Capítulo: 5 Paseo

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Ha pasado una semana desde el día que fui a The Black, hoy tengo una cita con Rafferty. Ese día en la disco cuando me pidió que me fuera con él, como por arte de magia apareció Lalo a rescatarme al parecer el chico con el que se fue resulto ser todo un idiota, porque llego todo enojado solo diciendo nos vamos, así que Lalo me llevo arrastra hasta la puerta no me soltó hasta que nos montamos en un taxi porque más que Rafferty lo llamo ni caso le hizo.

Estamos Lalo y yo en sentadas en el sofá con un bowl de palomitas y la TV encienda con Netflix estamos viendo una serie llamada Lucifer, es muy buena.

Escuchamos el timbre sonar.

— Nena voy yo— me dice Lalo. Nos encanta ponernos apodos cariñosos Lalo es mi amigo desde que comenzamos la universidad, lo conocí el primer día que asistí, por casualidad los dos llegamos temprano al aula, no habia más nadie que nosotros y nos pusimos hablar. Salgo de mis pensamientos cuando escuchó una voz profunda gruesa que me eriza todos los pelos . Dios mío es él, Rafferty que hace aquí, como supo donde vivo.

— Buenas tardes, Hola Ricky, está Samuel en casa ?— le escucho decir.

— Qué hacés aquí ?— le pregunto.

—Vine por ti, toma.— me entrega un chaleco de cuero.

— Y esto para que es ? — le preguntó.

— Vamos a salir ponte algo cómodo, y no acepto un no.

— Al parecer ese maratón de Lucifer lo veré solo. Anda nena ve a divertirte, cualquier cosa me llamás sabes que cuentas conmigo. Y tú — le dice a Rafferty. — Cuídalo mucho ya ha sufrido bastante es hora de que sea feliz.

— Gracias Lalo te quiero precioso. Ahora vuelvo. — les digo.

Voy a mí habitación dando brincos, oh señor me a invitado a salir, abro el clóset busco unos jeans ajustados de color negro, unas botas negras, unas tangas de encaje y una blusa color lila espero que todo me quede bien con el chaleco que me trajo. Voy rápidamente al baño toma una ducha, así mismo me seco, aplicó desodorante y colonia en un santiamén estoy cambiado, el chaleco lo llevo en los brazos.

Cuando llegó él está recostado del marco de la puerta del pasillo.

— Princesa estás hermoso. — me dice, siento mis mejillas calentarse.

— Gracias, tú también te ves bien. — se inclina y me da un beso, un beso q el profundiza joder es caliente como el infierno, ay señor que me tiemblan las piernas.

— Lo siento, me deje llevar. — no, no lo sientas déjate llevar siempre que quieras, pienso en mi interior.

— No hay problema.— le sonrió

— Nos vamos. — me dice

Salimos de casa,me despido de Lalo. Estando frente veo parqueada una motocicleta.

— Es tuya?— le preguntó

Solo asiente. Me da un casco.

— Y tú no usas uno? — pregunté.

— Vamos Princesa, súbete — me dice.

Eso hago, no se a donde me llevará pero es agradable, él huele delicioso. Para sostenerme tengo que agarrarlo por su cintura y parte del pecho Dios, siento sus músculos debajo de la prenda que lleva puesta. Me recuesto en su ancha espalda y disfruto del viaje.

No sé cuánto tiempo tenemos en carretera, pero cuando él decide parar estamos frente a la entrada de un parque muy bonito. Entramos y nos sentamos en una banca de hierro está pintada de blanco le da un contraste mi bonito, hay unas flores de cerezo, me encantan las flores de cerezo se ven muy lindas y delicadas, me quedó contemplando las flores cuando siento unos fuertes brazos apretujarme por detrás. Se siente tan bien estar así.

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⏰ Última actualización: Apr 02, 2022 ⏰

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