Thais inspeccionó al Exilium. Efectivamente parecía invadido por él aura de Statera.
La muchacha lo tomó de la mano y casi al instante sintió como la energía la invadía a ella también.
Ambos emitían un fuerte brillo azul y el cabello de Thais había comenzado a flotar alrededor de su cabeza. La chica podía sentir como los mechones le hacían cosquillas en las mejillas y en la nuca al elevarse.
Ambos se pararon y se enfrentaron, aún tomados de la mano.
Eran energía pura.
Entrenen ahora. Le dijo Statera en su cabeza. Thais asintió, obedeciendo sus órdenes como un soldado.
Viator la observó, era difícil descifrar su expresión ya que sus ojos brillaban al igual que los de la chica.
-Thais, no creo que debamos movernos mucho- dijo el muchacho. Sentía la energía fluir dentro de él y le asustaba lo poderoso que se sentía- todavía no sé controlar...
Thais tomó de su cabello el Arma de Statera y ésta se abrió hasta tomar su tamaño. La cabeza de dragón se lucia en un extremo y la otra punta apuntaba en dirección a Viator.
Viator negó.
-Thais, no...
Pero la muchacha no podía controlarse, solo oía la voz de Statera dándole órdenes. La Fluxa alzó el arma por encima de su cabeza y con ambas manos comenzó a girar el cetro sobre su cabeza.
El aire comenzó a arremolinarse alrededor de ella creando su tormenta personal y antes de que Viator pudiera hacer algo, Thais dejó de girar el cetro y lo clavó en el suelo con ambas manos.
El impacto hizo que todo a su alrededor estallara.
Si no estuviera invadido por él aura, Viator también hubiera salido volando.
Una nube de polvo y arena los envolvió, en la lejanía se oían gritos y lamentos y rugidos de un animal.
Viator reconoció a Gala. Thais se encontraba parada en su lugar, con el cetro clavado a su lado y la mirada vacía e inexpresiva.
Poco a poco la nube comenzó a disiparse y el horror invadió al muchacho: Thais había destruido toda la aldea y todos los que los rodeaban se habían calcinado.
Quienes se encontraban más lejos y apenas habían sido rozados por el poder del aura se encontraban agonizando, con el cuerpo quemado de pies a cabeza.
Viator no reaccionaba, a su alrededor, todo parecía moverse en cámara lenta.
Veía fuego, casas convertidas en ceniza, cuerpos consumidos y a lo lejos, la dragona que rugía en todas direcciones.
Viator corrió hacia Thais y pateó el cetro lejos de su alcance. La tomó por los hombros y la sacudió con fuerza, quizás con más fuerza de la que debería, invadido por la impotencia y la desesperación.
-¡Reacciona!- le gritó con tanta fuerza que dejó su garganta doliendo. Pero su amiga parecía estar en otro plano.
Cambio de planes, Viator corrió hacia Gala y, si no fuera por él aura, creía que la dragona lo hubiera devorado vivo: se encontraba furiosa, como nunca antes la había visto.
Jamás había contemplado la furia de un dragón y en ese momento comprendió que eran la criatura más poderosa que existía en ese planeta.
Recordó entonces lo sucedido y se arrepintió, quizás la criatura más poderosa después de Thais.
El muchacho subió sobre el lomo de la dragona e intentó que volara, pero Gala no obedecía.
Entonces ocurrió algo mucho peor: la dragona comenzó a lanzar fuego en todas direcciones. Los gritos comenzaron a esfumarse de golpe y su canto no tardó más de quince segundos en morir.
Horrorizado, Viator se quedó quieto sobre el lomo del animal, que por fin parecía haberse calmado.
Clavo la vista en la distancia, totalmente perdido. Cuando Gala había lanzado sus llamaradas, no se había olvidado de cubrir ningún lugar.
Eso incluía donde estaba Thais.
Y a pesar de que el muchacho se esforzó por intentar distinguir un brillo celeste en la distancia, todo lo que había era ceniza, arena y muerte.
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Aspersusque: Los Guerreros De Statera
Science-FictionCuando el agua helada se derrita Y los gritos se transformen en lamentos, cuando el fin de una era de comienzo a la otra y este secreto esté expuesto, la guerra habrá terminado, y esto ha sido pactado el equilibrio roto habrá quedado la respuesta si...