2. Eros tomó una decisión

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El rubio ante aquella inesperada propuesta, solo encontró un sentimiento de confusión y pensó que le estaban jugando una inocente broma, aunque la forma en la cual el señor le explicó no era, ni pareció ningún chiste. Christopher aún continúo pegado al cabello del joven, jugando con él sin darle espacio personal ni dejarlo pensar con claridad, situación incómoda e inquietante para el chico.

—Puedes dejar en paz mi cabello, no soy una muñeca para que juegues así—replicó el rubio con enojo —¿Crees que me tragaré ese cuento tuyo? ¿Además para qué quieres tener un amante? ¿No necesitas una chica para eso? yo soy hombre es que no lo ves —explicó gruñón apartando lo más que se pudo al señor.

—No te pongas así. Necesito que seas mi pareja temporalmente, solo hasta que se cancele mi compromiso ¿qué dices a ver? —insistió acercándose de nuevo hacia el chico.

«Es una buena forma de ganar dinero, y no me enojaría porque no soy gay ¿verdad? y viéndolo de cerca, se ve que es adinerado. Lo haré, pero tengo que comprobar si es un estafador o un bastardo aprovechado» —Pensó —Está bien, acepto —afirmó.

—Perfecto. Me llaman Christpfer Nolan pero, por ser tú dime Chris —enunció entregando su tarjeta de presentación.

—Bien, Me llaman Eros Fernández —contestó al estrechar su mano luego de haber tomado la tarjeta del mayor.

—Tienes unos hermosos modales. Te trataré muy bien amor mío —informó Chris todo meloso y cariñoso haciéndose a la idea de su nuevo novio alquilado.

—Cariño estudié administración de empresas, tengo que estar preparado, no crees —alegó Eros correspondiendo al trato que le estaba dando el pelinegro «Con tarjeta y todo ¿será que lo encontraré si lo busco por internet? Tendré que probarlo una semana para saber sus verdaderas intenciones conmigo» —divagó el joven egresado luego de haber contestado a Chris.

—¡Dios mío! Eres tan fascinante —grito emocionado el ojos marrones «Tan educado y hermoso, vamos a ver cuanto resistiras a mis encantos» —pensó mirándolo de reojo, y sin dejar de fijar sus ojos en la boca sonrosada del chico.

—Y no sabrás que tan bien se siente hacerlo conmigo tampoco, cariño —declaró haciendo un énfasis en la última palabra, mordiéndose el labio inferior provocando a su observador.

—¡Eres una dulzura! si fueras gay te haría mío —enunció —Bueno aquí tienes mi número personal, te contactaré pronto mi querido nuevo novio —habló de forma dulce dejando al pequeño a sus anchas, en la calle.

—Claro —afirmó confuso el chico, viendo cómo se alejaba la enorme silueta de Christopher y se ocultaba en las cortinas de la noche.

Luego de aquel encuentro, Eros al fin había conseguido un trabajo, aunque no era el de sus sueños, era uno en el que ganaría para la renta y sus necesidades diarias. Sin embargo las cosas no terminaban aquí, ya que Christopher tenía otras cosas en mente para el pequeño...

Eros al llegar a casa, se ducha y celebra con unos pocos bocadillos que le quedaban en la cocina, hasta que se durmió en medio de comida chatarra y chucherías que habían quedado a medio comer.

Al amanecer de un nuevo día, el rubio se encuentra lleno de hormigas rodeando todo su cuerpo, a causa de dejar las bolsas de las golosinas y chucherías entreabiertas. En frente del sofá en donde se había quedado dormido, su celular vibraba para obtener su atención y avisarle que tenía una llamada entrante.

—Buenos días, con quién tengo el placer de hablar —contestó al teléfono en medio del desastre causado.

—Cariño, y no te acuerdas de lo que hablamos ayer —habló una voz chillona al oído de Eros.

—Ya y amor cuando nos veremos —respondió a la indirecta que pudo notar por el tono de voz que empleaba.

—Bueno, me mandas un mensaje para así preparar la mudanza —habló Chris por el teléfono.

—Claro, nos vemos cariño —afirmó despidiéndose de su supuesto nuevo amante y jefe.

Al terminar la llamada, Eros se puso en pie y comenzó a ordenar un poco la casa, al cabo de varios minutos recibe un nuevo mensaje del número que le había llamado anteriormente, explicando la razón de aquella llamada pero, aún estaba confundido sobre aquella mudanza de la que no sabía nada.

«Eros eso fue fabuloso  deberías ser actor. Lo lamento por llamarte de repente dulzura, es que mis padres estaban aquí y querían saber de mi novio, no tuve otra opción que llamarte».

Al terminar de ver aquel mensaje, se dirige hacia el baño para darse un aseo, después de eso, se dedicó a limpiar lo que quedaba sucio antes de ser interrumpido por Christopher. Ya limpio todo, tomó su celular y llamó al moreno esperando que le explicará que era eso de mudanza, que aún no le quedaba claro, o al menos no sabía bien todos los detalles.

Soy gay por tu culpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora