XIII:

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EDICIÓN Y RESUBIDA: 27/09/2019 


Nada malo pasará, Taylor te ha vuelto loco con las llamadas para volver a estar juntos, tú se las devolviste y luego te dio algo por estar bajo tanta presión. Vamos, Tom. Estás bien. La única razón por la que estás tieso en esta camilla es probablemente por un tranquilizante. Apuesto a que perdiste el conocimiento, y Kurt te encontró y te llevó a emergencias. Todo esto es producto de tu cabeza estresada. Cuando salgas ya no te saltarás comidas, no volverás a fumar o beber. Todo estará en orden cuando estés fuera. Todo está bien. Y todo estará bien.

Tom estaba cansado de mirar el techo dorado y que sus lágrimas cayeran por su rostro. Hace horas que estaba ahí intentando en vano mover su cuerpo, sin respuesta alguna. Nadie le había preguntado si quería ser generoso y donar sangre o si le gustaría ser secuestrado el día de hoy. Se sentía burlado por todos, nadie que conozca había sido secuestrado por su personaje antes.

Todavía no creía en el hecho de que ésta mañana el único problema posible en su vida era el cigarrillo, como lo era hace ya cinco meses desde que comenzó a salir con su ex novia, el origen de todo su estrés. Todavía no creía que había terminado aquí, en Dios sabe dónde, cuando su único plan para hoy era ir a cenar con sus mejores amigos luego de rodar las últimas escenas para la tercera entrega de Thor.

Tom se reusaba a creer que Loki, el dios de la travesura era completamente real. Prefería pretender que estaba teniendo un pico de estrés con alucinaciones, a pensar que el personaje que le dio vida a su carrera actoral era de carne y hueso, y tal vez tenía serios planes de matarlo.

En su cabeza examinaba los últimos momentos con sus padres y sus hermanas con el fin de no enloquecer. Recordaba sucesos de la última vez que estuvo en el set de grabación, la última vez que habló con su doble de riesgo y con Taika Waititi, el director (a ver si no había indicios de una broma pesada con efectos especiales extraordinarios).

Recordaba también la forma tan graciosa en que Taylor movía sus labios para pronunciar palabras en francés. Buscaba momentos felices por sobre todo, que le aseguraran que este secuestro no era parte de su venganza por haberla dejado. Obviamente, ninguno en su posición se atrevería a rememorar una y otra vez a su ex novia con los ojos inyectados de sangre diciendo "me las vas a pagar maldito bastardo", luego de que tú no muy amablemente le hayas dicho que era una bruja. Definitivamente no. Mucho menos cuando oh casualidad, los zapatos están apretándote. Pero convengamos que Tom era algo autodestructivo últimamente, así que sí, lo hacía.

De pronto, sintió como alguien arrastraba su camilla y él no podía hacer absolutamente nada, entonces el miedo lo invadió otra vez. Podía sentir su propio pecho subir y bajar aceleradamente y su garganta quemar dolorosamente en busca de desalojar los gritos que tenía dentro de sí, pero aun como si tuviera un hechizo encima, no podía moverse ni hablar.

—De acuerdo, pequeño mentiroso, arriba —dijo. Esta mujer alzó su brazo y luego lo movió hacia la izquierda; entonces él volvió a tener dominio de su cuerpo.

Un largo alarido salió y un casi instantáneo ardor se instaló en su garganta. Se bajó de la camilla de un salto y solo cuando estuvo en el piso supo que sus piernas se le durmieron.

—Odín nos libre —se quejó Loki aturdido y entumecido, viéndolo voltear la camilla para esconderse detrás de ella.

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Vestigios de Alma » IronfrostDonde viven las historias. Descúbrelo ahora