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Desperté con un dolor de cabeza, volteé hacia los lados para ver en donde estaba mi celular, al ver un bulto a lado de mi, me espanté, levanté la cobija y era Teresa, me levanté de la cama y fui al baño, me veía demasiado mal, no podía ir a la escuela oliendo a alcohol y con dolor de cabeza, así que regresé a la cama.
Al despertar escuché que alguien platicaba, Teresa ya no estaba en mi cama, me puse una sudadera y salí de mi cuarto, mientras estaba bajando las escaleras la voz de la otra persona era de un chavo, cuando me acerqué a la cocina escuché la voz de Emiliano, me quedé recargada en la pared, "¿Qué hace Emiliano aquí?", Martha salió de la cocina y me vió -¿Quieres algo de comer?- mientras me decía eso mis mejillas me ardieron, no quería que Emiliano supiera que estaba aquí -No...-
-¡Miranda! Ven a comer- era la voz de Teresa, me quedé observando a Martha y entre susurros le dije -Cuando esté Emiliano con Teresa por favor ignorarme- respire lo más hondo que pude y entre a la cocina, Teresa tenía el escote muy pronunciado, sus pantalones ajustados color negro, su labial rojo y sus miles de joyas, -¿Cómo te sientes?- preguntó Emiliano, -Bien-
-Hay chicos, perdón pero me tengo que ir a trabajar- Teresa se despidió de Emiliano y luego de mí, -Tu mad... Teresa me dijo que anoche tomaron-
-Nunca tomes con ella- le dije, después de un silencio incómodo agarre a Emiliano de la mano -Vamos a mi cuarto- al entrar a mi cuarto agarré la botella de vino y le tomé varios tragos -Miranda, ya no tomes más- me quedé viendo a Emiliano, su mirada era tan cálida, me acerqué hacia a él, agarré sus manos y las puse en mi cintura, puse mis manos en su cuello y lo empecé a besar, -Miranda, estás tomada-
-Sólo hazlo-

Fantasía ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora