Capítulo 11

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El viaje de regreso fue en cierta forma extraño, Ryeowook se había excusado de sentirse cansado y cerró los ojos. Kyuhyun sabía que no dormía porque sus parpados temblaban y porque de vez en cuando abría los ojos y lo miraba a hurtadillas. No dijeron nada hasta que se detuvieron frente al edificio y fue el momento justo cuando él abrió los ojos y bajó del auto. Kyuhyun bufó y corrió hasta alcanzarlo.

—¿Qué crees que estás haciendo? —

—No hago nada— dijo empezando a subir las escaleras.

—Bien, estas huyendo otra vez. —

—¡Huyendo! ¡No estoy haciendo eso! —

Molesto, Kyuhyun le atajó el paso.

—Dime qué te pasa. — exigió. Pero sus palabras y la forma en que le tomó los hombros parecieron no gustarle absolutamente nada. Se pensó un segundo lo que diría pero solo optó por pasar de largo y seguir subiendo las escaleras.

—No lo entenderías. — dijo mientras continuaba subiendo a paso rápido.

—¿No entendería qué? Si no me dices obviamente no lo entenderé. —

—Obviamente no. —

—Oye Ryeowook, si pretendes saber algo que yo no sé, al menos intenta que no me sienta estúpido. —

—¿Es que no te has dado cuenta? —dijo deteniéndose en medio del pasillo, frente a las puertas de sus apartamentos. —No se trata de mí. Se trata de May. —

—¿May? ¿Acaso ahora es tu amiga? —

Ryeowook gruño enfadado.

—¿Lo ves? ¡Ni siquiera eres capaz de ver que no se trata solo de ella! — Kyuhyun enmudeció al ver el rostro de Ryeowook lleno de ira, parecía otro. Como si él fuera otra persona, una totalmente diferente al frágil y moribundo Ryeowook, pero en lugar de asustarlo lo enfureció.

—No me trates como un estúpido. — siseó.

—No lo eres. No eres un estúpido. —

—Pues los últimos dos días me has tratado como tal. —

—Sigues sin comprender. —

—¡Por un carajo! — el grito de Kyuhyun retumbó en el pasillo silencioso. Evitando hacer un espectáculo, tomó del brazo a Ryeowook y lo metió en su departamento. Era la primera vez que Ryeowook entraba a la casa del castaño, y el aspecto del lugar lo dejó perplejo.

Contemplo unos cuantos muebles anticuados y un viejo refrigerador, una pequeña y sencilla cocina y al fondo una impecable cama. Todo el lugar estaba perfectamente ordenado, limpio y frío. Ahí hacía mucho frío, pese a que estaban en medio verano. Vio unos cuantos libros sobre la mesa y una fotografía bajo la pila de libros. Pero no tuvo tiempo de distinguir el rostro antes de que Kyuhyun le tomara de los hombros y lo obligara a verlo.

—¿Te crees más listo que yo? — dijo lleno de ira. Aquella mirada obscura lo asustó. Quiso soltarse pero su agarre se hizo más fuerte. —No entiendo un carajo tus acertijos y adivinanzas. Dime de una maldita vez que fue lo que viste en aquella casa que yo no haya visto. —

—No fue en esa casa, fue con esa mujer. —

—Dime. — exclamó al borde de la desesperación. Ese juego de palabrerío de Ryeowook le estaba colmando la paciencia y la ansiedad.

—Ella es igual a ti. Egoísta. —

Algo estalló en la sangre de Kyuhyun que se congeló al instante. Soltó a Ryeowook como si tocara algo que lo pudiera matar. Lo miró ahí, parado en medio de la pequeña sala de estar, solo, pero para nada indefenso, ni frágil. Parecía estar listo para recibir el ataque que imaginaba, iba a estallar.

21 DíasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora