18. Tensión

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«¿Porque hizo esto? ¿Cuál fue el motivo de haberme hecho un oral y dejarme ahí como si nada? Acaso la próxima vez va a violarme, necesito terminar esta farsa pronto y salir de aquí. No quiero terminar cojeando al otro día» -pensó Eros terminando de limpiarse, para luego ir a la habitación del mayor para cambiar las sabanas.

-Eros yo... -Enunció mirando hacia el piso avergonzado abatido por lo que le había hecho.

-No me des explicaciones. He de admitir que fuiste un poco brusco pero no se sintió mal, sin embargo eso no me va hacer cambiar de opinión respecto a mis gustos, los respeto pero no los comparto. Vamos a cenar, y actuar como si nada hubiera pasado, solo fue un acto por el calor del momento. Algo impulsivo causado por el estrés.

-Entiendo. Haremos eso -respondió con cara larga.

Fueron a la mesa y terminaron la cena. Una muy silenciosa y llena de miradas por parte de ojos verdes. Sus cuestionamientos era muchos, quería saber muchas más cosas sobre Chris, pero por alguna razón prefirió no involucrarse. Eros, a pesar de todo, era agradecido con su jefe pero no sentía nada más que eso, gratitud de haberlo contratado.

Pasaron varios días y la incomodidad de ellos era notable, ambos se sentía apenados y preocupados, el ojos grises no podía concentrarse en nada que no fueran los gritos y gemidos de su acompañante falso, por haber complacido a su miembro aquella noche y el otro pues no dejaba de sentir un cosquilleo cada vez que el moreno lo tocaba, aunque sea un leve toque, Eros aún reaccionaba.

Los días siguientes eran exasperantes, pues el teatro de la pareja era demasiado creíble que todos pensaban que era una pelea de amantes, al verlos actuar tan distantes casi como si se tratara de un par de desconocidos después del sexo.

-Eros tenemos que dejar esta incomodidad, los demás están sospechando y casi estamos en el mes del aniversario de la compañia -enunció el ojos grises al entrar a la oficina del secretario.

-¿Y que hacemos? -preguntó concentrado en los documentos que estaba ojeando.

-¡Vamos a arreglarnos!

-¿Arreglar que? ¿Cuándo hemos estado rotos? No se tú, pero yo estoy en óptimas condiciones para ejercer mis deberes. No le des tanta importancia a los rumores, de todas formas, no es como si Maritza se diera cuenta de esto, no dijiste que sus padres la enviaron a las playas de Cancún, eso esta a muchos miles de kilómetros de aquí, no exageres las cosas y deja que hablen. Es solo un medio para matar el tiempo -argumentó el menor, aun en la misma posición, colocado en su escritorio con los papeles que el correspondía revisar.

-Pero...

-Christopher Nolan, ya deja tu paranoia y calmate. Toma un postura orgullosa como siempre lo haces y afronta esto, o es que quieres decirme algo más.

-Te amo. Es todo lo que tenía que decir. Nos vemos más tarde, sigue trabajando -reveló desanimado para dejar el lugar.

«¿Porque dijo eso, que es lo que planea? Este hombre esta extraño desde que ocurrió "aquello" además ese "pero" ¿Qué era lo que qeria decir antes de quedarse en silencio?» -pensó el ojos verdes después de que su jefe se había ido.

Dudas y más dudas inundan la cabeza de Eros. Mientras que Chris esta ahogado de amor e impotencia...

En la hora del almuerzo, Chris fue a la cafetería y solo pidio un café, como a el le gustan, dulces como su amor por el menor, por otro lado el secretario no fue a comer allí y ordenó un pequeño servicio que degusto en la oficina, mientras los papeles los apartó, y continuó pensado en las palabras del moreno.

"Te amo"

Triste pero cierto el hecho de que esa palabra era algo tabú para el Rubio, y no era porque había tenido muchas parejas es por el hecho de haber pasado tanto tiempo con su familia y no haber recibido ese cariño, ni esos te amo. Aunque su familia lo cuidaba, si, pero el amor no fue recibido. Solo este personaje era capaz de expresarle al menor ese afecto tan puro y perverso a la vez. Lo demostraba en todas las formas que podía y aunque Chris no era correspondido nunca, de alguna forma Eros era agradecido con ello, aunque no lo demostrara.

Llegó la noche, ambos fueron a casa y llegaron al mismo tiempo. Eros fue a la cocina y dejó los víveres que habían comprado en la meseta, el moreno pasos su habitación y se fue al baño.

Otro día estaba a punto de finalizar, la incomodidad de ambos no era tan fuerte y por lo menos podía entablar una conversación, si, aunque a Chris le estaba costando aguantar, él lo lograría. Se lo había propuesto hace mucho, que haría de ese hombre suyo.

Soy gay por tu culpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora