I C E C R E A M [Finn Wolfhard] TERMINADA

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10 años antes...

El juicio había llevado tres años, en el cual el acusado salió con una sentencia muy buena para lo que había hecho, pero siempre el que tiene poder puede más.

Las familias afectadas solo tuvieron una pequeña bonificación, lo cual era absurdo porque habían perdido a un ser querido.

La familia Holland había obtenido que los pequeños estudiarán en el colegio totalmente gratis, era un colegio muy caro y bueno. Ya que el acusado era dueño de estas instalaciones fue una de las opciones que su abogado les dió y no les quedó de otra más que aceptar ya que habían dado todo el dinero para llevar el caso, pero el dinero no es infinito.

Y así fue como Stephen Holland tuvo que seguir con su vida, con un gran vacío en el corazón pero lo hacía por sus hijos, la única razón por la que seguía adelante eran ellos.

Los Wolfhard fueron de gran ayuda y siempre les brindaron apoyo, Marie le daba el amor necesario a esos pequeños y cuando podía los llevaba a pasear junto con sus hijos sin esperar nada a cambio.

Hoy era uno de esos días de paseo, habían ido a un parque cerca de ahí y el camión de helado no estaba tan lejos, Stephen se había vuelto muy sobre protector con sus hijos respecto a que estuvieran en la calle, todos en su lugar lo harían.

-¿Cómo estás? - preguntó Nick a su amigo Jackson.

-Bien, extrañando a mamá.

A pesar de lo pequeños que aún eran tenían en cuenta de lo que pasaba en sus vidas. Jackson solo quería cuidar de su hermana y padre, mientras que Nick quería apoyar a uno de sus pocos amigos de la zona.

Mientras tanto los más pequeños de la familia estaban corriendo por todo el parque, subiendo a las resbaladillas y columpios como si nada más importara. La pequeña Sam corrió con Marie y su padre.

-Mami - dijo a la señora Wolfhard quien miró rápidamente a Stephen - quiero agua.

Su padre complació a su pequeña hija y la cargó para dejarla dentro del puesto de helado, llamó a Jackson y tendría que hablar con ellos, mucho más con Sam.

5 años antes...

Con once años de edad la pequeña Sam Holland ya era capaz de atender el puesto mientras que su padre se encargaba de algunas otras cosas. Por otro lado, Jackson con trece años entró al colegio al que menos hubiera deseado pero no había de otra.

La familia Holland si había sufrido algunas crisis económicas pero tarde o temprano salían de estas; con la ayuda de los Wolfhard. Eric Wolfhard había ofrecido un trabajo a Stephen y este acepto.

Ahora su pequeña, que estudiaba en casa, se hacía cargo del camión de helados. Aunque solo vendía fuera del colegio que era primaria, secundaria y preparatoria, todo en uno. Así a la salida veía a su hermano y alguno que otro viejo amigo.

-Hola Sam - dijo Finn con una gran sonrisa.

Como cada día, el chico llegaba por un helado. Sam sabía que él era un gran chico, era de sus pocos amigos y aprendió a notar cuando él se encontraba bien o mal.

-¿Que te voy a dar hoy, Finn?

Lo lograba de dos maneras: La primera, algunos gestos y su voz, que muchas veces trataba de ocultar pero no lo lograba con Sam. La segunda, el helado que compraba.

-Vainilla, por favor - dijo el pecoso y Sam sólo asintió.

Ella sabía que el helado favorito del pecoso era el de Chocolate y era el que menos pedía por alguna extraña razón, lo pedía cuando estaba muy feliz. Cuando estaba enojado, pedía de Chicle ya que no era mucho de su agrado y lo terminaba tirando. Si estaba triste pedía de Vainilla y lo comía lentamente.

-Aquí tienes - le acercó su pedido y Finn lo tomó, para después pagarlo y por último darse la vuelta - ¡Hey, Finn!

-¿Si? - el chico volvió al camión.

-Toma - la pequeña chica le ofreció un helado de chocolate - espero que te sientas mejor.

A través de estos años, Sam había aprendido muchas cosas de Finn con solo observarlo, mientras que el ruloso sólo sabía que ella vendía helados y que eran amigos desde pequeños, aunque últimamente no hablaban mucho.

-Gracias Sam - Finn lamió el helado de chocolate y se fue con una gran sonrisa.

Sam miraba como se alejaba un poco más feliz y sonrió para si misma. Lo que no sabía Finn es que ella había gastado su propina en ese helado, solo para hacerlo sonreír.

...

Era sábado por la mañana y Marie llevaría a Finn a un parque, no tenía muchos amigos y los que tenía no habían aceptado la invitación, así que recurrió a Sam.

-Hola señor Holland - saludó a su padre - Hola Sam.

-Hola Finn ¿Cómo estás?

-Bien - dijo muy feliz el pequeño Finn - Me preguntaba si ¿Podría dejar ir a Sam al parque? Mi mamá nos llevará.

Stephen miró a su hija y ella puso una de las sonrisas más grandes, no salía mucho de casa o del gran camión de helados, solo quería divertirse con uno de sus amigos.

-Bien - alargó Stephen y sacó un poco de efectivo y se lo dió a su hija - para que te compres algo.

-En un rato volvemos - dijo Finn alegremente y Sam salió corriendo junto a él para llegar con Marie.

Al llegar al parque los niños hacían sus típicas carreras en las resbaladillas o competían a ver quién se hacía más alto en los columpios, también jugaron un poco de fútbol y anduvieron en las bicicletas. Eran solo niños teniendo mucha diversión.

-Ahora vuelvo niños, iré por más agua - avisó Marie y se levantó del pasto.

-Solo tú y yo, Holland - dijo Finn para después lanzarle el balón.

-Hace años no jugábamos así...o es lo que dice tu mamá.

-Me alegra pasar el día contigo, ojalá estuvieras en mi escuela...Espera ¿No vas a la escuela?

- No - soltó una pequeña risa - es decir...estudio en casa.

-¿Nunca irás a un colegio? - hablaba Finn muy sorprendido.

-Mi papá dice que hasta que tenga 13 años.

-¿En secundaria? Uff, suerte con los abusadores y las "mean girls".

-¿Tú tienes problemas con ellos?

-Pff no - dijo muy inseguro - para nada - se escudo tras el popote de su jugo.

-¿Tu helado favorito es chocolate, no? - el pecoso asintió muy confundido - ¿Porqué no lo pides casi nunca?

-N-no lo sé ¿Eso a que viene?

-Nada, sólo curiosidad.

Sam tomó del jugo de Finn para así compartirlo mientras cantaban en espera del atardecer.

-You'll float too 🎈