Nota de la autora:
Buenas, como cada viernes os traigo capítulo. ¡Espero que lo disfrutéis!
El portero volvió a su rutina, pero manteniendo la amistad que tenía con su prima.
La futura modelo volvió a sus estudios y a sus castings. No fue hasta el quinto que la cogieron para una agencia en la propia Suiza.
Me alegro tanto por ti, Jeneera
Gracias, Roman. Iré a verte al partido
¡Muchas gracias! Seguro que tenerte
apoyándome me dará ánimos
La suiza se puso la camiseta de su primo y acudió la mar de feliz al partido.
El equipo de Roman acabó ganando y él mantuvo la portería a cero.
Para celebrar, los dos se fueron a cenar juntos.
-Te sienta tan bien mi camiseta.
Ella río por lo que él le acaba de decir. Y como no, volvió a sonrojarse. Siempre que estaba al lado del moreno sus mejillas acababan rojas como un tomate.
-Gracias por regalármela.- Pudo decir finalmente con un hilo de voz.
-Te la mereces, por tomarte el tiempo de venir a verme y por apoyarme.
-Lo mereces. Solo con verte en la portería una vez dan ganas de volver a verte.
Se agarraron las manos y la gente del restaurante se quedó mirando la escena de los dos enamorados, pero ninguno de los dos terminaba de conocer lo que el otro sentía.
Se despidieron con dos besos y Jeneera pilló un taxi para llegar a su casa mientras que el portero suizo decidió conducir hasta casa.
Ella se había negado a que él la acompañara, prefirió ir pensando hasta casa sobre lo que había pasado sin Roman cerca de ella.
-La veo algo distraída, señorita. ¿Vamos bien?
Jeneera miró por la ventanilla y reconoció las calles al instante.
-Sí, no se preocupe.
Le sonrió al amable taxista.
-Si quiere contarme, puede hacerlo.
-Es algo difícil.
-¿Mal de amores?
-Podríamos llamarlo así.
-¿No le corresponde la persona a la que ama?
Asintió ligeramente. Al taxista le costó ver su gesto.
-¿Le ha preguntado?
-No.
-Entonces no diga que no siente lo mismo.
-Pero es obvio.
-El amor a veces nos hace ciegos.
-De todas maneras no podríamos estar juntos.
-¿Por qué? ¿Es acaso un criminal?
Ella río soltando la tensión que su cuerpo acumulaba.
-No, es solo que es familiar mío.
-Ah, teme lo que diga la familia y la sociedad por el supuesto incesto.
-Así es.
-Si hay amor, qué más da el qué dirán.
-No es tan fácil.
-¿Problemas en la familia?
-Sí, demasiado antiguos.
-Ya veo... Lo único que puedo decirle es que no se rinda. Si hay amor, al final todo lo puede.
-Gracias señor.
La estudiante se despidió del hombre y entró en su casa.
Aún vivía con sus padres y ellos sabían que había quedado con un chico, pero no sabían que se trataba del sobrino del padre.
Cuando entró en casa, todos dormían por lo que se dirigió directa a su habitación.
¿Llegaste bien?
Sí, Roman☺️
Descansa, pequeña 💖
El corazón de la joven se aceleró y se durmió con el móvil cerca de su pecho como si pudiera sentir al moreno a través del teléfono.