12. Puntos de vista

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Ya en el ascensor y con la fiesta en paz, el par se dirigió a la oficina del moreno en donde un hombre con aspecto y facciones duras con cabello llegando al del negro al gris los esperaba ansioso.

—¿A qué hora ibas a llegar Christopher? Tengo más de media hora aquí, ¿En que te demoraste tanto, y nuestro invitado? No me digas que lo auyentaste —cuestionó el señor al mirar a su hijo adentrarse en la oficina.

—Padre que cosas estas diciendo. Él está aquí, es que es algo pequeño en comparación con tu adorado y hermoso hijo —musitó Chris haciéndose el hijo pródigo. Toda una alma pura.

—Patrañas, es lo que más sabes escupir por esa bocota tuya.

—Es todo un mal hablado fíjese, es bueno que usted este consiente de ello. No más escuché esa arrogancia —enunció Eros al entrar a la conversación y tomar asiento al lado del padre de su amado “novio”.

—Lamento que tengas que cargar con tan lamentable espécimen —agregó —En fin que bueno es verte de nuevo. Pensé que este idiota había contratado a un prostituto o algo así, ya sabes como andan los jóvenes de ahora. Es que no hacen más que engañarse ellos mismo ¿no crees lo mismo? —argumentó degradando más la supuesta educación que su primogénito tenía.

—No se preocupe. Sé con que clase de menso me estoy metiendo, solo hay que saberlo controlar bien, ya sabe de aquella frase “Las mentiras siempre saldrán a la luz” independientemente de eso espero que comprenda nuestra relación, sé que en estos días es un tema algo candente, y difícilmente aceptado por los familiares de los que somos de está manera. Espero que usted y su esposa no sean como mis padres, de los cuales me aleje por dichas circunstancias —discursó con una actitud, convincente y con ligeros toques de drama, y guiños para el presidente Christopher que había sido excluido de la conversación hace un buen tiempo.

—¡Oigan, no creen que están siendo muy groseros conmigo!

—En que parte. Todo lo que hemos comentado es cierto.

—O te negaras a las opiniones que tus propios seres queridos, mi amor —articulo Eros con una mirada victoriosa.

—Pero...

—Pero nada. Mejor dejemos esto como esta. Eres así, de que te quejas. ¿Te avergüenza que tu pareja lo diga? Mejor dale las gracias por aguantarte.

—No, que va señor Nolan, como puedo ponerme a exigir ese tipo de cosas —expresó el rubio tratando de ser humilde y amoroso. —Es más, aquí traje una pequeña tarjeta de presentación que hice hace un buen tiempo, lo siento si esta algo estropeada, es que hace tiempo que estoy en busca de trabajo, pero ya ve nadie quiere darme una oportunidad. —enunció algo apenado.

—«Aprovechas cada oportunidad a tu favor querido Eros, eso de provocarme y tentarme con esos guiños y esa manera para endulzar a al gente con lo que sale de tu boca ¿Qué tan venenoso eres con tus enemigos? Ahora deseo molestarte más» —divago entre sus pensamientos el ojigris.

—¿Eros A. Fernandez? Para ser tu primera tarjeta de presentación esta muy bien estilizada, no cabe duda de que eres diligente, el modo de expresarte es bueno, usas las palabras indicadas. Te felicito hijo, tienes a alguien valioso, no lo dejes ir por ser un inmaduro —aconsejó el padre a su hijo.

Tras esas palabras, Eros soltó una pequeña risa burlona, y su pareja no hizo más que apretar los dientes de la vergüenza y no responder en contra. Pasados unos quince minutos, los tres hombres disfrutaron de un buen café traído por la anteriormente regañada secretaría.

—Bien Eros, quiero tu opinión sobre el repentino aumentó en nuestra empresa competidora, ha sido un dolor de cabeza encontrar nuevos accionistas y tu novio aquí solo ve eso como algo anormal. Sin embargo no lo veo con planes o iniciativas para tratar con estos asuntos ¿Podrías sugerir algo? —explicó la problemática esperando algo sensato de parte del rubio.

—Con todo respeto señor Nolan, he de destacar dos inquietudes que tuve el honor de experimentar la mañana de hoy. El primero de ellos es el servicio de recepción, la chica que nos trajo el café, fue la que me atendió antes de venir aquí, pero ella no quería anunciar mi llegada por mi humilde apariencia ¿Como es eso posible? Sugiero que capaciten al personal que será la cara de la empresa, talleres y cursos de capacitación en donde se interactúe y se aprenda no estaría mal para empezar, porque y si yo fuera un inversionista y viniera en peores fachas ¿No me aceptarían y me negaría la entrada e incluso el poder discutir asuntos con algún gerente o representante? —enunció.

—Estas en lo cierto. Después de cuarenta años en este negocio las cosas cambian ¿Cuál es tu otra problemática? —afirmó el señor.

—La otra problemática es algo simple, pero necesario para expandir cualquier empresa en esta nueva era, basada en tecnología y redes sociales. A lo que me refiero es que, esta empresa, con una gran trayectoria, solo le veo creada una página web con un diseño ambiguo y viejo, necesitamos más variedad y más redes sociales que aporten buena publicidad no solo a la ciudad sino al mundo entero —argumentó el joven dejando al mayor algo pensativo.

Soy gay por tu culpaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora