Capítulo 1

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Las vacaciones de verano oficialmente iniciaban. Las universidades estaban en completo silencio, las escuelas no tenían alumnos y las bibliotecas estaban vacías. Los jóvenes se aglomeraban en las piscinas y centros recreativos para disfrutar de los interminables días soleados que los esperaban por delante. Fiestas en la playa, excursiones a la montaña, viajes a otras ciudades. Se podría decir que el paraíso juvenil daba inicio. Las vacaciones eran el tiempo de diversión que todos esperaban, todos excepto Cho Kyuhyun.

Para él las vacaciones significaban tener un trabajo completo por al menos dos meses. Tiempo suficiente en el cual ahorraba dinero para la matrícula de la universidad. No era que no tenía suficiente dinero para poder pagársela, claro que lo tenía. Sus padres poseían un pequeño negocio en un pequeño poblado a las afuera de Minneapolis. Pero a Kyuhyun le gustaba ser independiente. Le gustaba hacer las cosas por sí mismo. Y el año anterior, el primer año en la universidad, Kyuhyun se había mudado a la ciudad de Minneapolis para estudiar leyes. Posteriormente se había conseguido un trabajo en una cafetería y un pequeño apartamento en la segunda planta de un edificio multifamiliar. La renta era barata, el apartamento muy cómodo, el pago de la cafetería era bueno -Sin incluir las propinas- Y sus notas tenían un considerable A.

Esa mañana iniciaría el turno completo en el trabajo. Se apresuró a terminar la limpieza del apartamento, se duchó y dio un rápido bocado al pan que estaba en la alacena. Se puso la cazadora mientras cerraba la puerta de su apartamento. Al salir, se encontró con el redondo y sonriente rostro de Tom, el arrendatario.

—Hola Kyu. — le saludó Tom.

—Hola Tom. —

—Ya listo para vacacionar. —

—En realidad hoy empiezo con el turno completo de la cafetería. —

—Oh. Suerte con eso. —

—Gracias. — observó a Tom quitar el letrero del apartamento de enfrente. —Al fin lo han ocupado. —

—Sí. Por cierto hoy lo ocuparan. —

—¿Chica o chico? — preguntó con divertida curiosidad.

—Temo decepcionarte... es un matrimonio. — dijo con dramatismo.

Kyuhyun chasqueó los dedos lamentándose.

—He vivido en medio de matrimonios por los últimos diez meses y sé perfectamente cada uno de sus problemas. —

—Dímelo a mí, llevo treinta años en este trabajo y he escuchado cada cosa...— Tom abrió la puerta y entro al apartamento. Todos los apartamentos eran exactamente iguales, solo que este tenía un poco raída la pintura.

—Algunas cosas son tan descabelladas...— continuó hablando. —Como aquella chica que decía ver fantasmas y eran las sombras de los árboles, o como el chico que juro ser abducido... la gente es muy extraña. —

—Sí lo sé. Espero que estos no lo sean tanto. Tengo suficiente con la señora May, es demasiado excéntrica.—

—Ni lo digas. Por cierto, tus nuevos vecinos también son chinos. —

—¿En serio? ... bueno, yo no soy chino, mis padres son surcoreanos pero yo soy americano.— Kyuhyun se detuvo en medio del umbral mientras le explicaba. Dio un rápido vistazo a al interior.

—Es lo mismo.— dijo con vaguedad. Tom se detuvo en la puerta del baño. — Creo que les llevará un par de días pintar todo el interior.— dijo para sí mismo.

Kyuhyun meneó la cabeza con resignación. Desde que había, nacido, todas las personas pensaban que era chino, pero en realidad tenía descendencia surcoreana. Sus padres se habían mudado a Estados Unidos luego de un arrebato romántico y cuando se le hubo terminado el dinero para regresar a su país, empezaron a trabajar mientras juntaban dinero para su regreso. De eso habían pasado veinte años y él había tenido la fortuna de haber nacido en tierras americanas.

21 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora