Capítulo 6

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JULIE POV

Él se apartó después de incontables y eternos minutos, en los que habíamos estado inmersos en una batalla de lenguas. Toqué mis labios, sin poder creer lo que había sucedido. Yo había cedido de buena gana con el pequeño bastardo arrogante. No sólo eso, sino que lo había disfrutado muchísimo. Sus labios se sentían increíbles contra los míos. El movimiento, el ritmo, la presión, todo era perfecto. Me odiaba a mí misma por ello, pero es que era un besador increíble. Aunque no podía dejar que lo supiese, por supuesto.

—Este fue probablemente el mejor beso de tu vida —Se burló, aún muy cerca de mí. 

—Ahí es donde te equivocas. Estoy bastante segura de que el mejor fue con GD—Le miré. 

—¡Ni siquiera lo recuerdas! 

—No lo necesito, el hecho de saber que yo le di un beso, que hace que toda la situación sea perfecta— Sonreí. 

—Actúas como si me me odiases, pero justo en ese momento, cuando nos estábamos besando, respondiste al beso. No puedes negarme, que  lo disfrutaste tanto como yo—Sonrió. 

Enarqué una ceja: —¿Lo disfrutaste? 

—¡No! ¿Cuándo dije eso?—Chilló. 

—Justo ahora.

—Bueno, ¿Te gustó o no? 

—No fue horrible, ni nada parecido—Admití—Quiero decir, no estoy vomitando o muerta todavía. 

Rodó los ojos: —Bien, yo seré el primero en decirlo. Fué muy bueno.

Mis ojos se abrieron como platos por la sorpresa. 

—Pero sólo porque yo era parte de ello. 

—¡Maldita sea, Seungri! ¿Por una vez no podrías dejar de ser un gilipollas arrogante? 

—Estaba bromeando. Eres muy buena besando, Julie. 

—¿Uh? 

¿Acababa de llamarme por mi nombre? ¿Y había confesado que yo era una pro cuando se trataba de besar? 

—No estuviste tan mal.—Sonrió. 

—Creo que tu tampoco eres tan malo, Seungri—Evité su mirada.

—Por favor, llámame Riri. 

—¿Riri?

Asintió: —Es mi apodo.

—¿No puedo llamarte de otra manera?

—VI—Se encogió de hombros—¿Qué pasa con Riri?

—Todo el mundo te llama así—Le fruncí el ceño—Espera, ¿qué?—Me detuve—¿Desde cuándo te llamo por tu apodo? ¿Por qué estamos teniendo esta conversación? ¡No me gustas! Es decir, eres grosero, eres todo lo que odio en este mundo.

—¡Ja! ¿Soy todo lo que odias en este mundo? ¡Aún no has pasado ni veinticuatro horas conmigo! No puedes hacerte una opinión tan dura así como así, chica.

—Bueno, no me has dejado ver tus mejores cualidades como para creer lo contrario—Señalé—Llevas siendo un imbécil conmigo todo este tiempo que hemos estado juntos.

—No has sido el ángel más bonito para mí tampoco. Eres una muñequita dulce con todo el mundo, menos conmigo—Se cruzó de brazos.

—Sólo porque eres un idiota. ¡Acabamos de pasar por esto! 

—¿Así que serías agradable conmigo, si yo soy amable contigo? 

—¡Así es como estábamos hace media hora! ¿Te das cuenta? No estábamos discutiendo, gritando, o insultándonos. Fue muy agradable, tranquilo y apacible. ¡Incluso compartimos unas risas! 

Se quedó callado, pensando probablemente en repetir los pocos minutos que habíamos compartido en armonía. Yo estaba reacia a decir nada sobre eso en lo absoluto, por miedo a admitir que me había gustado. 

—¡Pero me gusta pelear contigo! Eres tan inteligente y divertida. Y te ves muy linda cuando estás enojada—Me pellizcó la mejilla. 

—¡No soy linda cuando estoy enojada!—Gruñí.

—En serio, lo eres—Sonrió—Mira, lo siento por lo de anoche. 

Tosí: —¿Lo sientes? 

—Sí. Me pasé de la raya haciendo que me llevaras al hospital. 

Seungri estaba disculpando. Conmigo. Me quedé boquiabierta. Me dí una bofetada en la mejilla, asegurándome de que no era fuera un espejismo. 

—Ya basta—Le susurré—Sólo... Cállate. 

—¿Qué? ¿No acabas de decir que serías agradable conmigo, si yo era amable contigo? ¡Estoy tratando de ser amable! ¡Se agradable nuevamente! 

—Me gusta tu lengua—Espeté. 

Los dos nos negamos con la cabeza ante las palabras que había derramado sin pensar. Tal vez debería de haberlo pensado un poco más antes de abrir la boca. 

—¿Te gusta mi lengua?—Se rió entre dientes—¿Puedo preguntar por qué? 

—Sabes cómo usarla correctamente. Es fuerte, pero no dominante—Tartamudeé—¿Sabes qué? Sólo olvídalo. No he dicho nada. 

—Aw, ¿Pero por qué? ¡Me estaba gustando esto!—Hizo un puchero. 

—Muy mal, muy triste—Le saqué la lengua.

Seungri rió: —Eres tan inmadura.

—¿Y?

—¿Tienes hambre?

Me froté la panza: —Sí

—¿Quieres quedarte un poco más? Podríamos comer algo, ya sabes, la cura de la resaca.

—Umm—Dudé—Probablemente mi padre, me está esperando en casa

 —Yo te llevaré a casa, y te ayudaré a salir del problema.

—¡Sólo vas a empeorar las cosas!

—Ya estás en problemas, así que podría hacer que cuente—Sonrió. 

 Él estaba usando mis propias palabras en mi contra. Inteligente. 

 —Supongo que podría quedarme—Cedí—¿A dónde vamos a ir a comer?

—¡Pidamos pizza!—Sugirió—¡La comida grasienta es perfecta para la resaca! ¿Te gusta la suprema?

—¡Mi favorita!

Cogió el teléfono y marcó rápidamente un número: —Sí, quiero dos pizzas Supremas, medianas. Uh... ¿Tienen Pepsi? Quiero dos, de 2 litros—Se volvió hacia mí—¿Quieres algo?

—¿¡Todo esa comida  es sólo para tí!?—Grité. 

—Tengo hambre—Rió entre dientes—Estoy bromeando. ¿Quieres algo más?

—Papas fritas.

—¡Oooh, eso suena bien!—Regresó a la llamada telefónica—¿Ustedes traen papas fritas? ¿No? ¿Por qué no? ¡Pagaré un extra si paran por algunos Cheetos!

Me reí en voz baja, quitándome los zapatos. Me senté en el cómodo sofá, escuchando su conversación. No era tan malo, la verdad. Era una especie de tonto, una vez pasada toda la cosa del imbécil arrogante. Estaba contenta por haber "dormido" con él. Ni siquiera me niego el hecho de que estaba emocionada por pasar el día juntos. 

Dios Mio Julie. ¿Qué sucede contigo?

Hermosa ResacaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora