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- Hola, Irina- la morena al oír aquella voz se alegró, pero cuando vio el rostro y la expresión del dueño, comenzó a tener miedo

Roger caminaba lentamente hacia ella, con paso amenazante, sus ojos estaban inyectados de sangre y furia, casi sin dormir, había estado abrazando a Blue toda la noche, mientras ella lloraba desconsolada él se había permitido soltar todas las lágrimas que tenía atascadas, en silencio. Verla sufrir de aquella forma era más de lo que podía soportar, y sumado a su propia angustia, sentía que moriría de dolor. Y toda la culpa era de la mujer frente a él, si no fuera por ella en este momento sería otra la historia de la noche anterior, él estaría ahora en casa desayunando con su mujer, sonriendo felices y ansiosos por la llegada de su hijo. Todo estaba mal, y aunque sabía que él no había hecho nada de eso, y que pudiera haberlo evitado lo habría hecho, no podía evitar sentirse culpable. Irina lo había hecho, pero él no lo lo había prevenido, él no había protegido a Blue como ella necesitaba, no se había dado cuenta de nada

Pero ahora buscaba respuestas, buscaba una confesión para refundirla en la cárcel

Se acercó a la mesa en donde la mujer estaba esposada, una típica sala de interrogatorios. Se sentó frente a ella, Irina lo miró con ojos muy abiertos, la mirada en ellos no le gustó nada a Roger, parecía estar drogada todavía

- Dime la verdad, y saldrás entera de aquí- su voz, fría, calculadora, un odio irrefrenable cargado en ella

- No se de que hablas, ellos me trajeron aquí, ellos, tus empleados me trajeron a la fuerza, tú tienes que sacarme yo no hice...- se detuvo cuando lo vio levantarse del asiento y salir de la habitación, pensando que iría a arreglar las cosas para ella pero no, claro que no. Él volvió casi a los segundos arrastrando un carrito

- Prefiero no implementar estos métodos con mujeres, mis chicos se encargan, les gusta divertirse y no les importa mucho si son hombres o mujeres, mientras se lo merezcan. Tú te lo mereces, y a mí no me importará lo que tengas entre las piernas

***

- ¡¿QUÉ MÁS?!- Allen y Max escuchaban hacía una hora los gritos endurecidos de su jefe, los gritos que pedían que se detuviera, y las diferentes partes de la confesión que Roger tuvo que sonsacarle poco a poco. Pero estaba bien para él, ella se había resistido y eso sólo le daba derecho a seguir echando agua a su cara

La mujer estaba acostada, atada en la mesa, con los ojos vendados mientras que litros y litros de agua la ahogaban si no respondía a las preguntas que se le estaban gritando. Era una de las tantas torturas que la CIA todavía conservaba, por lo tanto, Roger tenía permitido hacer lo que hacía. Mientras Allen y Max hacían un audio con la confesión de Irina, desde la habitación donde se controlaban las cámaras

- Estúpida zorra, no entiendo cómo se atrevió a meterse con la mujer de Roger- dijo Max un poco asustado pero satisfecho de saber que esa mujer no volvería a molestar

- Está loca, él tiene dos fotografías enormes de su mujer en su oficina, y aún así ella no lo entendió- ambos negaron imaginando lo mal que la estaba pasando Roger, sabiendo lo que era amar a una mujer a tal punto de matar por ella

Y para cuándo Irina había terminado su confesión, Roger estaba más furioso todavía. Todo lo había planeado minuciosamente, entró a trabajar en el restaurante luego de espiarlos y saber que iban allí seguido. Se disfrazaba para pasar desapercibida, y cuando tuvo la oportunidad lo hizo. Se había enterado de la alergia el día en que él había hablado con Agar sobre la barbacoa para integrar a Blue, y presentarle a los trillizos. Él lo había dicho en alto, le había dicho a Agar que ella era alérgica al kiwi, y eso sólo lo hizo sentirse más culpable. Los taconeos que había escuchado eran de ella, no le había querido tomar importancia sin saber que ponía en riesgo la vida de la mujer que tanto amaba

Y luego, el hospital, se había colado con un gafete falso entre las otras enfermeras, al ser tantas, nadie reparó en ella. Además debía tenerse en cuenta que Irina había sido entrenada, no era buena, pero sabía todos los trucos necesarios para hacer algo como eso

***

Días después todo era igual. Ashton le había dado a Blue todo el tiempo que necesitara, le aseguró que su trabajo la estaría esperando cuando quisiera volver. Roger se encargó de mantener protegida a Aurora, de pagarle a Anna para que pasara con ella todo el día y la noche si era necesario, aunque la mujer se ofendía porque decía que no lo hacía por el dinero. Aún así cada día se depositaba en su cuenta la cantidad-a veces más- según las horas de "trabajo", que más bien era como pasar con una buena amiga, la única amiga que tenía. Anna y Aurora se habían hecho inseparables. Por otra parte también apuró el papeleo para que la abuela de Blue comenzara con el tratamiento que necesitaba para su corazón. Anna se había puesto muy feliz y nerviosa en partes iguales, Aurora estaba aliviada esperando para comenzar y terminar aquello y que nadie volviera a regalarla por hacer cosas que no debe

Y lo último de lo último fueron los chicos que parecían matones y cuidaban la casa de Blue. Después de una semana exhaustiva de insistencia, todos habían aceptado hacer algunas pruebas físicas y psicológicas para comenzar con el entrenamiento que daban Agar, Allen y Max. Pero para seguir pareciendo unos matones le habían dicho a Roger que si no les gustaba se irían. Él solo asintió, viendo un gran potencial en aquellos cinco chicos. Aunque no querían admitirlo deseaban salir del mundo de las drogas, y aprovecharían esa oportunidad ahora que todavía podían hacerlo

Y pasadas dos semanas, el trabajo y todo de lo que se tenía que encargar, se le habían terminado. Ya no tenía nada con que distraerse. Blue estaba viviendo en su apartamento porque él mismo se lo había rogado, asegurándole que su abuela estaría bien. No opuso resistencia, toda su energía se había esfumado, la Blue que conocía estaba muriendo. Él intentaba por todos los medios llegar a ella, pero simplemente ella se alejaba cada vez más

Comenzaba a perder peso a una velocidad alarmante, tenía ojeras, estaba pálida y su cabello hermoso había perdido todo el brillo. Debía obligarla a comer bocado y medio, y a veces la oía vomitar, por las noches llorar y por el día, apenas la oía hablar

Y Roger estaba perdiéndose con ella, desesperado, sin saber cómo salvar a su amada de aquella depresión que no solo la consumía a ella, sino a él también. Por las noches quería abrazarla pero ella se acurrucaba alejándose, enrollándolo como un bebé en el vientre y sollozando hasta dormirse. Él no se dejaba oír llorar, pero lo hacía, claro que lo hacía, lloraba en silencio con ella cada noche

Y así pasó un mes... hasta que todo se detuvo, hasta que llegó del trabajo un día y ya no encontró razón para volver a casa. Porque lo había dejado...

"Necesito tiempo. Lamento no haberte dejado dormir por las noches con mis tontos llantos"

Y nada más, las palabras parecían tan pequeña en aquella hoja tan grande...

***

😢😢

ME PUSE UN POCO SENSIBLE...

ME PUSE UN POCO SENSIBLE

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RogerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora