La Bella y La Bestia

Capítulo 4

Era miércoles y el avión debía partir hacia la península, por culpa del altercado tuvimos que retrasar el despegue. Darren había informado a los veteranos de las intenciones que teníamos, todos ellos se mostraron de acuerdo con el plan, por ello, todos los que pensaban volver a sus hogares se quedaron a nuestro lado. Esto sería el mayor éxito de nuestro ejército en años o el mayor fracaso de la historia... aunque superar lo de la armada invencible iba a ser difícil.

Los novatos se olían algo por el intenso entrenamiento al que nos sometíamos diariamente, en un mes llegaría un avión con armamento para tres campamentos, en ese momento comenzaría nuestro plan. Mientras tanto entrenábamos en condiciones extremas. Los novatos eran bastante ágiles aunque tenían dificultades para resolver situaciones tácticas.

Un mes después, habíamos conseguido hacer de nuestros novatos unos verdaderos soldados. Habían trabajado espectacularmente bien y los más veteranos se encontraban en plena forma para la batalla que se avecinaba.

-Señores, señoritas- dije en tono de broma llamando la atención de todos durante el desayuno -Como bien sabéis, en un par de horas aterrizará el avión, los novatos, estoy muy orgullosa del trabajo que habéis realizado durante este mes, hace un mes solo fuisteis capaces de cubrirnos en una pequeña batalla, hoy, estoy segura de que sois capaces de entrar en combate y salvar vuestros preciosos culos- dije realmente orgullosa de ellos, este mes no había sido fácil para nadie- Pero también soy consciente de que sabéis que la guerra se acerca, y, aunque no puedo deciros ahora lo que nos espera a los que nos quedemos, solo diré que será algo espectacular, puede ser la gran victoria o el tremendo fallo... ahora es cuando debéis decidir si estáis preparados para hacer algo grande- dije dando vueltas entre ellos- esto va a ser lo más duro que, probablemente vayáis a vivir, por eso, si tenéis la más mínima duda, os recomiendo que cojáis vuestras cosas y volváis a vuestras casas. Si decidís quedaros, acatareis mis órdenes y las de vuestros superiores, trabajareis al máximo y sobre todo, mantendréis vuestros culos a salvo- dije enérgicamente -los que decidan irse, como siempre, tendrán todo el respeto de sus compañeros y no será juzgado bajo ningún concepto- dije estricta.

Cuando me di la vuelta para ir hacia mi cabaña y empezar a poner en marcha todo el plan que habíamos diseñado, retocado y estudiado durante este último mes entre los veteranos más cercanos y yo, todos y cada uno de los soldados allí presentes comenzaron aplaudir, silbar y vitorear, por instinto, me di la vuelta y comencé a aplaudirles a ellos, de verdad me sentía orgullosa de todos y cada uno de ellos, los novatos habían trabajado muy por encima de las exigencias que normalmente se les daba y los más veteranos debían ponerse en forma... y yo debía recuperarme de una lesión y prepararme física y mentalmente para lo que se avecinaba, muchos saldríamos heridos de la batalla, alguno no saldría de allí, pero, a veces, es necesario morir por salvar miles de vidas.

Después de aquel pequeño homenaje a nosotros mismos fui rumbo a la cabaña que compartía con mi rubia. Nuestra relación iba viento en popa aunque nos costaba quedarnos a solas para ser cursis y empalagosas, a pesar de todo yo cada día me enamoraba más de ella y todos los días temía por lo que le pudiera pasar durante la misión.

-Buenos días mi amor- dijo Sandra rodeando mi cintura con sus brazos y dejando un provocativo beso en mi cuello

-Buenos días cariño- dije poniéndome frente a ella y plantando un beso en sus dulces labios.

-Ese discurso ha sido muy sexy- dijo en medio del beso

-¿Ah sí?- dije caminando hacia atrás mientras ella me empujaba hasta quedar aprisionada contra la pared.

-ahmm- dijo afirmando mientras comenzaba a quitar mi camiseta

-Entonces daré más discursos como ese- dije mientras ella bajaba hacia mis pechos mordiendo cada centímetro de mi piel