Cuando por fin las costas de la Nación del Oeste desaparecieron de su vista, Petra sintió por primera vez que el plan que habían hecho meses antes comenzaba a avanzar.
La muchacha caminó por la cubierta, a su alrededor la tripulación Exilium caminaba de un lado a otro terminado las últimas preparaciones y por todos lados se oía el sonido de sus pies contra la madera.
Eloy seguía a su ama de un lado al otro y a Petra le sorprendía ver a los miembros de la tripulación acariciarlo mientras pasaba por su lado sin ningún tipo de temor. Recordaba el miedo que le tenían los miembros de su nación.
O tal vez era miedo a ella, o a su padre o a su hermano.
No, a su hermano no. Todos amaban a su hermano.
Era lógico, después de todo convivieron con el animal durante todo un mes y aquello debió haber bastado para construir un ámbito de confianza entre ellos.
Shaoran se encontraba vestido con ropa Exilium ya que la chica no creía que fuera seguro que el muchacho vagara por las calles Aspersusque luciendo atuendos humanos. El muchacho tenía el pecho al descubierto, líneas naranjas en representación de los humanos recorrían sus brazos y torso, hasta el rostro y llevaba unos pantalones de algodón marrón oscuro, cuyos lados estaban cosidos descuidadamente. También llevaba una espada sujeta a la cintura que no sabía usar, pero que Petra planeaba enseñarle a usar. La chica pensaba que le gustaba muchísimo más como le quedaba el atuendo Carguimen, ya que podía ver más de su cuerpo y las líneas de pintura lo hacían ver más salvaje.
El muchacho apartó la vista de la costa, que ahora se encontraba a unos metros y la observó.
-¿Qué?- preguntó. Petra se acercó a él y lo abrazó, apoyando su pecho en la espalda del muchacho y apoyando la cabeza contra sus homoplatos. La chica no contestó, pero lo besó varias veces en la espalda, mientras Shaoran acariciaba sus manos, que rodeaban la cintura del chico.
Eloy los empujó con el hocico sacándolos de su trance. Habían llegado.
La tripulación comenzó a descender y la muchacha se puso a la cabeza.
Las tierras Aspersusque poseían un clima muy selvático y los mosquitos ya comenzaban a molestar a los recién llegados. Shaoran los apartó una y otra vez, incómodo, no sabía hasta qué punto era seguro que aquellos insectos bebieran su sangre, suponiendo que eran de una especie similar a los de la Tierra.
Petra se puso a la cabeza seguida por su lobo y comenzó a caminar por el gran sendero de tierra rojiza que los Aspersusque habían formado siglos y siglos atrás para mostrar el camino hacia el pueblo.
Shaoran no tardó en llegar a su lado.
-¿Qué crees que pasará cuando nos vean?- preguntó el muchacho, inquieto- Thais no está aquí y en lo que a mí concierne, somos un grupo de Exilium, un Humano y una Traidora. Puede que nos maten, sin más.
Petra lo miró enfadada.
-No soy una traidora. Solo he salvado a mi hermano, es lo que cualquiera haría.
-Lo sé, lo siento- de retractó Shaoran- pero de todas formas te verán de esa manera.
-Cuando estemos por llegar, me comunicaré con Thais y veremos que hacer. Se supone que los demás ya deben estar por llegar y ella y Viator pueden llegar en Gala en unos minutos.
El muchacho suspiró y miró el grupo de Exilium a su alrededor, todos parecían tranquilos, demasiado tranquilos.
Una mala sensación le recorrió todo el cuerpo, pero por primera vez, no dijo nada.
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Aspersusque: Los Guerreros De Statera
Ciencia FicciónCuando el agua helada se derrita Y los gritos se transformen en lamentos, cuando el fin de una era de comienzo a la otra y este secreto esté expuesto, la guerra habrá terminado, y esto ha sido pactado el equilibrio roto habrá quedado la respuesta si...