-Amigo, a esa chica no le interesas.
El jugador alemán se encogió de hombros.
-Kempf, no me toques los cojones.
-Oye, no seas tan arisco. Si ella ha sido así, quizás deberías dejarla en paz.
-No puedo.
-¿Cuánto tiempo llevas amándola?
-Si te soy sincero, siempre me he sentido atraído por ella, había química entre nosotros desde que éramos bien pequeños, pero supe que estaba enamorado en 2012.
-O sea, haces dos años. ¿Y ella desde cuándo? Si es que en algún momento te ha querido.
-Sí, lo ha hecho y sé que lo hace, solo que ella no quiere reconocerlo. Y ella... me confesó que me llevaba amando desde 2010.
-Joder, tío, dos años para darte cuenta.
-¡Y yo qué sabía! No me dijo nada hasta que comenzaron a surgir cosas entre nosotros dos años después.
-¿Y cómo empezó todo?
-Una reunión familiar.
-No me jodas que es familiar tuyo...
-Es mi prima. Nadie lo sabe, no lo digas, por favor.
-Veo que ella es muy importante.
-Es la mujer que amo. Desde que lo sé, no he querido separarme de ella, pero ya ves que es algo imposible tener una relación con ella.
-Pero después de dos años no te das por vencido.
El suizo niega, algunas lágrimas comienzan a surgir de sus ojos.
-No llores, Bürki.
-Así me estás consolando muy bien.
-No sé qué decir. ¿Qué hago?
El suizo se acerca a él y se abrazan, el alemán apoya la cabeza de este en su hombro.
-Quiero llamarla otra vez.
-No lo hagas.
-¿Por qué?
-Pareces un puto océano con tanta agua.
-Gracias por la sinceridad, tío.
Esa sinceridad hace que Roman ría.
Jeneera le pide a Nils volver al hotel, excusándose en que no se encuentra bien y que seguro que será por algo que ha comido.
-Estás muy rara, Jenee. ¿Te pasa algo grave?
-No, no te preocupes, Nils. Seguro es algo que me ha sentado mal.
-Bueno, ya sabes que si pasa algo puedes contármelo.
-Por supuesto que lo sé, eres mi chico.
Besa los labios de este pausadamente. Él le sigue el beso.
En cuanto se bajan del taxi, sienten unas ganas locas de sentirse el uno al otro y la noche acaba entre caricias, besos y gemidos entre los dos.
La modelo se queda dormida en el pecho de su novio, pero pensando en la llamada que Roman le ha hecho esa misma noche, no consigue quitársela de la cabeza, ni siquiera cuando estaba teniendo sexo con el chico que ahora duerme profundamente a su lado.
Y esto comienza a ser algo incómodo porque se siente realmente mal por la infidelidad y por no poder quitarse de la cabeza a otro hombre.
Nils despierta a besos a su novia, esta se remueve en la cama quejándose.
-No seas tan madrugadora que no es bueno.
El joven ríe y Jenee sonríe por lo que acaba de decir su chico.
-Ayer nos acostamos tarde, no sé por qué te quieres despertar tan temprano.
-Hay que aprovechar para ir a la playa.
-Iremos más tarde.
-¿Tienes resaca? ¡No bebiste nada!
-Pues aun así me duele la cabeza.
Pero no era resaca, era de darle vueltas durante toda la noche a la llamada de su primo.
-Anda, gandulona, arriba.
Nils le quita la sábana, esto hace que la suiza se queje aún más.
-¡¡No quiero!!- Grita.
El alemán se pone serio, ella no suele tener mal humor y mucho menos le responde así.
Sabe que algo está pasando, ni idea de qué es, pero va a descubrir por qué se está comportando de esa forma.