Un par de días habían pasado, y habiendo conseguido algunos de sus poderes, el dios de las mentiras también había recuperado sus más significativos recuerdos al lado de Thor. De entre ellos, esos que contenían específicamente su primer romance. Todas y cada una de las caricias y los secretos confiados cuando era sólo un niño, habían vuelto intactos ante su ojo interno. Los había retenido con tanta nitidez, que ante él mismo, parecía como si nunca los hubiese perdido.
Loki recordaba cuánto anhelo, en ese entonces, había tenido su pobre corazón por el amor de Thor. No pasaba mucho tiempo lejos de él, cuando necesitaba verlo y aclarar algunas cosas. Y aunque le hubiera encabtado poder esclarecer su nuevo drama con su hermano, por conveniencia, no había vuelto a mencionar el asunto frente a Tony y muchos menos hablaron sobre lo que entre líneas insinuó Rune frente al Capitán. Él no podía hablar de sus inquietudes, y eso mismo era lo que lo volvía un poco inseguro. Bueno, en realidad, Loki tenía miedo. Miedo de saber cómo reaccionaría Thor cuando se enterase de su estado. Y él que era buen entendedor; sabía que habría guerra si él decía que todo había ocurrido en Helheim. Lógicamente, como el gran cobarde que era, todavía renegaba de la idea de afrontar la situación.
Definitivamente el hecho de haber perdido una desmesurada fracción de su alma, era un problema de gigantes. Su estado de ánimo sólo evolucionaba para mal, provocándole continuo vacío. Tenía escases de sí mismo, de su preciada esencia, y sabía que eso lo acabaría antes de que pudiera notarlo. Para su desgracia el reloj corría en su contra. El dolor que experimentaba se asemejaba a aquella ocasión en la que, perdido en la ira y el rencor, por la muerte de Angrboda, lo único que rondaba por su cabeza era el deseo de reducir a cenizas cualquier cosa que estuviera a su paso. Un sentimiento que sólo le había traído desgracias y los gigantes de escarcha lo sabían bien. Se podría decir que era una fortuna que hubiera incursionado lo suficiente en la raza humana, como para aprender a apreciarla. Jamás lastimaría a su civilización de nuevo porque aunque ese deseo caótico agobiara su corazón, había un anhelo más grande que le pedía cimentar su nueva vida en Midgard con Tony.
—Por favor, mi amor, no te levantes aún —pidió entre dormido al sentir el movimiento de Tony en la cama.
El mencionado murmuró algo sobre necesitar una taza de café, pero él lo ignoró, apretando aún más su agarre. El castaño se rindió con un suspiro y se mantuvo quieto en su lugar. Loki aprovechó para empezar a besarle empalagosamente todo el pecho, y aunque Tony adoraba tales atenciones, no podía evitar considerar lo extraño que era para él tener a un dios tan frío como Loki con un temperamento tan calmo como ese. Últimamente, casi todos los días prestaba especial atención a estas tareas, obteniendo siempre el mismo resultado, que sólo lo desconcertaba. Y todavía más cuando lo tomaba por sorpresa y lucía preocupado por los pequeños problemas de los otros en la torre. ¡A Loki le interesaban las vidas de los demás!
Casi con completa seguridad Tony lo había adivinado: Rune podría haber tomado su identidad.
Loki el dios de las mentiras, las travesuras y los engaños, ya no honraba su nombre. Tony pensaba algo confundido que tal vez, sólo tal vez, las fechorías ya no lo llenaban como antes.
—¿Quieres salir hoy? —Más tarde ofreció, como probando el terreno. —Tendré una junta hoy con el gobernador y el ministro de seguridad. El evento terminará con una fiesta donde Rhodey y algunos otros colegas estarán.
—No lo sé...
—Tú tienes... —Tony titubeó— tienes permiso, ya sabes.
—¿Permiso? —el dios casi rio por la expresión de su pareja— ¿De qué estás hablando, Tony?
—De los permisos que íbamos a tener cuando comenzamos esta relación.
Loki frunció el ceño. Anthony en efecto había mencionado tales disparates, pero también recordaba haber dejado bien en claro que él difería con ellos. No pudo evitar arquear una ceja incrédulo; las ideas de castaño rayaban en la falta de respeto. Hacía tiempo que se había desecho de esa vieja tradición asgardiana.
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Vestigios de Alma » Ironfrost
FanfictionLuego del Ragnarök algunas cosas cambian, los príncipes de Asgard han encontrado un lugar para su pueblo en Midgard y también algunos sentimientos. Loki se enfrentará a un enemigo que sabe mucho de él, Stark deberá decidir si podrá seguir con alguie...