Capítulo 6

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—Buenos días—

—Buenos días cariño, ¿has dormido bien? —

Ryeowook se acercó a su madre y le dio un beso a su madre. Tomó una de las manzanas del cesto.

—Sí, mamá, gracias. Oye... ¿has visto a Kyuhyun? —dijo mientras le daba un mordisco a la fruta.

—Sí, se ha ido con tu padre. —

Ryeowook se detuvo antes de darle otro mordisco a la manzana, alzo la vista con incredulidad.

—¿Con papá? —

—Sí.

—¿Lo has dejado ir? — dijo culpándola.

—Oye niño, intenté persuadirlo a que no lo hiciera pero es algo terco sabes... —

—¿En dónde están ahora? — dijo empezando a caminar hasta la puerta lateral de la cocina.

—Se han ido a las caballerizas. —

Ryeowook salió corriendo en dirección al establo.

Kyuhyun intentaba agarrar a un cerdo mientras corría tras el animal. Tenía puesto el viejo peto de su primo Onew, las botas de hule de su padre y una camisa a cuadros. Estaba furioso.

La noche anterior apenas si había podido pegar los ojos. Su cerebro no dejaba de pensar en su familia y eso lo había puesto de mal humor. Pensar en eso no le hacía ningún bien. No, para nada, por eso trataba todo el tiempo de mantener la mente en blanco. Lo peor de todo es que a Ryeowook se le había olvidado contarle que su familia se levantaba temprano. Muy, muy temprano. A las cuatro de la mañana llegaron Onew y el tío Gus, quienes no fueron para nada discretos en hacer el menor ruido posible y sus carcajadas retumbaban en cada rincón de la casa. A las cinco estaba finalmente empezando a dormir cuando el perro empezó a ladrar. A las seis su humor estaba de los mil demonios. No quería ver a Ryeowook con ese ánimo, por lo que se había levantado a dar una caminata.

Al salir de la casa, el señor Kim lo había llamado amigablemente. Pensó que hablar con él le ayudaría a distraerse. Pero fue todo lo contrario. Las preguntas insistentes del señor Kim sobre su vida lo empezaron a irritar.

Kyuhyun no era un chico que se alterara demasiado rápido, tampoco era ningún temperamental. Él sabía cómo controlar sus emociones. Pero el asunto colmó cuando el señor Kim, con una amable sonrisa en el rostro le preguntó sobre su familia.

Él no quiso ser grosero o insolente, simplemente había cambiado la pregunta por un simple comentario. Y ese comentario lo había llevado a correr tras un cerdo.

Ahora no solo estaba hambriento y somnoliento, sino que también irritado, cansado y mal oliente. Y las risas alegres del primo de Ryeowook lo estaban irritando. Al menos esperaba que Ryeowook no lo fuera a encontrar en ese estado, o quedaría como un completo idiota.

—¡Papá! No le hagas esto. —

Kyuhyun escuchó como la voz de Ryeowook sobre el escándalo. Cerró los ojos con vergüenza. Pero al hacerlo, sus pies tropezaron contra sí mismos y calló al suelo. Se deslizó por todo el suelo empolvado y fue a dar justamente a la esquina del bebedero de los animales.

Las risas cesaron y Kyuhyun solo sintió el dolor llegarle al corazón. El silencio hizo callar a todos, incluyendo al cerdo.

—No debiste dejarte convencer por papá. — Ryeowook le limpiaba la herida. Kyuhyun estaba sentado en un banquillo bajo el árbol. Estaba molesto, pero no quería molestar a Ryeowook. Además todo había sido su culpa... como siempre.

—No te preocupes. —

—Algunas veces suele dejarse arrastrar por las estupideces de Onew. —

21 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora