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-¿Hola? - Sam respondió a la llamada, el número se había registrado sin nombre y temía que fuera su padre o hermano.

-Sí, ganaste la apuesta, tenías razón - Sam frunció el ceño y la voz le pareció conocida - ahora ya no quiero seguir con este estúpido juego, Finn. Dejemosnos de tonterías, me mostraste de lo que eres capaz.

-N-no soy Finn - Fue lo único que salió de la boca de la chica para después tragar saliva un poco nerviosa.

-Oh, vaya - sonó una risa carente de humor del otro lado de la línea - Eres tú, Sammy - el sobrenombre lo dijo de mala gana.

-¿Tú eres...?

-La chica de Finn, así es - la voz de niña engreída volvió y Sam solo rodó los ojos - ahora quiero que le devuelvas el celular a MI novio, idiota.

-¿Realmente crees que me importan tus palabras? Para nada, gracias por llamar, cuídate - Sam estaba por colgar cuando aquella chica soltó la bomba.

-Él tenía razón, eres tan ingenua - y aunque Sam quiso, no pudo colgar, tenía que oír que más decía - ganó en la apuesta, caiste tan rápido como dijo.

-¿Q-qué apuesta? - la voz de la chica comenzó a temblar, no quería creer eso, no podría.

-Finn y yo apostamos, creí que serías más dura y no lo perdonarías, no después de todo lo que dijo de ti y tus problemas familiares a tu espalda. Sin embargo, eres tan tonta que con unas simples y falsas sonrisas volviste corriendo a sus brazos, definición de idiota.

Sam quería asimilar todo lo que esa chica acababa de decir ¿Debía creerle? ¿Podría ser cierto? Sam mordió su labio por los nervios tan fuerte que comenzó a sangrar un poco, quería hablar, responder de mala manera contra aquella chica pero tenía un nudo en la garganta, sabía que su voz saldría quebrada así que respiró hondo.

-¿En serio crees que te voy a creer? - soltó y sí, su voz estaba quebrada.

-No pido que me creas, no tendría mucho caso que inventara esto solo por Wolfhard - hubo silencio por los dos lados - pregúntale, es tan descarado que no podrá ni negarlo. Cuídate y dile a Finn que felicidades, ganó.

Sam se quedó con la bocina en el oído, escuchando como la llamada se había cortado pero eso no era lo que le importaba, el nudo se había vuelto tan grande que no solo estaba en su garganta, lo podía sentir en el pecho y hasta en el estómago. No quería cerrar los ojos o sabía que las lágrimas saldrían más rápido, se limitó a mirar por todos lados hasta que miró en la entrada/salida de los sanitarios y pudo divisar a el ruloso con una pequeña sonrisa tierna mientras se dirigía a ella.

Solo bastó con un pequeño y rápido parpadeo para que las lágrimas se hicieran presentes ¿En serio había sido capaz de eso? ¿Ella había sido tan tonta para caer a la primera? ¿Qué clase de persona hacía apuestas así? La cabeza de Sam estaba llena de preguntas y ninguna con respuesta.

-Listo - el chico tomó asiento y no se había percatado de nada.

-Era una llamada importante - en la voz de Sam se podía distinguir enojó y por fin los dos se miraron directamente.

-¿Qué ha pasado? - Finn se puso un poco más blanco que de costumbre.

-Ganaste - dijo con un hilo de voz y una lágrima recorrió la mejilla de Sam, el ruloso solo frunció el ceño con cara de preocupación - ganaste tu maravillosa apuesta, felicidades.

-Oh mierda... - Finn se llevó una mano al cabello - Sammy, yo puedo explicarte...

-Entonces es verdad - sin más las lágrimas salieron rápido y ella se levantó - ni siquiera lo negaste, eres un maldito genio.

-¡Sam! ¡Hey, espera!

La chica tomó su abrigo y mientras se dirigía a la salida se lo colocó, Finn hizo lo mismo pero antes dejó el dinero de los helados, seguido de eso salió corriendo detrás de su amiga, ella iba a paso rápido.

-¡Alto, Sammy! ¡No puedes irte sola, puedo explicarte! - la alcanzó y tomó su mano, ella se giró de manera brusca.

-¡¿Explicarlo?! ¿Qué, Finn? - comenzó a gritarle, no se podía contener - ¡Qué siempre has sido un falso, que nunca te importe, que soy un juego para ti! ¿Crees que es divertido ver sufrir a las demás personas, jugar con sus sentimientos? - quitó lágrimas de sus mejillas y fue en vano.

-Sé que soy un completo idiota, lo sé - el tomó las muñecas de la chica y la acercó demasiado a él -no debí apostar eso, nunca. Solo quería alejarme de ella y volver a estar contigo, arreglar las cosas, creí que era una manera pero jamás lo dejé en claro.

-¡Jamás estuviste cuando más te necesite! Soy tan idiota que creí que ahora iba en serio.

-¡Sam, lo lamento!

-¡Fui tu maldita apuesta, solo dilo! ¿Qué ganaste? ¿El respeto de todos? ¿un maldito helado? Solo debías pedirlo - lo empujó como pudo y se dio la vuelta para seguir caminando.

-¡No pido que me perdones, solo piensa las cosas y déjame llevarte a casa! - él seguía yendo tras la chica.

-Genial porque jamás te voy a perdonar - se giró un segundo - ¡Jamás! No tengo nada que pensar y nunca te me vuelvas a acercar - su voz sonó dura y sería, como Finn jamás la había escuchado.

-Sammy... - La voz de Finn tembló y ella solo se dio la vuelta para seguir caminando.

De ahí todo pasó tan rápido, como si un flashaso se hiciera presente. Sam cruzó una calle a toda prisa, sin mirar, sin precaución, solo quería alejarse de Finn. Él observó la peor escena, vio al amor de su vida cayendo a unos cuentos metros de distancia gracias al impacto de un automóvil.

El chico saltó al momento, sus ojos y su boca se abrieron al instante por el asombro, fue como si su corazón dejara de latir en ese momento. Gritó el nombre de la chica, un gritó desgarrador que hizo que muchas personas salieran a ver lo que pasaba.

-¡Ella apareció de la nada! - una chica salió del auto y se dirigió a Finn, los dos fueron con Sam - llamaré a una ambulancia - la chica dejo a esos dos y volvió a su auto para pedir ayuda con una llamada.

Finn no pudo decir ni una palabra más, quería pero no salía nada. Quería gritarle que lo sentía, que era su culpa, que se quedará con él, que la amaba. Sin embargo solo tomó su mano y la abrazó con cuidado a él, quería llorar pero así como con las palabras, no podía. Era como si estuviera en otro lugar, los sonidos los escuchaba muy lejos y no supo cómo pero en unos instantes ya estaba arriba de la ambulancia.

Sam en camilla y dos médicos haciendo su trabajo, Finn no hizo más que mirar su rostro, el cual tenía heridas, raspadas y sangre. Una voz se fue haciendo más clara y salió del trance.

-¡Hey, chico! - un médico se dirigió a él - mírame - aquel tomó su barbilla y con una linterna apuntó a sus ojos, Finn seguía escuchando las voces muy lejos - tranquilo, haremos que ella esté bien, te necesito conmigo, no cierres los ojos.

Finn como pudo asintió y sintió su celular vibrar, lo miró para después ignorarlo, nuevamente miró a Sam y una lágrima por fin recorrió su mejilla.

-You'll float too 🎈

I C E   C R E A M [Finn Wolfhard] TERMINADADonde viven las historias. Descúbrelo ahora