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–Hola– habló ella al sentarse al lado de Bruno.

–Hola– contestó él, acariciando a Sam.

Ella volvió a la playa y se encontró con Bruno sentado en la arena, en el mismo lugar que ayer. No perdió tiempo y se le acercó. Él la intrigaba, y no sabía porqué.

–¿Qué tal?

Fue ella la primera en tratar de entablar una conversación.

–Bien, un poco cansado, ¿y vos?

–Increíble– dijo y sin darse cuenta una sonrisa adornada su rostro–. Hoy fue un gran día en la editorial.

–Me alegro– murmuró él–, ¿se podría saber el por qué?

–El jefe me contrató hoy– respondió, orgullosa de sí misma– oficialmente dejé de ser una pasante.

Se había esforzado mucho para lograr eso.

–Que bueno– sonrió Bruno.

De verdad, estaba orgulloso de lo que la chica desconocida había logrado. Él, en algún momento de su vida había soñado trabajar una, pero no lo pudo lograr.

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