Capitulo 31

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—¡Nick!— grito llorando. El alma se me cae a los pies, mejor dicho, el mundo se me cae a los pies. Me siente rota ahora mismo, estoy demasiado cabreada con Tyler por haber disparado a Nick pero el dolor de ver a Nick así supera todos los demás sentimientos

De repente, saca un papelito pequeño, como si arrancase la punta de una hoja de libreta que está arrugado y viejo y me la entrega. La cojo sin pensarlo pero enseguida vuelvo al mundo

—co-co-gelo y lée-lo.... l-l-uego — dice intentando vocalizar algo

—¡¡AYUDA!!! ¡¡AYUDA!!— grito desesperada mirando a todos los sitios esperando a que alguien venga y cure a Nick pero nadie lo hace

Comienzo a llorar otra vez, me duele en el alma ver a Nick así, tirado en el suelo y sujetándose la gran herida que tiene para tapar un poco toda la sangre que se espante cada vez más deprisa

—¡no te duermas por favor! ¡Joder! ¡No puedo dejar que te vayas! ¡Eres un puto idiota insensible que solo tocas los cojones a los demás pero te quiero y no puedes dormirte por favor!— grito desesperada mientras lloro y lloro

—te....te quiero— dice casi en un susurro Nick mientras intenta cogerme de la mano pero al no poder respirar tanto, su mano impacta con el suelo, cierra los ojos y...no me puedo creer que haya escuchado esas palabras de él. En mi estómago salen miles y miles de mariposas a volar dejando a un lado que se está desangrando al lado mía.

Esas palabras lo son todo para mí, no puedo dejarlo marchar, ahora no. Fui a cogerle de la mano pero....

Alguien me agarró de la cintura y me sacó de la habitación . Hice todo lo posible por quedarme junto a Nick, dando patadas codazos todo lo que podía intentar hacer pero hizo parar al hombre que tenía detrás.

—¡¡SUÉLTAME!!— grito. Extiendo la mano imaginando que si la extiendo Nick desde la habitación de enfrente me agarraría de la mano pero nada de eso pasó—. ¡NICK!

Grité y grité peleándome con la gente que me agarraban para que no fuera a aquella habitación hasta que me inyectaron para mi sorpresa en el brazo un calmante dejándome caer al suelo mientras me duermo.

Me desperté encerrada en una habitación completamente vacía, lo único que había era una silla en medio que pocos minutos después de recordar la memoria estampó contra la pared

—señor, ¿cree que es buena idea tenerla encerrada durante más tiempo?— pregunta uñas que se sitúa justo al lado del padre de Emma.

—¿por qué lo pregunta Talía ?— responde el padre observando la ventana que da con la habitación donde se encuentra su hija. Observa cada detalle de exactamente como la chica llora sin parar y expresa su furia tirando la silla por toda la habitación y estampándola contra la pared mientras grita sin parar de maldecir en ninguna sola frase

—se está volviendo loca señor, creo que es mejor que hable ya con ella— responde la joven muchacha. El padre le enarca una ceja

—¿me va usted a decir a mi lo que tengo que decir?— pregunta con una voz bastante inponente

Talía traga saliva con la gota gorda en la frente

—no señor— responde después de haberse aclarado la voz

—bien...

Talía mira para todas las direcciones nervioso por perder los estribos por una simple chica a la que acaba de traicionar

—¿seguro señor?

—Talía ...no me haga despedirle...se lo que hago

—pero....

—¡pero sin peros! ¡A trabajar!— reprocha el padre

Talía asiente inseguro

—¡AAH! ¡HIJOS DE PUTA!— grita Emma desesperada tirando la silla de metal contra toda la pared que en realidad era una ventana solo que a ella le parecía más bien una pared

Con El Segundo golpe bastó para romper la ventana en miles de pedazos

Algún que otro cristal acaba invado en la piel del padre de ella.
Talía le mira de reojo y ve que asiente

—¿¡PAPA?!— grita Emma al darse cuenta que detrás de la supuesta pared que ella creía estar ahí, estaba su padre observándola de detrás. Emma se desmaya y el equipo entero corren hacia ella para despertarla

—si, creo que es hora de hablar con ella— rectifica el padre quitándose un trozo de cristal de la ventana de su frente

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—¿¡papa que estás haciendo aquí?! ¡QUE ESTÁ PASANDO!— grito.

Después de haberme desmayado, me llevaron a otra habitación la cual parece una de interrogatorio o algo así. No tenía ni puta idea de si estaba en una comisaría o en una guarida de alguien, ya no sabía en lo que creer porque ¡no puedo creer en nada!

Me sentaron junto a mi padre, unos guardias se apoyaban en la pared mientras hacían "vigilancia" y yo simplemente esperé a que mi padre hablase

—¿¡y mama?! ¡Se puede saber que está pasando?! — mi padre me miraba fijamente pero no me contestaba y eso hacia que me desesperase más

—¡¡DONDE ESTABAS CUANDO ME MANDASTE A NUEVA YORK CON UN MIERDA DE GUARDAESPALDAS!!

Le miré a los ojos esperando una respuesta pero no recibía ninguna. Golpee la mesa fuerte, me estaba estrenando y muchísimo, esto no iba a ser fácil

—¡¡CONTÉSTAME!!

—¡¿donde coño estoy?!— preguntó y enseguida me doy cuenta que acababa de decir una palabrota pero puesto que mi padre ni se percató por ello, ya me importaba todo una puta mierda

—¡¿en una puta comisaría?! ....¡no! No espera, ¿¡en una de esas guaridas tuyas no?! ¿¡Esas de las que tanto te callaste!? ¡Porque me ocultas todo! ¡¿Que os he hecho yo para que vosotros ni os preocupéis por mi! ¡¡Casi me matan varias veces papa!!

Grito. Respiro hondo intentando mantener la poca paciencia que me queda en mi cuerpo y pensar bien. Me ha traído aquí por algo así que, espero que esto merezca la pena o os juro, que me corto las venas

Me siento de nuevo en la silla respirando hondo , calmándome, miré a los ojos de mi padre e intente no sentirme más traicionada por nadie más que mis padres. Primero Tyler, ahora mi padre y mi madre, ¿¡quien más?!

Mi estúpido guardaespaldasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora