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Bostecé mientras ordenaba el dinero en la caja registradora, hoy había sido un día muy cansado.

Era el día en que ninguna mamá cocinaba, al parecer.

Jacob no había venido y por un lado lo agradecía, pero por otro extrañé verlo con su cara de pendejo.

— Puedes irte Ortega, ve a descansar — dice mi jefe y yo asentí, deje el delantal y cerré la caja.

Salí de ahí abrazándome a mi misma por el frío que hacía, estaba nublado, genial. Suspiro pesadamente mientras rogaba que no fuera a llover.

Llegue a casa sana y salva, entre y subí a mi habitación rápidamente para evitar encuentros. No era algo para lo que yo estuviera en estos momentos.

Me encerré y entré a mi baño, me saqué el uniforme y entré a la ducha comenzando a bañarme.

Salí de ahí y escuché algunas voces abajo, al parecer Josh no estaba solo, si no con uno de sus amigos que son por el estilo, idiotas.

Mamá no estaba en casa, porque ya hubiera hecho que se fueran por la hora.

Me recosté en mi cama comenzando a pensar en Jacob, su sonrisa y...

— ¡Isabella!... abre, mi amigo quiere conocerte y podremos jugar los tres.

¿Habían escuchado algo más horrible que eso?

¿Algo más tétrico?

Tome mi celular y corrí al armario, desplegué las escaleras del ático y entré. Rápidamente cerré y me hice bolita escuchando como mi puerta era abierta.

— ¿Donde estas? ¿Quieres jugar a las escondidas?— escuchó su repugnante voz.

— Anda Isabella, tú papi Josh dice que eres linda y quiero conocerte.

— No está, de seguro anda como la zorra de su madre.

— ¿Porque la sigues aguantando?

— Por la mocosa, me dará muy buen billete.

¿Buen billete?

¿Acaso planeaba venderme?

¿Mi mamá lo sabrá?

Busque algo en que acostarme porque obviamente no podría salir de aquí arriba en toda la noche.

Aunque tampoco creo dormir, menos pensando que en cualquier momento me venderán o algo parecido.

.

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Desperté por el sonido de mi celular, el nombre y foto de Jacob apareció en el por lo qué decido contestar.

— Hola... ¿Porque marcas a esta hora?

— Porque no estás aquí en clase señorita, ¿Pasó algo? — pregunta y alejo el celular para ver la hora.

— Mierda, ya voy.

Colgué y baje del ático, como dije, no dormí hasta hace unas horas, pero en el ático no entra luz así que ni cuenta me di que era de día.

Comencé a alistarme y salí corriendo a la escuela, mejor paro.

Comencé a caminar más calmada, necesitaba hablar con mamá por más enojada que yo estuviera con ella por todo. Josh, no la quiere.

Debe saberlo, debe saber que ese bebé no urbe porque sufrir lo mismo que nosotras. Entré a la escuela y fui a clases.

— ¿Porque tan tarde?... quiero la verdad.

— Jacob tranquilo, todo está bien— le sonrió levemente y miro el pizarrón.

— Bueno... ah y esta noche, ve a cenar a casa por favor.

Niego nerviosa y el suelta una risita.

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La clase termino por lo que salimos de ahí directos al almuerzo. Jacob no dejaba de hablar sobre lo importante que es la cena con sus padres, sin duda sería sofisticada por lo que me cuenta. No sería una simple cena familiar en la que todos usan ropa casual y hablan de cómo les fue en el día.

— Jacob, pero yo no soy como las niñas que tus padres conocen, yo soy... diferente.— murmuro tomando el almuerzo y vamos a sentarnos.

— Te juro que eso no les importa, anda Bella...— dice mirándome y asentí lentamente.

¿De donde sacaría un vestido?

Ni yo sabía.

— Buscaré que ponerme...

— No te pre...

— ¡No! Ya no me compres nada mas.

El asintió algo satisfecho y comenzamos a comer. Estaba nerviosa, muy nerviosa.

Obviamente yo no sería la única chica ahí, estarían hijas de socios que son mucho más hermosas, refinadas y esas cosas que yo no tengo. Su madre me comparará con todas ellas.

— Isa, tranquila... estarás bien lo prometo— dice sonriendo y yo asentí suspirando.

...

Solo faltaban minutos para llegar a la casa de Jacob, yo ya iba tarde, pero tenía una buena explicación.

No tenía que ponerme pero la esposa de mi jefe al escuchar mi problema me ayudo, ella siempre está en el lugar y hablamos mucho a decir verdad.

La fiesta había comenzado hace unas dos horas cuando mucho, sabía que Jacob estaría enojado conmigo pero siempre escucha mis razones.

Al llegar, baje del taxi y acomode mi vestido. Me sentía rara pero a la vez linda, camine hacia la entrada y di mi nombre.

Estos guardias dudaron por un momento pero me dejaron pasar, al hacerlo comencé a adentrarme en la casa hasta el gran salón. Ahí comencé a buscar a Jacob con la mirada, estaba nerviosa y me sentía rara.

— Si, la novia de Jacob vendría pero al parecer lo dejó plantado. Me alegra que esté con Millie bailando, ella si es un gran partido para mi pequeño.— al escuchar lo que aquella señora decía mi estomago se revolvió y mis lagrimas amenazaron con salir.

— Si, Jacob se la lleva hablando de ella y sinceramente no se escucha nada bien. Me parece una pordiosera.

Muerdo mi labio y mi vista va a la pista de baile, para rematar... Jacob  bailando con Millie.

Bailaban al ritmo de la canción, sus manos estaban juntas y se miraban fijamente.

¿A quien estuve engañando todo este tiempo? Yo no soy la persona indicada para el...

La canción termino y ellos se quedaron ahí, abrazados, una cosa a la otra y Millie lo besa... genial...

Mis lagrimas salieron rápidamente y agarre mi bolso fuertemente para salir corriendo a algún lugar, específicamente al jardín.

Me senté en una de las bancas y comencé a llorar en silencio.

— ¿Que esperabas?... nadie te quiere, ya entiéndelo.— dije para mi misma con rabia mientras limpiaba mis lagrimas.

— Una señorita tan linda no debería estar diciendo eso...— dice una voz dulce a mis espaldas, era un señor. Pero en este había algo diferente, no era como Josh y se notaba.

No quiero un sugar daddy tampoco.

— El problema es que no soy linda, ni tampoco señorita...

— Oh, ¿Entonces habló con una anciana?

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In my blood. /J.S/Donde viven las historias. Descúbrelo ahora