21 Días

Capítulo 7

Kyuhyun estaba completamente seguro que vivía en un sueño. Porque en la vida real no encontraría a nadie como Wookie. No encontraría a nadie que fuera tan genial y único como él lo era. Alguien a quien pudiera hablar de cualquier cosa, alguien que lo viera de esa forma tan única, alguien que hiciera su corazón latir con rapidez, que hiciera su estómago revolver y sus sentidos nublarse.

No, en la vida real esas cosas no pasaban, no existían Wookies ni sonrisas ni latidos extraños, ni tardes encantadoras. En su vida solo existía la culpa y soledad.

Hace menos de dos semanas él no se preocupaba en nadie más que sí mismo, y ahora otra persona ocupaba completamente sus pensamientos. Y tenía miedo que despertara y no estuviera a su lado. Porque sentía que en cualquier momento se escaparía de sus manos y desaparecería. Como el agua entre los dedos, como intentar retener el viento entre las manos, o como congelar ese maravilloso verano. Como él había hecho con su familia.

Se encogió más en la cama y pegó sus piernas a su pecho. Afuera, los leves golpes de la puerta retumbaban con fuerza en el pequeño apartamento.

Intentó no pensar en sus padres, porque eso lo hacía rabiar. La noche anterior Ryeowook había bromeado con que él lo llevara con su familia, pero la inocente broma terminó en una horrible pelea en donde él le reprochó a Wookie tener una familia grande y unida. Ni siquiera los ojos tristes del pequeño lo habían detenido. Dijo muchas cosas, tantas que acabó por empujar al pequeño al interior de su departamento. Y ahora estaba arrepentido y se encontraba con una gran culpa, sin contar con el corazón dividido.

Ryeowook le había contado tantas cosas sobre él, la mayoría serán experiencias del hospital, su vida en la escuela, travesuras con sus primos. Él simplemente se dedicaba a escucharlo hablar. Le fascinaba el tono de su voz, el entusiasmo con que hablaba, los gestos con que remedaba a las personas. Pero entonces, ¿por qué se había enojado tanto por un comentario tan simple?

Es que no había sido el comentario, había sido la exigencia en las palabras, que él creía haber escuchado, lo que lo hizo enfadar. Apenas tenía quince días de conocerlo, ni siquiera había dejado que él entrara a su apartamento, y no creía que Ryeowook fuera incluso de confianza como para contarle todo. Pero no solo era confianza.

Tenía vergüenza de revelar su pasado, porque si hurgaba la herida, si contaba la verdad, podría incluso ir a parar a la cárcel. Y no solo perdería la frágil vida que se había esmerado en formar hasta ahora se perdería, también Ryeowook. Y eso le dolería demasiado. Perder a su familia era un dolor que se había acostumbrado a llevar consigo día a día, perder a sus amigos de la cafetería podría dolor, pero se repondría, incluso los llegaría a olvidar en unos cuantos años, pero perder a Ryeowook significaba muchas cosas.

Si contaba todo, tendría que irse de nuevo, cambiar de vida, incluso de nombre y ocultarse hasta lo más recóndito de la tierra para que nadie lo encontrara. Y Ryeowook no entendería eso. Él era tan dulce e inocente y no merecía toda esa falsa vida. Tendría que ponerle un fin a eso. Ahora que ambos eran jóvenes y que Wookie tenía toda una vida por delante. Podría olvidarlo y seguir con su vida.

Quince días no eran suficientes para amar a una persona con intensidad.

Los golpes de la puerta cesaron y el sintió alivio de saber que Ryeowook se había dado por vencido. Pudo imaginarlo con los ojitos tristes darse la vuelta e irse y su corazón se encogió al imaginarlo así. Era sábado y tenían todo un soleado día por delante. Ese día había quedado en ir al acuario y luego hacer cualquier cosa. Apenas unas horas atrás eso sonaba tan excitante y divertido.

Ryeowook.

Podría perderlo todo pero no a él, lo sabía y esa verdad lo abrumaba más. ¿Cómo demonios se suponía que podía decir que amaba a alguien en tan poco tiempo? Era imposible. No existía el amor a primera vista. Pero, entonces, porque tenía miedo de perderlo.