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Al día siguiente Teresa estaba como loca subiendo las maletas a la camioneta ya que la boda de Kim era en Cuernavaca, Emiliano y yo estábamos en la cocina desayunando, -¿Ahora si te gustó?- me quede viendo a Emiliano mientras masticaba mi cereal, Emiliano entendió mi mirada.

-¡Llegamos!- desperté, estaba acostada en las piernas de Emiliano, me quedé observando su barbilla y su boca y sus inmensas pestañas, me levanté y me acomodé mi cabello, -Ten tu madre compro fruta en el camino-
-Mmm... Gracias- bajamos de la camioneta y fui por mi maleta, Teresa estaba en la recepción pidiendo una habitación y no dudo que esté pidiendo la mejor habitación, -Vaya, tu madre es muy exigente-
-Sólo cuando se trata de tener la mejor habitación en un hotel-
-Miranda, la mayoría de las veces no hablas de tu madre ni de tu padre- me quedé paralizada, me mordí el interior de mis cachetes, -Creó que no debí de decir eso, voy a ver si tu madre ya tiene la habitación-

Fantasía ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora