Capítulo 3

592 21 0
                                    


Una maldita sirena suena en mi oído provacando que me pegue un buen susto, salté de la cama y me caí a el suelo. Me llevo las manos a la cara haciendo muecas de dolor. Oigo que la maldita sirena esa sigue sonando pero es bastante fácil distinguir entre tantos sonidos, la sirena y las risas del chaval. Miro con cara de asco a la persona que es culpable por haber echo que me tiren al suelo.

—¿¡cuál es tu maldito problema!?—le grito
—es buenísimo deberías de haber visto tu cara— dice descojonandose de risa. Pongo los ojos en blanco y me vuelvo a tumbar en la cama. Cierro los ojos y vuelvo a dormir.

—¡¡¡PIII!!!— la estúpida sirena vuelve a sonar y por poco no me vuelvo a caer de la cama.
—¡¡se supone que eres mi guardaespaldas!!! ¡¡No mi puto niñero!!— chillo.
—ey, cuidado con tu lenguaje y tú tonite de voz, además, tienes suerte, a muchas chicas les hubiera encantado que un chico tan guapo como yo les despertase por las mañanas— dice sonriendo y lleno de orgullo por "ser guapo"

—no tienes tú fé...— contesto y me meto en mi cama de nuevo. —¡y no consiento que me despiertes a estas horas de la mañana!—grito.

—o te levantas o la llevas clara— responde. Ruedo los ojos pero permanezco callada cierro los ojos y vuelvo a dormir.
—¡¡¡¡PIIIIII!!!— sobresalto y me levanto de la cama del tirón como un zombi.
—¡¡¡ya voy!!!
—así me gusta— responde.
—¿no tienes colegio o algo así?—pregunta.
—¿me ves como para ir al colegio?— le pregunto señalando a mis ojeras y mi pinta de acabar de levantarme y estar literalmente con los pelos como un león.

Me dirigo a el cuarto de baño y me ducho. Al terminar me envuelvo con una toalla por mi cuerpo y me dirijo a mi cuarto para cambiarme.

Al entrar, me dirijo hacia el armario pero algo me hace quedarme quieta.
—¿¡pero qué haces tú aquí?!— digo con los ojos como platos. Nick está sentando en mi cama enchufado al móvil, pensé que este se había ido, que solo venía a despertarme.

—asegurándome que llegas a tu cuarto sin haber quemado el estado entero antes—dice moviendo sus dedos rápidamente por el teclado del móvil.
—¡pues....vete! ¡¡¿No ves que acabo de ducharme?!!— gritó histérica. El chico no se mueve de ahí, asique voy gruñendo todo el camino hasta llegar a mi armario y cogo algo de ropa. Unos vaqueros cortos, una camiseta y unas vans.

Ignoro la presencia de mi guardaespaldas y me voy de la habitación, bajo las escaleras y me tumbo en el sofá medio dormida, cojo el móvil y llamo a talía.

—talía, no te lo puedes creer— digo poniendo los pies en la mesa.
—¿que ha pasado?
—me han contratado a un guardaespaldas personal y no uno cualquiera, si no, a un idiota que es muy pesado y me acaba de levantar con una estupida sirena ¿pero quien se cree que es?— digo
—¿¡qué?! ¡¡¿Enserio?!!— exclama ella.
—si y quiero deshacerme de él, tengo un plan, asique necesito que a las nueve de la noche estés aquí— dije con una sonrisa malévola.
—¿debo preocuparme por tu plan?— pregunta talía algo nerviosa.
—que va, te lo cuento y traes todo vale— digo.

A las ocho de la tarde, después de haber echo en mi casa todo lo que me ha dado la gana sin que mi guardaespaldas apareciese, eché un vistazo por toda la casa. No vi a nadie asique supe que este era el momento de largarme, cojí mi chaqueta y abrí la puerta.

—¿a donde vas princesita?— dice nick con cara de orgullo por haberme pillado.
—genial...ahora también tengo que darle explicaciones a el servicio...—digo poniendo los ojos en blanco
—soy nada menos que tu guardaespaldas, creo que tengo todo el derecho a saber a dónde vas—repone.
—voy...al cine
—genial, vamos— dice él cogiendo su chaqueta de cuero y las llaves. <<mierdaa>>

Mi estúpido guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora