#15

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Estaba asustado, no sabía que hacer, simplemente me sentía atemorizado, sin fuerza.

  Encerrado en un calabozo, vencido, necesitaba ayuda, pero nadie vendría. Me quedaría aquí mirando a los murciélagos que venían a comerme la piel.

Silencio, sólo había silencio en esta prisión, se rompía cuando venía algún perteneciente al palacio a verme y a recordarme que no tengo escapatoria y estaba bajo la custodia de esta gente.

  Me sentía horrible, no podía dormir ni estar tranquilo, si fuera un vampiro mis ojos estarían color azul cielo, por la preocupación, la tristeza, las ganas de llorar inmensas que tenía en ese momento.

  Nadie vendría a ayudarme, ese vampiro que siempre me vigilaba me lo recordaba, le creía perfectamente ¿Quién se va a preocupar por mí? Cuando tu familia cometió cosas horribles a otros y tienen la oportunidad de vengarse.

  Ví como se abría la puerta derrepente, era de nuevo ese vampiro vigilante encargado de mí, se acercó y me miró con esa expresión de burla que siempre tenía cuando me veía.

—Hola Park— dijo el vampiro —¿Disfrutando del lugar al que perteneces? Encontraron a Min ¿Sabes?

¿Min? ¿El Min que estoy pensando? No lo creo...

—Esta bien...— dije todavía decaído como si tuviera depresión —¿Cuál de todos?

—El príncipe Min YoonGi, será coronado junto a Manoban el domingo— dijo acercándose más y más hasta quedar cara a cara —¿Listo para morir?

Si se iba a casar para gobernar junto a alguien más, entonces sí. Estaba listo.

  —Es lo que quieren así que...— suspiré pesado y me imaginé a YoonGi cuando sepa que seré asesinado. 

—He esperado tanto esto, no sabes cuanto...

  Tal vez serían sus posibles palabras, quien sabe, posiblemente esté esperando a que me asesinen por fin, mi familia mató a la suya, era lo menos que podía hacer.

  —Recuerdalo Park, nadie va a venir a rescatarte— aquel vampiro sonrió ampliamente y empezó a llamar murciélagos para que se alimentaran.

  Dolía, tanto como el hecho de estar aquí encerrado, ni un rayo de esperanza se asomaba por el calabozo, no podía moverme, eso me impedía escapar, era más difícil soportar todo esto que estaba pasando.

  En un momento estás entre las almohadas durmiendo tranquilamente y en otro estas tirado en el frio suelo sin tranquilidad alguna, sólo pensando en como serás asesinado al siguiente día.

Gracias a los murciélagos sangraba por todas partes, mi rostro y brazos estaban cubiertos totalmente de sangre, presa para cualquier vampiro hambriento, me preguntaba ¿Por qué soy tan indefenso? ¿Por que debo depender de los demás? ¿Por qué no puedo hacer las cosas por mí mismo? Y descubrí la respuesta  a todo eso.

Porque no soy fuerte.

Si fuera una criatura sobrenatural posiblemente podría salir de aquí, pero jamás me dejé convertir, por miedo a lo que me podía pasar siendo una de esas criaturas.

Estaba tan sumergido en mis pensamientos que apenas me dí cuenta de la voz que retumbaba por fuera del calabozo, una voz seca y ronca, sabía perfectamente de quien era.

Me acerqué lo más que pude a la puerta, estaba a casi 2 metros de llegar a la ventanilla de no ser por las cadenas que tenía en mis manos.

Era él.

Estaba vestido como uno de esos reales, tan elegante. De seguro ni se daría cuenta de que estoy aquí dentro, no quería soltar palabra, tenía miedo de que me volvieran a lastimar y me fueran a cortar alguna parte de mi cuerpo, como la cicatriz enorme que tenía en mi cuello.

Veía como le enseñaban a hacer las reverencias, a como pararse, todas las cosas típicas que le enseñan a un joven príncipe cuando iba a ir a su primera ceremonia.

E hice la pregunta...

¿Para qué vas a salvarme si en frente tuyo tienes un trono y ante tus ojos tienes una gran fortuna? ¿No es verdad?...

Ni yo mismo sabía que estaba enamorado de un príncipe y que al final yo no seré su prometido.

Miraba todo, cada movimiento, veía también el cambio de color repentino de sus ojos, totalmente negros, tenía hambre, inhalaba el olor a sangre que venía de mi rostro y brazos, no estaba tan cerca de la puerta, era mejor para mí, si rastreaba el olor sus instintos lo controlarían y todo estaría fuera de control.

Terminando esa "práctica" como lo llamaba aquella dama se sentó en frente al piano y empezó a tocar algunas notas, lo que me preocupaba era que estaba cerca, esta vez si pudo determinar de donde venía el aroma a sangre, estaba a punto de volverse loco de no ser por una mucama que lo había solicitado.

A pesar de que esté esperando algo de él, en el fondo, sabía que no iba a pasar, tenía una gran fortuna, poder y sobretodo una buena vida y una posible buena prometida que gobernaría junto a él ¿Para qué desperdiciar todo eso salvándome? Era mejor que  dejara que me asesinen y vivir todo eso en carne propia.

Blood Sweet Blood | Yoonmin [Primera Parte]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora