés hacia la escena y se posicionó al lado de su compañero, quien no se defendía mientras Reed se metía con su anatomía "supuestamente perfecta" para ser el compañero ideal.

- Deberían haber traído a una chica, al menos sería algo más bonito de ver que tu.. tienes ese aspecto...das miedo. Frío y de plástico,  así eres de verdad deberías enseñarlo. Y no ir de niño con cara bonita.

- Lo siento oficial Reed, pero que tiene que ver mi diseño con la resolución de casos. ¿No le agrada que me vea como un humano? Fui diseñado para que mi aspecto resultara agradable- le molestaban las continuas burlas por parte de sus "compañeros". Solo quería realizar el trabajo que le había sido encomendado, pero era complicado si no tenía una relación de confianza como mínimo con el resto, y esta tarea no conseguía cumplirla.

Hank decidió intervenir y llevarse a su androide lejos de ese detective que claramente le molestaba. Le sujetó del brazo y le encaminó a la mesa. - Lo siento Reed, lo necesito.- Le grito al otro detective quien lo miraba molesto al impedirle seguir metiéndose con el androide.

- Vaya Connor, sigues igual- rió- ¿eres tú no?

- Soy yo teniente Anderson, ¿me ha echado de menos?- Preguntó curioso, mientras intentaba ocultar la sonrisa que se formaba en sus labios. El teniente por su parte giro la cara para no verle y no tener que responder. Cambió de tema.

- Tenemos un nuevo caso, un hombre se ha hallado muerto en la entrada de una discoteca de la zona noreste de la ciudad. Según los testigos el asesino fue el portero del local, quién casualmente es un androide. Se sospecha que la discoteca es un lugar de reunión para los divergentes. Tenemos que infiltrarnos. Esta organizado para mañana en la noche, así que llamaré a Cyberlife para que te dejen quedarte conmigo por un tiempo. 

- Teniente, ¿quiere que llame a Cyberlife, o lo hará usted?

- No te preocupes, les llamará en un rato. Aunque se que te tratan como si fueran unos padres muy protectores. Así que le diré que no se preocupen, que habrá un adulto presente, que me den una mochila con tu pijama y saco de dormir, y con tu mejor traje de fiesta. Y nada de alcohol!

El teniente se reía a carcajadas, Connor se limitaba a observarle y a comprender el motivo de su risa. ¿Le estaba comparando con un niño? no iba a dejarlo así. 

- No se si me dejarán, saben que mi amigo bebe mucho y no es muy obediente. ¿va a venir su padre teniente? -sonrió divertido. Un agente al fondo observaba la escena y se reía ante los comentarios de ambos. Tal para cual, bromeando como si fueran niños pequeños.


                                                                                          ***


Ya en la casa del teniente, Connor acariciaba el denso y suave pelaje de Sumo. Mientras Hank preparaba la ropa que se pondría al día siguiente en la infiltración. Cyberlife había aceptado su propuesta y le habían enviado un paquete con lo que suponía sería ropa para ayudar al caso del día siguiente. Al terminar buscó a Connor y otra ves se enamoro de la tierna escena que este le brindaba. 

- Vamos a dormir, que mañana tenemos que hacer los preparativos del caso.- Y se dirigió nuevamente a su habitación seguido por Connor. Ambos a cada lado de la cama se disponían a descansar.

- ¿Teniente?- preguntó el más joven.

- ¿Sí?- refunfuño el contrario, quien ya había encontrado la postura perfecta y estaba por dormirse.

- ¿Volverá a nombrarme y a realizar sonidos raros?- A Hank le recorrió fuego por las mejillas pero por suerte Connor no vería nada.

- Duérmete o vas a la esquina.- Connor aun tenía que descubrir que pasaba con su compañero cuando se levantaba tan agitado. Mañana sería un gran día.

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Siento no contestar a todos los mensajes, pero justo me tocan muchos exámenes seguidos.

De todas formas os leo, sois muy divertidos

Gracias por leer, un beso enorme para todos y todas. 


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